Encuentro de Delegados de América en la Ciudadela El Diamante

 
Ciudadela El Diamante, México.

Los jovencitos; chicos y chicas, desfilaron con solemnidad ataviados en riguroso blanco y negro, hasta ocupar sus lugares frente al público. Provienen de familias modestas que habitan alrededor de la Ciudadela El Diamante, pero en sus manos llevan orgullosos clarinetes y trompetas, flautas y cornetas, triángulos, tambores y redoblantes.

Hace solo cuatro meses que la mayoría de ellos se integró al proyecto “La Música es Vida”, y es la primera vez que la naciente banda se presenta en público. Lo harán frente a padres, hermanos, familiares, y en especial, frente a un pequeño grupo de visitantes internacionales. A la señal del Maestro, la música se despierta y el público capta los acordes y percusiones de “Mi corazón está en la Habana” de Camila Cabello.

Los visitantes, que han premiado con su sonrisa y aplausos el esfuerzo de estos neo-artistas, son en realidad los Delegados del Movimiento de los Focolares de todas las Zonas de América, que se han dado cita en El Diamante del 14 al 19 de mayo, para una semana de intercambio y comunión sobre la vida y los desarrollos que el Movimiento a través de sus diferentes expresiones, ha tenido en esta tierra americana; desde las planicies y montañas del Cono Sur hasta las nieves del Canadá, desde las selvas y ríos del inmenso Brasil hasta los calurosos caminos de Cuba, República Dominicana y Centroamérica.

Igualmente importantes fueron los momentos para reflexionar sobre los grandes desafíos que implica llevar adelante la Obra hoy, en medio de un panorama social, cultural y religioso diversificado y cambiante, mientras se trabaja junto a la Iglesia para construir una sociedad más sensible, solidaria e incluyente.

La conclusión no podía ser diferente: una fiesta de familia. Una colorida muestra de danza de los alumnos del Colegio Santa María (una escuela cercana inspirada en el espíritu de los Focolares), quienes presentaron vistosos bailes y ritmos de los estados de Veracruz, Puebla y Jalisco, después de lo cual, invitados y anfitriones compartieron una típica “taquiza mexicana”.

 

 

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