Ene 31, 2012 | Palabra de vida, Sin categorizar
«Conviértanse y crean en el Evangelio» Lo que realiza la Palabra de Dios, acogida y vivida, es un completo cambio de mentalidad (= conversión). Ella trasfunde a los corazones de todos −europeos, asiáticos, australianos, americanos, africanos− los sentimientos de Cristo frente a las circunstancias, frente a la persona y la sociedad. ¿Y cómo puede el Evangelio actuar el milagro de una profunda conversión, de una fe nueva y luminosa? El secreto está en el misterio que las palabras de Jesús encierran; éstas no son simplemente exhortaciones, sugerencias, indicaciones, directrices, órdenes, instrucciones. En la Palabra de Jesús está presente Jesús mismo que habla, que nos habla; sus Palabras son Él mismo, Jesús mismo. Y así, nosotros, lo encontramos en la Palabra. Y acogiendo la Palabra en nuestro corazón, como Él quiere que se acoja (o sea, estando dispuestos a traducirla en vida) somos uno con Él y Él nace o crece en nosotros. He aquí por qué cada uno de nosotros puede y debe acoger esta invitación tan apremiante y exigente de Jesús. «Conviértanse y crean en el Evangelio» Alguien podrá considerar las palabras del Evangelio demasiado elevadas y difíciles, demasiado distantes del modo de vivir y de pensar común, y estará tentado a cerrarse a la escucha, a desanimarse. Pero eso sucede si uno piensa que debe mover solo la montaña de la incredulidad. Mientras que sería suficiente que uno se esforzara en vivir, aunque fuese una sola Palabra del Evangelio, para encontrar en ella una ayuda inesperada, una fuerza única, una lámpara para sus pasos[1]. Porque siendo esa Palabra una presencia de Dios, el comunicarse con ella libera, purifica, convierte, trae consuelo, alegría, da sabiduría. «Conviértanse y crean en el Evangelio» ¡Cuantas veces en nuestra jornada esta Palabra puede ser una luz! Cada vez que chocamos con nuestra debilidad o con la de los demás, cada vez que nos parece imposible o absurdo seguir a Jesús, cada vez que las dificultades tratan de abatirnos, esta Palabra puede ser para nosotros un aliento, una bocanada de aire fresco, un estímulo para recomenzar. Bastará una pequeña, rápida “conversión” del camino para salir de la cerrazón de nuestro yo y abrirnos a Dios, para experimentar otra vida, la verdadera. Si después podemos compartir esta experiencia con alguna persona amiga, que haya hecho también del Evangelio el propio código de vida, veremos brotar o reflorecer a nuestro alrededor la comunidad cristiana. Porque la Palabra de Dios vivida y comunicada obra también este milagro: da origen a una comunidad visible, que se convierte en levadura y sal de la sociedad, testimoniando a Cristo en cada rincón de la Tierra. Chiara Lubich
Ene 31, 2012 | Focolare Worldwide
Punta Alta es una ciudad del sur argentino, pujante, con habitantes emprendedores. Tiene la Base Naval, el puerto militar más rande del país que tuvo su esplendor en el siglo pasado con miles de jóvenes que cumplían el período del servicio militar (en la actualidad ya derogado) como marineros. Precisamente en esta ciudad de 60.000 habitantes, de horizontes abiertos y generosidad espontánea se encuentra un grupo de diálogo entre personas de convicciones distintas amigos de los Focolares. Para abrir ese rico espacio de comunicación a otros organizaron una serie de cine-debates.
No eligieron un teatro, un cine con su sala oscura y silenciosa, sino que fueron al bar más emblemático de la ciudad: el “Bar Central”. Con sus casi 100 años de existencia tiene las típicas mesas de bar dispuestas en el amplio salón, mesas de billar, y hasta tiene una pequeña tarima que allá por los años ’30 supo albergar a la orquesta de señoritas. En la actualidad se incorporaron pantalla gigante, varios plasmas distribuidos por todo el local fundamentalmente para seguir las transmisiones de futbol. Una estructura que les venía como anillo al dedo a nuestros amigos. Una película, un alimento no perecedero como entrada (y de paso como colaboración para un centro social). “La convocatoria se hacía persona a persona, por mail, y carteles no muy grandes pero muy coloridos y brillantes confeccionados por los dueños del local y colocados en las vidrieras que rodean la esquina. Con un promedio de 30 a 50 personas”, me explica Héctor Correa, el más “cinéfilo” del grupo. Entre los concurrentes había estudiantes, adultos, algún joven aspirante militar con su uniforme y nunca faltaba algún habituè del bar que se enganchaba con la película. Cuando todo estaba dispuesto, la proyección era precedida por una breve introducción que explicaba el sentido de ese momento y las motivaciones del grupo de diálogo organizador del evento. “Luego
mi hermano Luis y yo (sigue Héctor) nos abocábamos al film, y luego al finalizar coordinábamos el debate, que siempre fue muy rico e interesante. No entrábamos tanto en los aspectos técnicos, ni estéticos, del film, pero sí nos preocupábamos de brindar detalles sobre las ideas y pensamientos del autor, el tratamiento de los personajes, y el contexto histórico donde se desarrolla la historia. Así los invitados se sentían más interesados en los contenidos”.
“Poner el acento en realidades e historias donde se observa que llevan en sí conceptos y concepciones del mundo que muchas veces no concuerdan con nuestros pensamientos (explica Sisi Deramo), es un ejercicio que nos obliga primero a escuchar tentamente lo que expresa el otro, y segundo a hacernos entender, en un marco de provechoso y cordial diálogo, para que del ‘choque’ de opiniones se enriquezcan los concurrentes y se nutran en el entendimiento y la comprensión colectiva”. ¿Qué películas eligieron?, le pregunto a Kiki Deramo. “Elegimos films sobre los que luego pudiéramos dialogar: ‘Cinema Paradiso’, ‘Il postino’ o ‘El cartero de Neruda’, ‘The Truman show’, ‘The wall’ de Alan Parker y ‘La sociedad de los poetas muertos’. Creo que no nos equivocamos”. “Fue una experiencia muy enriquecedora para todos. Ojalá podamos repetirlo este año”, se augura Sisi. (Carlos Mana)
Ene 31, 2012 | Senza categoria

Los hechos del 30 de enero hacen temer que el caso de Marisa Baù, desgraciadamente, se hayan concluido en un modo distinto de cómo las últimas observaciones en Como y en Locarno habrían hecho esperar.
De hecho, durante la tarde la policía suiza informó a los responsables del Centro de Montet, quienes a su vez advirtieron a la familia, que habían encontrado el cuerpo de una mujer totalmente compatible con el de Marisa Baù, en el interior de un cobertizo agrícola situado en la vecina localidad de Cugy, a un kilómetro y medio del Centro.
Todavía quedan por esclarecer las causas del deceso y se espera el reconocimiento oficial. Las circunstancias de la muerte se clarificarán con la certificación médico-legal en el hospital cantonés de Friburgo, donde ha sido transportada la salma.
Ene 30, 2012 | Focolare Worldwide
¿Quieres saber qué marca la diferencia en la vida? Basarla en la Palabra vivida. Esta podría ser la síntesis de una cita nacional que ha visto converger a más de 700 jóvenes, muchos adolescentes, desde todos los rincones de Portugal al Centro Comunitario Sra Da Boa Nova, un auditorio de reciente construcción situado en Estoril, a pocos kilómetros de Lisboa.
El día antes habían llegado también de las lejanas islas Azores y de Madeira. Los que bajan de los autobuses provenientes del norte del país revelan una cara somnolienta, dado el viaje de 4-5 horas y la madrugada para no faltar a la cita, pero cuando a las 11 se abren las puertas del auditorio explota la vivacidad típica de esta tierra: es enseguida una sala compacta, atenta, partícipe. Todos están “sincronizados”, como dice la canción de apertura.
Quien los invitó y preparó el programa, denso de aportes de todo tipo, con cantos, coreografías, testimonios, reflexiones, un trabajo desde hace meses en un período que aquí en Portugal era el más intenso de la vida universitaria, con un montón de exámenes. También por esto la sala con 700 jóvenes es algo extraordinario. Tantos de los presentes en los próximos días afrontarán algún examen, e incluso alguno decidió no presentarse con tal de asistir.
En el palco, además del conjunto, los acoge un escrito de cinco letras sobre grandes carteles: ID GEN. En la época de los mjs y de twiter, bastan pocas letras para entenderse; las cinco citadas hablan de todo un programa, y no sólo el de la jornada: identidad gen, o bien la vida, los ideales, las acciones de los gen, los jóvenes del Movimiento de los Focolares que animan la jornada. Joao, Adrián, Tiago, Rita, Violeta, Antonio, Ana, Ricardo, Joana, Inés hablan del gusto de vivir el Evangelio en distintas circunstancias de su existencia. Hay quien logra ir más allá de las injusticias en la universidad, quien intenta no dejarse arrastrar por la competencia en el mundo del trabajo, quien entiende que el cambio en las relaciones empieza con alguna renuncia a las propias comodidades. Efectos del amor de innumerables matices.
Violeta cuenta que vivió un período de estudio en Barcelona, donde compartió la experiencia con 18 chicas de distintas nacionalidades. Una de ellas era de Egipto, musulmana. No siempre sus costumbres son entendidas por los demás, pero para Violeta amar quiere decir hacer a los demás lo que quisiéramos que nos hicieran a nosotros”, y por esto no deja sola a su amiga en algunas situaciones que los otros lo hacen. Gestos que no quedan aislados, sino que poco a poco involucran uno, dos, tres y más colegas. Un mundo más unido y fraterno pasa también por esto. Se habla es de un amor por el cual uno se “ensucia las manos”. Y le sucedió, en el auténtico sentido de la palabra, a Tiago quien, invitado por un sacerdote, hizo un período de voluntariado a favor de la gente que vive en la calle. Al principio le resulta difícil estrecharles sus manos malolientes, lavar los cubiertos que usan, limpiar los baños del centro donde poco a poco empiezan a ir a bañarse. También en esta ocasión el Evangelio viene en su ayuda. “En verdad os digo, cada vez que hiciste algo a uno de estos pequeños hermanos míos a mí me lo hiciste”. No sólo mejora decididamente la situación de estas personas que redescubren su dignidad, sino que también Tiago al final de los cinco meses transcurridos con ellos puede afirmar: “Podía mirarlos como ‘profesores’ que me enseñaron a amar, a ensanchar el corazón”.
Amar, también cuando el dolor toca fuerte, como cuenta Ana Filipa en la experiencia con sus dos hermanos afectados con una distrofia muscular. Una experiencia compartida con otros gen de la ciudad hasta la muerte de uno de los dos, confirma Ricardo quien testimonia cuanto son auténticas las palabras de Chiara Lubich, en una respuesta dada en el 2000, donde explica que “el más grande dolor, si se abraza, deja en el corazón el amor”. Y entonces, también ésta puede ser llamada la “generación del futuro”, porque al chocar con la precariedad de la vida de hoy, descubre que en este amor más grande hay una salida, que la meta de un mundo unido, lejana para muchos, está al alcance de quien ama. Pregúntenlo a Joana quien cuando era pequeña quería cambiar el mundo y ahora lo hace viviendo según el Evangelio en su trabajo en el Parlamento del país.
La presidente de los Focolares, María Voce, no quiso faltar a la cita y grabó un mensaje video para los jóvenes presentes. “Hoy han oído hablar de un sueño, un gran sueño -dijo la Presidente de los Focolares, María Voce-: el mundo unido. Se les presentó un camino para realizarlo, un estilo de vida, basado en una revolución, la revolución del amor evangélico. (…). Se ha vuelto claro para ustedes cuál es el camino que hay que recorrer, un camino que hay que emprender con valentía, sin excitación”. Si el sueño “el sueño es grande”, el camino no es fácil ni libre de obstáculos, pero de todas formas “entusiasma”, asegura María Voce y “garantiza una felicidad que ninguna otra experiencia humana, por bella que sea, por rica o grande que pudiera ser, se puede igualar”. Es de todas formas una revolución, que tiene “la garantía del éxito, porque no se basa en nosotros, se basa en la Palabra de Dios” Y es esto lo que hace la diferencia en la vida de un gen, de un joven. ¡Y no sólo! Se concluye la jornada con una llamada telefónica entre los jóvenes y María Voce quien estaba conectada durante el programa por Internet. La presidente da a todos una cita: el Genfest en Budapest del 30 de agosto al 2 de septiembre próximos.
de Aurora Nicosia, corresponsal