Movimiento de los Focolares
Brasil: periferias violentas y potencia del amor

Brasil: periferias violentas y potencia del amor

20150311-02«Ayer asesinaron de 13 balazos a un hombre». Es lo que cuenta la primera persona que les abre su puerta a algunos chicos que, en el fin de semana entre el 20 y el 22 de febrero, llegaron a su casa sólo con una sonrisa. La escena se ubica en las periferias de Juiz de Fora, en el Estado de Minas Gerais, en Brasil, en un barrio marginado. Después de algunas horas transcurridas juntos, la misma persona les dijo a los jóvenes: «Si ayer experimentamos el terror, hoy sentimos el amor».

Son jóvenes del Movimiento de los Focolares, de la Renovación Carismática, de Shalom, jóvenes de grupos parroquiales; en total un centenar. Durante algo más de un año, visitaron 10 ciudades, se encontraron aproximadamente con 5000 familias con las que compartieron alegrías y dolores, anunciándoles con valor que Dios los ama inmensamente. La gente expresó su alegría por su presencia; de hecho los sacerdotes son escasos y no logran visitar a todos los que lo necesitarían.

«Todo empezó durante la Jornada Mundial de la Juventud 2013 y el encuentro de millones de jóvenes con el Papa en la playa de Copacabana – cuentan los Gen de Minas Gerais –. Durante la Misa conclusiva, una chica de nuestro grupo sintió resonar fuerte en el corazón el mensaje central de la JMJ: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos”».

Regresando a Juiz de Fora, su ciudad, Leticia – así se llama – comunica a los demás gen lo que sintió y juntos deciden que sería oportuno hablar con su arzobispo, Mons. Gil Antônio Moreira.

Leticia lo va a visitar animada por sus amigos. El arzobispo, por su lado, había rezado para que la JMJ no se quedara sólo en un gran evento, sino que tuviera continuidad esa intensa experiencia espiritual vivida de forma colectiva por muchos jóvenes de todo el mundo.

20150311-01Nace así el proyecto “Jóvenes Misioneros Continentales”, nombre propuesto por el mismo arzobispo, con el objetivo de lanzar a los jóvenes al encuentro de los demás, para vivir una Iglesia que pone en práctica el “salir, juntos y preparados”. Tres palabras que se traducen en los tres puntos principales del proyecto: misión, oración y formación.

«Es hermoso salir juntos, jóvenes de parroquias y Movimientos distintos, pero como hermanos – explica Vinicius – respetando las diversidades de cada uno, en la forma de rezar y de hablar en la intimidad con Dios. Es importante también el diálogo que se genera con algunas familias de otras religiones».

«Llegando a las casas de las personas (son muchos los que nos abren la puerta y nos invitan a entrar) – agrega Ana Paula – descubrimos tesoros bellísimos, como cuando encontramos a una mujer cristiana evangélica quien había perdido a su esposo pocos días antes. Después de haber estado juntos, nos dijo: “No puedo permanecer en la tristeza, porque él está con el Padre, en el Paraíso”».

«Vamos a las periferias de las ciudades sin saber qué encontraremos – concluye Cristiano – pero confiando en Dios; sentimos que Él nos repite aun hoy “Ámense recíprocamente como Yo los he amado”. En especial tratamos de amar a aquellos que más necesitan, incluso cuando estamos cansados o nos equivocamos. ¡Siempre se puede volver a empezar!».