Las palabras que no te he dicho

Federico con su papá
Ahora que sabe escribir, crece su autoestima, hasta llegar a publicar un libro Aquello que nunca he dicho donde por primera vez podemos ver el punto de vista de un chico que explica su síndrome con observaciones raras y preciosas. De este modo sale del aislamiento. Finalmente experimenta la alegría de compartir sus emociones, concluye con éxito los estudios hasta egresar con un Bachillerato en ciencias. Todavía hoy Federico casi no dice nada. “Les aseguro –escribe- que soy casi incapaz de hablar verbalmente, me expreso con palabras sueltas, sólo raramente logro componer una pequeña frase. Puedo escribir a mano sólo con letra de imprenta muy grande e insegura”. Es gracias a la computadora que por primera vez juega con un amigo, que se presenta a sus compañeros del colegio y que, años después, participa ‘activamente’ en las reuniones de preparación para la Confirmación “Poco a poco –cuenta– mi pc portátil se convirtió en un compañero inseparable. Con mi computadora y con la ayuda de una persona preparada para ayudarme, verdaderamente puedo decir lo que pienso en cada situación”. Hoy Federico estudia percusión, tiene muchos amigos, ayuda a las personas que tienen una persona autista en su familia con consejos de la vida cotidiana, y tiene muchos proyectos para el futuro. «Ahora mi vida ha encontrado un curso», escribe, «gracias a los capacitadores que me han enseñado el método, a mis padres quienes con entusiasmo se han lanzado en esta aventura. Yo estoy feliz con mi vida, y el mérito, en gran parte, es de ellos». Pero no piensa sólo en sí mismo: «¿Cuántos autistas mentalmente perdidos habrían podido ser otros Federico si hubiesen sido diagnosticados pronto, hubiesen tenido un buen estímulo en la edad del desarrollo y hubiesen sido muy amados?». Su sueño, cuando sea grande: «Iré por el mundo a visitar mujeres encinta para entender si su hijos podrán hablar y curar el autismo. Yo jugaré con sus niños para ayudarlos a crecer y a aprender a hablar. Cuando un niño tenga necesidad de mí, yo estaré allí para ayudarlo». Fuente: Città Nuova online
