Movimiento de los Focolares
Francisco y Kirill: la unidad se hace caminando

Francisco y Kirill: la unidad se hace caminando

20160215-0312 de febrero de 2016. El aeropuerto de la Habana (Cuba) es el lugar que hospeda el primer encuentro en la historia entre el Obispo de Roma y el Patriarca de Moscú. Un encuentro fraterno, “entre obispos”, que ha permitido tener «la posibilidad de escuchar y entender las posiciones el uno del otro», como dijo el patriarca Kirill al final del encuentro. Entre las preocupaciones comunes se encuentran el anhelo de paz y la defensa de los cristianos perseguidos en el mundo. «He sentido el consuelo del Espíritu Santo en este diálogo», afirmó el papa Francisco, por la perspectiva de «una serie de iniciativas» para realizar juntos. «No somos competencia, sino hermanos, y este concepto es el que debe guiar nuestras acciones recíprocas hacia el mundo externo», se lee en el corazón de la Declaración conjunta firmada por el Papa y el Patriarca. En ella se invoca la necesidad de un trabajo común entre católicos y ortodoxos, y se auspicia la superación de las divergencias históricas heredadas, respondiendo juntos a los desafíos del mundo contemporáneo. Se trata de los cristianos víctimas de la persecución, de la violencia en Siria, en Irak y otros países de Medio Oriente, de la lucha contra el terrorismo, del diálogo interreligioso, del proceso de integración europea en el respeto de las identidades religiosas. Pero también se tocaron temas sociales y éticos, con preocupación “pastoral”, como subrayó el Papa Francisco a los periodistas en el vuelo entre Cuba y México: pobreza, crisis de la familia, derecho a la vida (aborto, eutanasia y procreación asistida), los jóvenes, la paz en Ucrania. «De nuestra capacidad de dar juntos un testimonio del Espíritu de la verdad en estos tiempos difíciles –se lee en la Declaración- depende en gran parte el futuro de la humanidad». «También aquí en Moscú se siente que ha sido un encuentro histórico –escribe Anna Gloria, focolarina italiana actualmente radicada en Moscú-. Los medios de comunicación han hablado mucho. La noche anterior al encuentro, en la Catedral católica de la Inmaculada Concepción el obispo Paolo Pezzi nos invitó a todos a rezar por la unidad. Fue muy bello. Éramos católicos y ortodoxos de varios Movimientos y comunidades. Se advierte que se ha dado un paso importante en la unidad». La Iglesia ortodoxo rusa –a pesar de la reciente tensión entre Moscú y Roma- tiene una larga historia de búsqueda de la reconciliación entre las iglesias cristianas divididas. Lo dijo, en una entrevista para Radio Vaticana el padre Hyacinthe Destivelle – encargado de las relaciones con las Iglesias ortodoxas eslavas ante el Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos-, quien estaba presente en Cuba para el encuentro. En la entrevista el Padre Destivelle explicó además que «la Iglesia ortodoxa rusa es la quinta en orden tradicional de autoridad entre las 14 Iglesias ortodoxas autocéfalas. En primer lugar, con un primado de honor, está el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, que tiene una relación especial con la Santa Sede». «El significado del encuentro entre el Papa Francisco y el Patriarca Kirill puede ser visto a la luz de la historia de las relaciones con la Iglesia ortodoxa rusa», donde ella «puede ser un puente entre el Este y el Oeste». El Padre Destivelle además citó otros ejemplos de cómo la Iglesia ortodoxa rusa ha sido activamente pionera en las relaciones ecuménicas, por ejemplo, fue la primera Iglesia que envió observadores durante el Concilio Vaticano II. Entre los temas tratados en forma privada en las dos horas de coloquio entre Francisco y Kirill estuvo también el Sínodo Panortodoxo, previsto para junio del 2016 (por primera vez después del realizado en el 787), en Creta. Reunirá a todas las iglesias ortodoxas. «Para la Ortodoxia el Sínodo –había explicado recientemente el Prof. Dimitrios Keramidas en el contexto de una escuela ecuménica de los Focolares– no es un evento que se inserta desde afuera en la vida eclesial, sino más bien la manifestación oficial del ser comunión de la Iglesia, del continuo e ininterrumpido camino del pueblo de Dios». Un camino hacia la unidad.

Enfermedad: el límite transformado en riqueza

Enfermedad: el límite transformado en riqueza

20160213-02«Hace 21 años, el 3 de mayo, al salir de casa para llegar al banco donde trabajaba, no pensaba que a la noche no habría vuelto. Un fuerte dolor de cabeza obligó a mis colegas a llevarme a urgencias de un hospital. Tenía 49 años, una vida profesional bien encaminada, un ascenso inminente, una hermosa familia con tres hijas, desde los 18 a los 14 años. Imprevistamente me encontré en una silla de ruedas que ni siquiera lograba manejar, porque había perdido el uso de la pierna y también el del brazo. Me había convertido en una nada: me tenían que ayudar a comer, a lavarme, a vestirme… dependía de los demás en todo. Sentía dentro desesperación y angustia, sentimientos que trataba de apartar porque sabía que no eran la solución. Desde que había abrazado la espiritualidad de los Focolares, había aprendido a aceptar la voluntad de Dios, y aunque no entendía el porqué de esta ruina, con mi esposa Pina, queríamos creer que también esto era amor de Dios para mí, para nosotros. También nuestras hijas se involucraron en esta elección y desde los primeros días me encontré con una fuerza y una paciencia que nunca habría imaginado tener. En pocos meses recuperé el uso de la pierna y con gran esfuerzo y con el apoyo de un colega que me acompañaba, logré volver al trabajo por otros 7 años. Después no pude más. 20160213-01Mi discapacidad no me permitía caminar más que por breves tramos. No podía manejar el auto, bañarme solo, abrocharme la ropa, cortar la comida en el plato, preparar una cafetera, abrazar a mi esposa y a mis hijas. En síntesis, no podía hacer todos aquellos gestos en los que se precisa el uso de las dos manos. A veces, el miedo me resultaba aún más amargo que todo. Miedo a no poder ir adelante como pareja, miedo a la soledad, a mi fragilidad frente a las distintas situaciones, dudaba si sabía desarrollar el rol de padre y otras cosas. Después comenzaron otras etapas en mi salud: internamientos en el hospital, un tumor que fue frenado a tiempo, caídas con fracturas de huesos, etc. Hoy con tenacidad, sigo haciendo la fisioterapia, aunque sé que no existen perspectivas de curación. Pero por lo menos ayudan a enlentecer el proceso de invalidez. Más fuerte que todo sin embargo, es la gracia de la ceranía de Dios en cada momento que advierto dentro de mí. En estos 21 años la refinada fidelidad de Dios me ha acompañado siempre, con la delicadeza y la ternura que sólo Él sabe dar. Con Pina aprendimos a dejarnos llevar por El y a dejarnos sorprender por su amor. Y cuando todo parecía derrumbarse, o se volvía precario o confuso, en el fondo del corazón percibíamos que este modo de participar –en alguna medida- en el misterio de Jesús en la cruz, era para nosotros un privilegio. Como Él también yo, también nosotros tratábamos de superar el dolor amando a todos los que estaban a nuestro alrededor, experimentando, eso que podríamos llamar ‘alquimia divina’, es decir, que el dolor es un talento que se puede convertir en amor. 20160213-03Dios me/nos tomó de la mano y fue revelando poco a poco su proyecto sobre nosotros, nos hizo el don de entrar en profunda intimidad con Él y entre nosotros, haciéndonos comprender – en la luz- también el misterioso significado del dolor. Y aquello que podía parecer un límite se transformó en riqueza, aquello que podía frenarnos se transformó en una carrera, gracias a la fuerte experiencia compartida con muchos otros. Dios nos ha hecho más sensibles y misericordiosos hacia todos aquellos que con tanta fantasía nos pone al lado. Nos hace experimentar que ni siquiera una enfermedad invalidante puede quitar la posibilidad de ser instrumentos en las manos de Dios para el prójimo» Giulio Ciarrocchi