Ago 4, 2016 | Sin categorizar
Después de participar en la memorable JMJ de Cracovia, 67 cardenales y obispos amigos del Movimiento de los Focolares, de 27 países de 4 continentes, se reúnen en Braga, en el norte de Portugal, del 2 al 10 de agosto de 2016. Un encuentro que se repite desde 1977 y que por primera vez se realiza en la tierra lusa, cerca del Santuario de Nuestra Señora de Sameiro, por invitación de Mons. Jorge Ortiga, arzobispo de Braga. Moderado por el cardenal Francis Kriengsak, arzobispo de Bangkok, Tailandia, el encuentro tiene como fin profundizar en la comunión fraterna entre los obispos presentes a la luz de la espiritualidad de la unidad que anima a los Focolares. El tema central del encuentro será el misterio de Jesús en la cruz que grita: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mc 15,34), llave para encontrar y abrazar las heridas del mundo de hoy y que será también el tema para todo el Movimiento durante 2016/2017. Maria Voce, presidente de los Focolares, presente en el encuentro, ofrecerá algunos aspectos sobre el tema. También estará presente el co-presidente Jesús Morán y algunos consejeros centrales para un intercambio sobre la vida del Movimiento de los Focolares. Otros temas de reflexión y de trabajo – con los aportes específicos de teólogos, políticos y otros miembros de los Focolares – sobre la actual situación mundial, la reforma de la Iglesia en la huella del papa Francisco, el ecumenismo. Una invitación a los obispos de la Conferencia Episcopal Portuguesa para el día 9 de agosto será, para los que puedan asistir, la ocasión para un intercambio fraternal de experiencias y de conocimiento recíproco, enriquecida por la presencia de obispos de las diócesis de muchas partes del mundo Una peregrinación a Fátima con el fin de encomendar a María la propia vida y misión, en aquella que se conoce como la tierra de Santa María, sellará el encuentro. Los congresos de los obispos amigos del Movimiento de los Focolares comenzaron en 1977 por iniciativa de Mons. Klaus Hemmerle, obispo de Aquisgrán, Alemania. Fueron aprobados y apoyados desde el principio por la Santa Sede para promover la colegialidad “efectiva y afectiva” entre los obispos en un espíritu de comunión y fraternidad. Fuente: Nota de Prensa
Ago 4, 2016 | Focolare Worldwide, Senza categoria
«Fueron días espléndidos, sentí paz y seguridad. El diálogo en los grupos fue muy enriquecedor, especialmente en el de las familias». «Agradezco a Dios por la gracia que recibimos también como pareja. Entre nosotros dos estábamos discutiendo un poco, pero aquí muchas cosas cambiaron. Ahora estamos felices y dispuestos a comprometernos en cualquier actividad». «Por primera vez estuve ayudando donde se encontraban los más chiquitos: una experiencia muy especial. De ellos aprendí la sencillez y cómo vivir el amor en lo cotidiano». «Sentí que debo aceptar al otro así como es. ¡Estoy cargado de energía para seguir avanzando!». Éstas son algunas impresiones, como tantas otras, que la gente expresa en todo el mundo donde está en curso alguna Mariápolis, la cita típica de verano de los Focolares. Hasta aquí, nada nuevo. Lo extraordinario es que estas impresiones provienen de la sufrida Tierra Santa. «Nuestra Mariápolis –escriben desde Jerusalén- se desarrolló desde el 30 de junio hasta el 2 de julio, en Jenín, Palestina. Un lugar muy lindo, que favorece la distensión, que ayuda a profundizar el hilo de oro del programa que invitaba a experimentar la misericordia de Dios y con los hermanos. Asistieron 230 personas de distintas localidades; muchas de ellas participaban por primera vez, entre ellos muchos jóvenes y niños. Había también 20 personas de la Franja de Gaza que para la ocasión lograron obtener el permiso para salir del país». «Entre los participantes más representativos se encontraba el arzobispo melquita de Galilea Mons. Georges Bacaouni, cuyas palabras –según escribió un participante- fueron de gran luz, porque nos alentaban a todos a vivir de modo que alrededor nuestro se viera que amábamos a Jesús».
«Estando en el Año de la Misericordia, estaba previsto también un espacio que llamamos “de tú a tú con Dios”. Después de un profundo examen de conciencia delante de Jesús Eucaristía, cada uno podía escribir los pasos que sentía que tenía que dar para crecer en el amor hacia Dios y hacia los demás. Luego quemaba el papel en una gran fogata, símbolo de la misericordia de Dios. Después de este momento solemne, una señora de Gaza nos confesó con muchísima alegría: “Yo lo hice, perdoné a todos. Ahora recomienzo desde el principio”». Algunos reencontraron la relación con los Focolares después de mucho tiempo: «Vuelvo a la Mariápolis después de 15 años, pero la estoy viviendo como si fuese la primera vez. Escuchando los temas de Chiara Lubich comprendí que en cada momento es posible retomar el paso con los demás, es suficiente recomenzar y amar en el presente. Experimenté nuevamente que cuando estamos juntos existe una fuerza especial que nos da la energía para ir adelante».