Movimiento de los Focolares
Chiara Lubich: La Familia de Nazaret

Chiara Lubich: La Familia de Nazaret

ChiaraLubich_1981Creo que para volver a dar a la familia su verdadero rostro, para devolverle su esplendor, junto a los discursos, a las advertencias, a las directivas, (…)  sirva aquel ejemplo luminoso y universal que la Sabiduría eterna inventó: la familia de Nazaret. Todas las familias del mundo que existen y que existirán, pueden mirarla como modelo y tipo. Y no sólo las familias, cada uno de sus componentes puede inspirarse en ella para saber qué comportamiento debe adoptar, qué actitudes debe asumir, qué relaciones tiene que reavivar, qué virtudes tiene que cultivar. Cualquier hombre de la tierra que sea esposo y padre, siempre podrá encontrar en José, el Esposo de María, el padre adoptivo de Jesús, una luz, un estímulo, una fuente de inspiración. De él aprenderá la fidelidad a toda prueba, la castidad heroica, la fuerza, la laboriosidad silenciosa, el respeto, la veneración, la protección a la madre de sus hijos, la participación en las preocupaciones familiares… Y toda mujer, que sea esposa y madre, podrá descubrir en María su propio “deber ser”, la igualdad con el hombre y la propia identidad. En la esposa de José verá plenamente realizado el deseo de ser protagonista también ella; gracias a María comprenderá cómo ir más allá del círculo familiar y difundir, para el bien de muchos, las riquezas que le son propias: la capacidad de sacrificarse, la interioridad que la hace segura, la religiosidad que la distingue, la necesidad innata de elevarse y de elevar irradiando candor, belleza, pureza. Del mismo modo los hijos encontrarán en Jesús, hijo de María y de José, compuestos con una admirable unidad, las dos tendencias que pueden atormentarlos: la necesidad de afirmarse como otra generación que tiene que abrir un nuevo capítulo en la historia, y el deseo de ampararse a la sombra de sus queridos padres en el amor y en la obediencia. Sí, que la Sagrada Familia, la joya de la humanidad asociada, que refleja la vida de la Trinidad, donde el amor hace uno a Dios, esté hoy ante nosotros, que esté con todos nosotros (…)  para el bien de la familia en el mundo, de la familia en la Iglesia y para la gloria de Dios. De: Chiara Lubich – Mensaje al  FamilyFest  de 1981  

El descubrimiento de George

Si no hubiese sido por un grupo de amigas, maestras de una escuela para niños de la calle, por lo tanto muy conocedoras de lo que es la miseria y las carencias de todo tipo, no hubiera nunca descubierto este aspecto de mi ciudad; los pobres. Sin embargo, Saigón, o como la llamamos ahora, Ho Chi Minh City,  es también esto: pobreza, carestía, sufrimiento. En Navidad y para las grandes fiestas, se acostumbra pasear, tal vez cerca o detrás de las famosas cervecerías y buscar, en verdaderos y reales tugurios, mal olientes e infestados de ratones, a algunas familias pobres o más bien paupérrimas. Creía haber visto la pobreza en Tailandia, entre los prófugos Karen y emigrantes en las montañas del Norte y en los canales sucios de Bangkok, pero lo que vi hoy en Saigón, en la “Milán del Vietnam”, nunca lo habría imaginado. Pequeñas habitaciones, habitadas por 12 personas, y en ocasiones tres perros. Me producía náuseas, a tal punto, cuando entraba en esos lugares, que con esfuerzo me quedaba. Pero después, al ver los rostros de esos niños que se iluminaban, de esas madres que me miraban intensamente para decirme “gracias” cuando les ofrezco una bolsa con 5 kilos de arroz, me siento recompensada y me vienen deseos de vivir y como la alegría que uno siente cuando se seca después de una lluvia que te ha empapado totalmente. Y además están los pesebres de Saigón, son muchas estrellas cometa encima de las casas de muchas familias y además algunos callejones completamente iluminados, que dan color y un calor muy particular a esta ciudad, que no es para nada “fría”, impersonal, separada: y ni siquiera atea. Se ven las estrellas y los pesebres, porque los descubres por todos lados, y se te aparecen en muchos ángulos de las calles: los descubres casi de repente. Entre todos ellos, me impresionaron los pesebres de los mercados populares, de noche, casi al abrigo de la basura de un día entero: o también aquellos en un callejón perdido de la periferia, pero iluminado a causa de dos grandes pesebres armados justo en esa calle. Y después, en la parte de arriba de las casas, de noche, las estrellas fluorescentes que se encienden de forma intermitente. Volviendo esta noche a mi casa, después de que giré visitando a los pobres, miraba este espectáculo que me llenó de un gran sentido de gratitud: aunque estoy lejos de mi casa, no me falta el verdadero sentido de la Navidad. El Papa Francisco, el año pasado, dijo: «La Navidad es la fiesta de la debilidad, porque se festeja a un niño, signo de fragilidad, de pequeñez, de humildad y amor». Hoy comprendo un poco mejor esas palabras: esta noche que dejo a mis espaldas, porque ya es casi de mañana, estuvo iluminada por el amor que vi entre la gente que fue para ayudar, socorrer, mostrar cercanía al que sufre. Todavía una vez más, la noche cultural en la que vivimos está siendo iluminada por estos “pesebres vivos”, por gente, que hizo de ese Niño la verdadera razón de su propia vida. Y comprendí que el mensaje verdadero de la Navidad no ha muerto, sino que ese mensaje de amor, de comprensión, de ternura está vivo, y yo lo vi: estaba concentrado en el gesto de tomar en brazos un pequeño niño discapacitado de 3 años y estrecharlo fuerte a mi pecho. Y ese niño que se dejó levantar por este rostro desconocido. Toda la tecnología de los presentes y futuros robots (la nueva “frontera comercial” procedente de Asia y de la cual se habla mucho) no lograrán nunca realizar este milagro: el amor. Porque el amor es gratis. El amor no es un deber y nadie te lo puede ordenar o programar. Es un don que nace dentro. He visto rostros que se iluminaron y que creen que la vida, mañana por la mañana, irá adelante y que será un día más lindo que el de ayer. No me falta mi Europa en esta Navidad. Porque donde está el amor está también mi casa. También Saigón es mi casa.

Palabra de Vida – Enero 2018

La Palabra de vida de este mes recoge un versículo del himno de Moisés, un pasaje del Antiguo Testamento en el que Israel ensalza la intervención de Dios en su historia. Es un canto que proclama la acción decisiva de Dios para la salvación del pueblo durante el largo recorrido desde la liberación de la esclavitud en Egipto hasta la llegada a la tierra prometida. Es un camino que conoce dificultades y sufrimiento, pero que se realiza bajo la guía segura de Dios y mediante la colaboración de unos hombres, Moisés y Josué, que se ponen al servicio de su designio de salvación. «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder». Cuando pensamos en el poder, lo asociamos fácilmente a la fuerza del poder, que suele ser causa de abusos y conflictos entre personas y entre pueblos. En realidad, la palabra de Dios nos revela que el verdadero poder, tal como se manifestó en Jesús, es el amor. Él recorrió toda su experiencia humana hasta la muerte para abrirnos el camino de la liberación y del encuentro con el Padre. Gracias a Él se manifestó el poderoso amor de Dios por el hombre. «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder». Si nos miramos a nosotros mismos, hemos de reconocer con franqueza nuestras limitaciones. La fragilidad humana es una realidad innegable en todas sus expresiones: física, moral, psicológica y social. Y aquí es precisamente donde podemos experimentar el amor de Dios. En efecto, Él quiere la felicidad para todos los hombres, sus hijos, y por eso está siempre disponible a ofrecer su ayuda poderosa a todos los que se ponen dócilmente en sus manos para construir el bien común, la paz y la fraternidad. Esta frase ha sido elegida sabiamente para celebrar en este mes la «Semana de oración por la unidad de los cristianos». Cuánto sufrimiento hemos sido capaces de infligirnos mutuamente en estos siglos, ahondando grietas y sospechas, dividiendo comunidades y familias. «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder». Necesitamos pedir mediante la oración la gracia de la unidad, como un don de Dios; al mismo tiempo podemos también ofrecernos para ser instrumentos del amor de Dios para construir puentes. Con ocasión de un congreso en el Consejo Ecuménico de las Iglesias en Ginebra en 2002, Chiara Lubich fue invitada a ofrecer su pensamiento y su experiencia, y dijo: «El diálogo se desarrolla de este modo: ante todo nos ponemos en el mismo plano que nuestro interlocutor, quienquiera que sea; luego lo escuchamos haciendo el vacío completo dentro de nosotros … De este modo acogemos al otro en nosotros y lo comprendemos … Porque así, escuchado con amor, el otro es estimulado a oír también nuestra palabra»1. En este mes aprovechemos nuestros contactos diarios para afianzar o recuperar relaciones de afecto y amistad con personas, familias o grupos pertenecientes a Iglesias distintas de la nuestra.  Y ¿por qué no extender nuestra oración y nuestra acción también a las fracturas dentro de nuestra propia comunidad eclesial, como también en la política, en la sociedad civil y en las familias? Podremos testimoniar también nosotros con alegría: «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder». Letizia Magri ___________________________________________ 1 Cf. C. LUBICH, «La unidad y Jesús abandonado, fundamento para una espiritualidad de comunión», Ginebra 28-10-2002.

Navidad en las ciudadelas de los Focolares

Navidad en las ciudadelas de los Focolares

En el verano de 1962, Chiara Lubich tuvo la primera intuición de lo que hoy son las “ciudadelas” o “Mariápolis permanentes”. «Fue en Einsiedeln (en Suiza, ndr.) que comprendió, – viendo desde la cima de una colina la basílica y su alrededor- , que debía surgir en el Movimiento una ciudad, que no estaría formada por una abadía o por hoteles, sino por casas, lugares donde se trabaja, escuelas, como en una ciudad común”, escribió Chiara en su diario (marzo de 1967). Son 32 las ciudadelas esparcidas en todos los continentes y habitadas por personas que quieren realizar una experiencia de vida y de donación al hermano. Son laboratorios de fraternidad en los cuales la espiritualidad de la unidad impregna las relaciones humanas, construyendo un boceto de sociedad basada en la ley evangélica del amor recíproco. Loppiano_25122017Cada una de ellas tiene una característica particular, en armonía con el contexto social en el cual surge. Loppiano, la primera ciudadela que nació en los años ’60, cerca de Florencia (Italia) y Montet (Suiza), tienen el timbre de la internacionalidad, de las multiculturalidad y de la formación. Ottmaring (Alemania), tiene una vocación ecuménica: los habitantes son miembros de varias iglesias. Las ciudadelas de América Central y Meridional están más orientadas al compromiso social, Tagaytay (Filipinas) y la ciudadela Luminosa (USA) al diálogo interreligioso, Fontem, en Camerún a la inculturación. Y así se podría continuar. En estos días, dado que estamos en el período de las fiestas navideñas, las ciudadelas proponen momentos de descanso dentro del espíritu de fraternidad que las distingue. Desde Loppiano los jóvenes escriben: «Mucho más que una gran cena, mucho más que una fiesta. Es lo que queremos que sean los tres días que estamos organizando desde el 30 de diciembre al 1º de enero». No faltará también la experiencia de practicar música con la banda internacional Gen Verde que tiene su sede en la ciudadela. El 31 de diciembre los participantes tendrán la posibilidad de subir al palco junto con las artistas durante el “One World Celebration” precisamente durante  la gran vigilia del  primero de año en el Auditórium de Loppiano. Al día siguiente, tendrá lugar el Concierto del primer día del año, ofrecido por un equipo de artistas, guiados por el maestro Sandro Crippa. 2012-12-17-14.38.40En los Estados Unidos los habitantes de la Mariápolis Luminosa que se encuentra en Hyde Park (NY) en la hermosa ciudad Hudson Valley, proponen, a partir de la mitad de diciembre, una reseña de los Coros polifónicos que interpretarán los característicos Christmas Carols, con un programa también para los más pequeños. La ciudadela es también la sede de una exposición de 50 Pesebres, comenzada en 1987 y que ha tenido un éxito inmediato. El número de visitantes, estudiantes, familias, adolescentes, continúa creciendo. En el Centro Mariápolis “Am Spiegeln” (Viena), desde el 27 al 30 de diciembre está previsto un lindo programa con paseos, excursiones por el parque y al castillo de Schönbrunn, también habrá juegos, reflexiones y momentos de oración: «Quisiéramos ofrecer un lugar donde las personas puedan encontrarse sin prejuicios», escriben.   En Bélgica, la “Maripápolis Vita” está ubicada en Roselaar. Su especificidad está en su orientación ecológica. En estos días está previsto un Mercado anual de anticuarios y el domingo 17 de diciembre la carrera tradicional para recoger fondos para el mantenimiento de la ciudadela. Desde la “Mariápolis Lía” (Argentina), escriben: «Hemos invitado al almuerzo de Navidad a algunas personas ancianas que viven solas. Es ya una tradición. Les ofreceremos a nuestros huéspedes momentos de reflexión y de comunión de vida. También la cena del 24 y el almuerzo del 25 de diciembre significan momentos de fraternidad entre todos. Con los familiares de los numerosos jóvenes presentes en la ciudadela prepararemos un pesebre viviente que se realizará después de la misa del 24, mientras que el coro de la Mariápolis animará el encuentro ejecutando villancicos de distintos países. Este año además, participaremos en el pesebre viviente que realizará la parroquia del cercano pueblo de O’Higgins. Festejaremos a Jesús que nace también en la Pampa argentina».