May 25, 2017 | Sin categorizar
El encuentro, promovido por el Movimiento de los Focolares, estará centrado en la Sinodalidad. Están invitados sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, ministros de distintas Iglesias y laicos, tanto jóvenes como adultos, sensibles a este argumento de la vida de las parroquias. Información e Inscripciones: A través de los Focolares más cercanos o mediante la dirección electrónica: netwalking2017 @focolare.org Carta-invitación
May 25, 2017 | Focolare Worldwide, Senza categoria
“Con viva alegría” María Voce recibió la noticia de la elección del Card. Gualtiero Bassetti como nuevo Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), anunciada el 24 de mayo de 2017. En una carta de congratulaciones, la Presidente del Movimiento de los Focolares expresa sus “más sentidas felicitaciones por este prestigioso encargo, claro signo de confianza por parte del Santo Padre”. “La huella de colegialidad y de amor”, continúa la Presidente, “que le es propia será un gran don para toda la Comunidad eclesial y civil italiana, en especial para aquellos hermanos y ámbitos que se parecen a Jesús Crucificado y Abandonado”. También el Movimiento de los Focolares en Italia felicitó al nuevo Presidente de la CEI en cuyo nombramiento encuentra un “motivo de gran alegría”. En una nota de prensa, subraya su “estilo fielmente caracterizado por la cercanía a las personas, a los obreros, a los migrantes, a las familias, en las situaciones concretas de crisis y en la búsqueda de la verdad”. Le desea “experimentar en esta nueva tarea un siempre renovado valor para afrontar los innumerables desafíos, confortado por esa sinodalidad que testimonia el rostro fraterno de la Iglesia”. Nacido en 1942 en Marradi, cerca de Florencia, Gualtiero Bassetti se ordenó sacerdote en 1966. En 1994 fue nombrado obispo de Massa Marítima, luego de Arezzo (1998) y en 2009 arzobispo de Perugia. En 2014, el Papa Francisco lo acogió en el colegio cardenalicio.
May 25, 2017 | Focolare Worldwide
«Fuimos a Mocoa, junto al Padre Juan Carlos Almario, sacerdote focolarino, llevando las ayudas económicas recogidas por todas las comunidades de Colombia –escriben Elizabeth y Alejandra del focolar de Bogotá-. Estábamos allí a nombre de toda la familia del Movimiento, para llevar el amor, las oraciones de muchos, y la ayuda concreta, no sólo de Colombia sino también de otras partes del mundo que vivieron y viven con nosotros esta tragedia». «Algunos sacerdotes del Movimiento, párrocos de Mocoa (36.000 habitantes), nos acogieron con cantos y mucha alegría. Después nos encontramos con la gente. Cada uno tenía una dura historia que contar vinculada a la catástrofe vivida. Lloramos con ellos». Recordaban esa noche del 1º de abril, la avalancha de fango, y la “carrera de amor” que se desató entre ellos para ir a socorrer a las víctimas. Los sacerdotes, junto a su obispo Mons. Maldonado y otros párrocos, se organizaron para acompañar a los heridos en los hospitales, para acoger a las familias que buscaban a sus seres queridos desaparecidos, para sepultar a los muertos… Después, junto con sus parroquianos, improvisaron un comedor para dar de comer a los tantos que se quedaron sin agua y sin luz durante muchos días, para llevar comida a los médicos y funcionarios públicos ocupados en las actividades de rescate; organizaron las ayudas para distribuirlas a las personas afectadas, así como las mascaritas para protegerse de los fuertes olores. «De sus relatos se podía percibir una presencia “mariana”, silenciosa pero concreta, que llegó –a través de ellos- a cubrir las tantas necesidades producidas por la tragedia».
«Quisimos meditar juntos el tema del año que se vive en todo el Movimiento y nos pareció muy apropiado debido a la situación en la que nos encontramos: Jesús Abandonado». En la comunión espontánea que nació cada uno trató de mirar el dolor vivido, descubriendo un rostro del infinito dolor experimentado por Jesús en la Cruz, en la que se encuentra el sentido del sufrimiento. «Alguno ponía de relieve que a veces es más fácil descubrir un rostro del abandono de Jesús en las grandes tragedias, que en los sufrimientos cotidianos. Otro repetía su compromiso de permanecer siempre en la radicalidad y en la fidelidad a la elección de Dios-Amor». Uno de los párrocos decía, durante el almuerzo, que esas horas que pasamos juntos “habían sido como un oasis” que habían logrado sacarlo de esta pesadilla. «Después, junto al Padre Oscar, fuimos a los lugares por donde pasó la avalancha; un panorama de total destrucción y muerte; algunos barrios fueron totalmente borrados por el fango; otros, en cambio, se convirtieron en cementerios con casas aplastadas por enormes piedras, árboles arrancados de raíz y ruinas por doquier». En este infierno, el amor, las oraciones y las ayudas de todos llegaron a Mocoa y han dado un poco de alivio a las víctimas de esta tragedia. El viaje concluyó en la ciudad de Neiva, siempre en el sur de Colombia. «Queríamos visitar nuestra comunidad local y, junto a ellos, preparar la próxima Mariápolis que tendrá lugar en julio, en un parque arqueológico donde todavía se mantienen intactos los vestigios de una de las culturas autóctonas más antiguas de Colombia». Del pasado ancestral y del dolor de las tragedias naturales, los Focolares en Colombia se proyectan hacia el futuro. Lee también: Noticias desde Colombia