Movimiento de los Focolares
Terremoto: “Suspensión del embargo financiero a Siria para las organizaciones humanitarias”.

Terremoto: “Suspensión del embargo financiero a Siria para las organizaciones humanitarias”.

Llamamiento del Movimiento Político por la Unidad – Focolares

“Un llamamiento sentido y firme para que se ponga fin de inmediato al embargo en Siria que dificulta incluso el paso de la ayuda en estos terribles momentos”. Esto es lo que el Centro Internacional del Movimiento Político por la Unidad, expresión del Movimiento de los Focolares, dirige a la comunidad internacional, a los gobiernos y a la Unión Europea. “Al menos suspender temporalmente el embargo financiero para permitir que las organizaciones humanitarias ya activas sobre el terreno proporcionen la ayuda necesaria”. Llegan noticias dramáticas de las comunidades y familias de las zonas afectadas por el terremoto. El Movimiento de los Focolares, que ya lleva años trabajando en Siria con ayuda y proyectos humanitarios, ha lanzado una campaña especial de recaudación de fondos en todo el mundo. Sin embargo, las dificultades para hacer llegar ayuda a Siria persisten debido a las medidas introducidas con el embargo financiero. El Movimiento Político por la Unidad está activando todos los canales posibles de contacto también con otros Movimientos y Asociaciones y con quienes tienen poder de decisión y persuasión política, “pero seamos rápidos, para salvar al mayor número de personas posible”.

Stefania Tanesini

Evangelio vivido “Tú eres el Dios que me ve” (Génesis 16, 13)

Podríamos considerar el tiempo actual como el tiempo de la ansiedad, en donde nadie se siente nunca a la altura de los requerimientos del mundo. Pero tenemos un Padre que nos llama a hacer grandes cosas, que pone su mirada en nosotros como lo hizo el día de la Creación. Es un Dios que apunta a ese núcleo indestructible de belleza que hay en cada uno y que nos invita a mantener los ojos abiertos ante las penurias de la persona que está a nuestro lado con el mismo amor que él tiene para con nosotros. Reparar el pasado Mis padres se divorciaron cuando yo era muy pequeña y mi padre tuvo cinco mujeres.  De esos matrimonios sucesivos tengo dos hermanastros y dos hermanastras. Además, los padres de mi marido, ambos, son dependientes del alcohol. Hace algunos años, durante una grave dificultad que atravesaba mi familia, con mi esposo nos propusimos dar un poco de serenidad a nuestros parientes. De alguna manera era como si quisiéramos enderezar nuestro árbol genealógico. Desde entonces, con la oración y la creatividad del amor, a través de invitaciones a cenar o a fiestas, hemos constatado una real “curación” en ellos. Sin duda, todo lo que hacemos conlleva un gran esfuerzo, pero la providencia no nos falta nunca. Por ejemplo, habíamos organizado la fiesta de cumpleaños para una de mis hermanastras, pero en el último momento nos dimos cuenta de que nos habíamos preocupado por todos los detalles, menos por el regalo.  Dios proveyó y solucionó el problema a través de una vecina. Ella había comprado para su hija una blusa muy bonita, pero le había resultado pequeña. Entonces pensó que le podría quedar bien a nuestra hija. Ahí estaba el regalo para mi hermana ganada.  El talle y el color eran perfectos.  Su reacción fue: “¿Cómo han sabido que deseaba tanto algo así?”. (E.S. – República Checa) Una mirada nueva sobre las cosas Somos una pareja de jubilados. Hace cuatro años nuestros vecinos de al lado  se olvidaron de cerrar la bomba de agua  de su jardín durante la noche. El resultado fue que nuestra planta baja se inundó, produciendo daños cuyas reparaciones alcanzaban a alrededor de nueve mil dólares. Sugerimos a nuestros vecinos que denunciaran el hecho a su Compañía de seguros para que los resarciesen, pero ellos se negaron, para evitar que con ello les aumentaran luego el costo del seguro. En ese momento sentí el impulso de denunciarlos, y para ello contaba con testigos creíbles.  Sin embargo, luego, hablando entre nosotros mi esposa y yo decidimos perdonarlos. En estos cuatro años siempre los hemos saludado amablemente, intercambiando breves palabras. Dos días atrás se mudaron. Mientras los empleados de la empresa cargaban los muebles en el camión, nuestra vecina se acercó a mi esposa y le dijo: “Ustedes son personas muy buenas, en cambio nosotros les hemos hecho daño. Les pido perdón”.  Tras esas palabras, el mundo nos pareció un poco más bello. (T.C. – Usa)

A cargo de Maria Grazia Berretta

(extraído de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año IX – número 1- enero-febrero de 2023)