Movimiento de los Focolares

«Hemos empezado a rezar»

Ago 4, 2005

Señalamos

 

Roxana y Susan, la primera es médico, la segunda ingeniero: ambas chiítas iraníes, han conocido el Movimiento de los Focolares en 1990 y desde entonces colaboran con el mismo. La de ellas es una historia singular, así narrada por Roxana: «Cuando estalló la revolución en nuestro país, teníamos 12 años y nos lanzamos con entusiasmo a trabajar por la paz y para que ya no hubiesen más pobres en nuestra sociedad. Pero nos sentíamos pequeñas ante una problemática tan grande: incluso nuestra fe vacilaba y poco a poco nos fuimos alejando de la práctica religiosa y de Dios. Después de graduarnos nos transferimos a Italia para continuar los estudios».

«Después del encuentro con los Focolares –cuenta Susan- hemos descubierto una nueva relación con Dios, nunca antes experimentada. Ese Dios, un tiempo tan lejano, ahora estaba vivo y nos acompañaba en cada momento. Poco a poco nació en nosotros el deseo de profundizar en nuestra religión. Hemos empezado a rezar».

Roxana describe con detalles el redescubrimiento del Islam que siguió: «Fue como si nuestra religión y la cultura de nuestro pueblo se iluminaran bajo una luz nueva. Por ejemplo, volviendo a leer algunas poesías escritas a lo largo de los siglos, hemos encontrado allí la presencia de Dios-Amor: esas palabras, tantas veces repetidas de memoria en la escuela y nunca entendidas, ahora adquirían pleno significado. Rumi, un poeta nuestro, escribe una bellísima poesía: “Con el amor las espinas se transforman en flores… con el amor, el dolor se convierte en alegría”. Un día pensé en escribir una carta a mi tío. Le hablé de cómo me sentía amada por Dios, no obstante los problemas que nunca faltan. Poco tiempo después recibí su respuesta: escribía que era bello sentir a Dios tan cerca y que en el Corán está escrito que Dios está dentro de nosotros como las venas de nuestro cuerpo. Me vinieron a la mente las palabras del Profeta (que la paz esté con Él) quien entre otras cosas dice: “A quien trata de acercarse a mi un palmo, lo acercaré codo; a quien se acerque un codo, yo me acercaré dos pasos, si alguien camina hacia mí, yo correré hacia él”. Me parecía que sólo había caminado hacia Dios y Él había corrido hacia mí, llenándome de su alegría y plenitud ».

Sacado de: Islam – Historias italianas de buena convivencia, de Luigi Accattoli, Ediciones Devoniane, Bolonia 2004, pp. 222

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a la Newsletter

Pensamiento del día

Artículos relacionados

Nuevo curso CEG: encarnar la sinodalidad en las realidades en las que vivimos

Nuevo curso CEG: encarnar la sinodalidad en las realidades en las que vivimos

El 3 de noviembre de 2025 comenzará la cuarta edición del curso de formación a la sinodalidad organizado por el Centro Evangelii Gaudium (CEG) del Instituto Universitario Sophia que lleva como título “Praxis para una Iglesia sinodal”. Maria do Sameiro Freitas, secretaria general del CEG, moderadora del Curso de Formación a la Sinodalidad, responde a nuestras preguntas