<Seúl, 14 de agosto de 2014. A partir de hoy el Papa está en tierra coreana. Desde su llegada a todos les ha dado la impresión de una persona que vive profundamente lo que dice. A lo largo del camino hacia la Nunciatura había un mundo de gente. Estábamos también nosotros, alrededor de un centenar de personas del Movimiento de los Focolares, y sentimos una emoción profunda. Nos impresiona un pequeño hecho en la Nunciatura: “Saliendo de la sala donde no quedaba nadie, es él quien apaga las luces…”. En la homilía de la misa privada, habla del perdón como condición necesaria para construir relaciones fraternas y resolver conflictos también a amplia escala. En la residencia de la Presidente le habla al cuerpo diplomático sobre la paz y la necesidad de la reunificación de Corea. Mañana lo espera la misa en el gran estadio de los mundiales de Daejeon, después el diálogo con los jóvenes de la “Jornada asiática de la juventud” (AYD). Se respira por doquier un clima de alegría por su presencia y de gran expectativa por el viraje que puede darle a toda la sociedad. Daejeon, 15 de agosto de 2014. Debido a la inestibilidad del tiempo el Papa llega en tren y sale de la estación como un usuario normal, por la escalera mecánica, entre la sorpresa y la alegría de todos. Como primera cosa se encuentra con algunos sobrevivientes y parientes de las víctimas del naufragio del ferry Sewol, donde murieron más de 300 personas en abril pasado. Después celebra la misa de la Asunción con la presencia de 50.000 fieles que llenan el World Cup Stadium. Sus palabras resuenan con fuerza: «Rechazamos los modelos económicos deshumanos que crean nuevas formas de pobreza y marginan a los trabajadores; la cultura de la muerte que desvaloriza la imagen de Dios, el Dios de la vida, y viola la dignidad de cada hombre, mujer y niño”. Y pide “una intenso compromiso con los pobres, los necesitados y los débiles que están en medio nuestro”. Los coreanos se sienten cada vez más conquistados por este Papa que los entiende y les indica motivos concretos de esperanza. En la tarde el esperado diálogo con los jóvenes de la AYD. En el Santuario de Solmoe, 6.000 jóvenes provenientes de 23 países de Asia, lo acogen con cantos, danzas, representaciones teatrales y sus testimonios. Francisco los exhorta: “Junto a los jóvenes de todos los lugares, a trabajar y edificar un mundo en que todos vivan juntos en paz y amistad, superando las barreras, recomponiendo las divisiones, rechazando la violencia y los prejuicios”, y los invita a “rezar juntos en silencio por la unidad de las dos Coreas”. Después de la oración afirma espontáneamente: “Corea es una, es una familia, ustedes son hermanos que hablan el mismo idioma”. Ahora se intensifican los preparativos para la misa de mañana en la Puerta de Gwanghwamun, en Seúl, por la beatificación de Paul Yun Ji-Chung y sus 123 compañeros mártires. En tan sólo dos días el Papa ha inflamado el corazón de todos los coreanos, no sólo católicos.
Seúl, 16 de agosto de 2014. Una jornada intensísima. Un millón de personas capaces de permanecer en silencio absoluto después de la homilía y la comunión, inclinándose al unísono ante el sonido del gong. El Papa Francisco recalca especialmente el papel de los laicos, que en Corea han difundido el cristianismo anticipándose a los misioneros. «Los mártires nos llaman a poner a Cristo por encima de todo –recuerda- y a ver todo el resto a partir de la relación con Él y su Reino eterno. Ellos nos provocan la pregunta si habría algo por lo que estaríamos dispuestos a morir». La visita en la tarde al centro para personas con discapacidad “House of Hope”, en Kkottongnae, es quizás el momento más conmovedor del viaje. También el Papa tiene la mirada conmovida, mientras los niños cantan y danzan para él hasta rodearlo y abrazarlo. En el encuentro con los religiosos y las religiosas coreanas agradece «…a los superiores generales porque han hablado claramente del peligro que la globalización y el consumismo representan para la vida religiosa». Al final, el encuentro con los líderes del apostolado laico, en el que participan también algunos miembros del Movimientos, entre los cuales dos focolarinos casados que le dirigen al Santo Padre algunas palabras a nombre de todos. Mañana el Papa se traslada a Haemi para el encuentro con los obispos de Asia; y para la misa conclusiva de la 6° Jornada asiática de la Juventud, que los jóvenes esperan con corazón ansioso. Seúl, 17 de agosto de 2014. “Espero firmemente –dice Francisco a los obispos asiáticos- que los países de su continente con los que la Santa Sede todavía no tiene una relación plena no duden en promover un diálogo para beneficio de todos. No me refiero sólo a un diálogo político sino también a un diálogo fraterno”. Después, en la tarde, la esperada misa conclusiva de la AYD en una atmósfera llena de entusiasmo juvenil y de cálida vivacidad. El Papa le echa “fuego al fuego”, animando vigorosamente a los jóvenes a “no dormir, a despertarse e ir hacia el mundo”. Desde Corea, Won-Ju Moon y Alberto Kim
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