La estrella no estaba equivocada, cuando llamó al que estaba más lejos, para que se encaminara hacia el Dios cercano. La estrella no estaba equivocada, indicando el camino del desierto, el más humilde, el más difícil. La estrella no estaba equivocada, deteniéndose sobre la casa de gente humilde; allí nació el gran futuro. Tu corazón no estaba equivocado, poniéndose en camino buscando lo desconocido. Tu corazón no estaba equivocado, no cediendo a la impaciencia vana. Tu corazón no estaba equivocado, arrodillándose ante el Niño. Klaus Hemmerle – DIO SI È FATTO BAMBINO – pág.11 – Città Nuova 2007
Escuchar atentamente, hablar intencionalmente
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