Movimiento de los Focolares

Espiritualidad de la unidad: El Espíritu Santo

Nov 13, 2011

Un nuevo capítulo de la sección dominical de profundización de los puntos fundamentales de la espiritualidad focolarina. Esta vez del Espíritu Santo, "el gran protagonista de nuestra aventura" como lo definió Chiara Lubich.

El Espíritu Santo es indudablemente un “Dios desconocido”. Se habla mucho sobre él, pero pocos saben quién es, cómo actúa, cuáles son las bellezas y fantasías divinas de las que se reviste. Sin manifestarse directamente, Chiara Lubich y sus primeras compañeras advirtieron que Él actuaba desde los primeros latidos de vida del movimiento. Un Dios, por así decir, que se mantuvo escondido con delicadeza, enseñándoles qué es el amor, él que lo personifica. Él, el comunicador, el amor entre el Padre y el Hijo, él el “soplo ligero”. Escribe Chiara: “Hemos asistido durante toda nuestra nueva vida, a su acción día tras día, a veces dulce, a veces fuerte, a veces hasta violenta; y casi no nos dimos cuenta de él. Pero desde la primera elección de Dios amor, la luz que iluminaba las palabras del Evangelio, desde la revelación de Jesús abandonado, la alegría, la paz y la luz que sentíamos brotar en nuestros corazones, viviendo el mandamiento nuevo, no fue otro que el Espíritu Santo que actuaba. Realmente podríamos reescribir la historia del movimiento, atribuyéndola toda al Espíritu Santo. Sólo ahora vemos, en efecto, que Él fue el gran protagonista de nuestra aventura, quien movió todo. “Pero ahora que él se reveló por lo que realmente fue para nosotros, podemos encontrar sus huellas luminosas, en innumerables signos de su acción constante e imprevisible. Aquella voz interior que nos guiaba en el nuevo camino, aquella atmósfera particular que se percibía en el aire de nuestros encuentros, aquella potente liberación de energías latentes, que purifica y renueva, aquella alquimia divina que transforma el dolor en amor, aquellas experiencias de muerte y resurrección: todo esto y muchos otros fenómenos sorprendentes que acompañaron nuestro camino de vida, tienen sólo un nombre, que aprendimos a reconocer, para estarle infinitamente agradecidos y sentirnos animados a pedirle su intervención en todos nuestros asuntos cotidianos, desde los más simples a los más exigentes. Él nos dio el coraje para afrontar las muchedumbres, para dejar la propia patria, para afrontar dificultades, adversidades, a menudo con alegría. Pero el efecto más profundo, más radical, más característico es ser entre nosotros vínculo de unidad”. El Espíritu Santo es el don que Jesús nos hizo para que fuéramos uno como él y el Padre. Sin dudas, el Espíritu Santo ya antes estaba en nosotros, porque somos cristianos; pero aquí hubo una nueva iluminación, una nueva manifestación suya dentro de nosotros, que nos hace partícipes y actores de una nueva Pentecostés, junto a todos aquellos movimientos eclesiales que hacen nuevo el rostro de la Iglesia”.

___

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a la Newsletter

Pensamiento del día

Artículos relacionados

¡Gracias Emmaús!

¡Gracias Emmaús!

Carta de Margaret Karram, Presidenta del Movimiento de los Focolares, con motivo del fallecimiento de Maria Voce – Emmaús.

A che serve la guerra?

A che serve la guerra?

In questo momento in cui il mondo è dilaniato da conflitti efferati, condividiamo uno stralcio del celebre volume scritto da Igino Giordani nel 1953 e ripubblicato nel 2003: L’inutilità della guerra. «Se vuoi la pace, prepara la pace» : l’insegnamento politico che Giordani ci offre in questo suo volume può riassumersi in questo aforisma. La pace è il risultato di un progetto: un progetto di fraternità fra i popoli, di solidarietà con i più deboli, di rispetto reciproco. Così si costruisce un mondo più giusto, così si accantona la guerra come pratica barbara appartenente alla fase oscura della storia del genere umano.

¿Para qué sirve la guerra?

¿Para qué sirve la guerra?

En estos tiempos en que el mundo se ve desgarrado por conflictos brutales, compartimos un extracto del famoso libro escrito por Igino Giordani en 1953 y reeditado en 2003: La inutilidad de la guerra. «Si quieres la paz, prepara la paz»: la enseñanza política que Giordani nos ofrece en este libro se resume en este aforismo. La paz es el resultado de un proyecto: un proyecto de hermandad entre los pueblos, de solidaridad con los más débiles, de respeto mutuo. Así se construye un mundo más justo, así se deja de lado la guerra como una práctica bárbara propia de la fase oscura de la historia de la humanidad.