Video “En las alas del Espíritu” http://vimeo.com/65824582 © Centro S. Chiara Audiovisivi El gran abrazo de la columnata de Bernini no logra contener a la multitud que pertenece a las 56 nuevas comunidades y Movimientos eclesiales; una pequeña representación de los casi 80 millones de católicos, en su gran mayoría laicos, que forman parte de este inmenso pueblo. Es la primera vez que se encuentran todos juntos con el Papa. “Un enorme jardín multicolor”, alguien ha definido así la plaza de San Pedro en la soleada tarde del 30 de mayo. La presencia de los miembros de los diferentes Movimientos que, con sus carismas específicos, contribuyen a hacer que la Iglesia sea hermosa, viva, creíble, constituía realmente un sorprendente espectáculo de unidad en la diversidad. Una realidad testimoniada por los fundadores de 4 de los Movimientos más difundidos: Chiara Lubich, Kiko Argüello, Jean Vanier, Luigi Giussani. Sus carismas tienen origen en el mismo Espíritu; pero es una unidad que no oculta sus diferencias, poniendo de manifiesto que la vida cristiana tiene origen en el misterio trinitario. “…En los momentos más importantes de la vida de la Iglesia, siempre nacen numerosos carismas. Pienso en el Concilio de Trento. (…) Por eso diría que hoy se ve que el Espíritu Santo (…) soplando en la misma dirección ofrece, da diferentes notas, porque la vida de la Iglesia es una sinfonía, es un gran concierto y se necesitan varios instrumentos y el mayor número de voces” (Mons. Piero Coda). Una gran variedad de carismas, por lo tanto, son la raíz de los muchos nuevos Movimientos eclesiales, apoyados y alentados por el Papa como la respuesta providencial del Espíritu Santo a los desafíos de final de milenio. En su alocución, Juan Pablo II no duda en afirmar que lo que sucedió en el Cenáculo en Jerusalén hace 2000 años, se renueva esta tarde en la plaza de San Pedro. “El Consolador ha donado, recientemente a la Iglesia, con el Concilio Ecuménico Vaticano II, un renovado Pentecostés, suscitando un dinamismo nuevo e imprevisto. (…) Vosotros, presentes aquí, sois la demostración tangible de esa efusión del Espíritu” (Juan Pablo II). El papa, reconociendo el itinerario hecho hasta aquí por los Movimientos, los ve encaminados ahora hacia una nueva etapa de madurez eclesial, en la que su fuerte y común anuncio sea una alternativa válida para la cultura secularizada, que proclama modelos de vida sin Dios. “(..) Esto es capital para la misión de toda la Iglesia. No es en vano que su fundador haya dicho que el testimonio de la unidad es ‘para que el mundo crea’. La fecundidad misionera de los Movimientos será potenciada si este testimonio de unidad en la diversidad resplandece para que el mundo crea” (Gusmán Carriquiri). Un testimonio de unidad entre todos los Movimientos en la perspectiva de la nueva evangelización: es la aspiración de la que Chiara se hizo portavoz ante el Papa. “Sabemos que la Iglesia desea, y también usted., la comunión plena entre los Movimientos, su unidad que, por otra parte, ya se está verificando. Pero nosotros queremos asegurarle, Santidad, que siendo la unidad nuestro específico carisma, nos comprometemos con todas nuestras fuerzas para contribuir a realizarla plenamente” (Chiara Lubich).
Un compromiso, el de Chiara, que responde a las aspiraciones de todos los otros líderes de los Movimientos. “Es importante que creemos entre nosotros la oportunidad del diálogo, como se construye con personas de otras confesiones cristianas, o en el ámbito interreligioso. Todos formamos parte de algo mucho más grande que cada uno de los Movimientos. Se trata simplemente de que cada uno encuentre su lugar y de saber estar con los otros” (Jean Vanier). “Si cada uno de nosotros comprendiese que la aportación de cada uno – aportación que yo espero, yo pienso, nace realmente de un camino que nos haga mirar a metas precisos – entonces como muchos ríos contribuyen a alimentar un mar, seguramente nosotros podremos invadir muchos más ámbitos de la cultura, muchos más ámbitos de la ciencia, muchos más ámbitos de la promoción humana, que demasiadas veces hemos delegado en quienes, quizás, no tenían propuestas como para convencer a la persona (…) y entregarlo a Jesucristo” (Salvatore Martinez). “(…) Es necesario que crezca la amistad entre las realidades de los diferentes Movimientos. Que los Movimientos se conozcan, se estimen, se amen, etc. Pero, naturalmente, todo esto no se hace, no es una cuestión de políticas, de alianzas.(…). Mi expectativa es que el entendimiento entre los Movimientos aumente, pero aumentará también en la medida en que los diferentes carismas, participen cada vez más en la evangelización. Porque aquí no se trata de coordinación, sino que se trata de un Espíritu, de un Espíritu que debe madurar, debe entrar, de un Espíritu que se injerta en historias y personas y Movimientos diferentes” (A. Riccardi). Esta parece ser la mejor actitud para responder a las expectativas de la Iglesia y sumarse eficazmente a la invitación del Papa en la conclusión del histórico encuentro del 30 de mayo. “Hoy desde esta plaza Cristo repite a cada uno de vosotros: ‘Id por todo el mundo y anunciad el Evangelio a todas las criaturas’ (Mc 16, 15). ¡Él cuenta con cada uno de vosotros!” (Juan Pablo II). Extracto del documental “SULLE ALI DELLO SPIRITO. I movimenti ecclesiali primavera della Chiesa”, producido en ocasión de Pentecostés 1998 ©Centro S. Chiara Audiovisuales Soc. Coop. a.r.l. Todos los derechos reservados.
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