En representación de culturas religiosas que expresan en forma diferente su anhelo de Absoluto: baha’i, budistas, cristianos, judíos, jainistas, hindúes, representantes de religiones aborígenes y tradicionales, musulmanes, sikhs, sintoístas y zoroastrianos, alrededor de seiscientos delegados de todas partes del mundo participaron en Viena, del 20 al 22 de noviembre, de la IX Asamblea general de Religiones por la paz (WFP) La Asamblea fue precedida por una conferencia promovida por el Rey Abdullah Bin Abdulaziz del International Centre for Interreligious and Intercultural Dialogue (KAICIID). Si trata de un Centro internacional para el diálogo interreligioso y cultural, fundado por iniciativa de Arabia Saudita, España y Austria que considera que es importante el papel de la Santa Sede como organismo fundador, aunque sea sólo en calidad de observador. «Welcoming the other» (“Acoger al otro”), es el lema de la IX Asamblea. Se presenta como un desafío en un mundo donde, debido a los procesos migratorios y de la globalización, hay una confrontación entre pueblos, culturas, credos y costumbres sociales distintas. Propone la promoción, en contraposición a la tendencia creciente de considerar a quien es diferente con hostilidad, de la tolerancia y la acogida del otro, haciendo progresar así la dignidad humana. María Voce, actual presidente de los Focolares, es a partir de este año, Co-presidente del Consejo Mundial de RfP, junto a otros 49 representantes de distintas religiones y culturas, entre los cuales se incluyen el Rev. Nichiko Niwano (budista, Presidente de la Rissho Kosei-kai, Japón), El Rabino David Rosen, (judío, Presidente del Comité Judáico Internacional de Consultación Interreligiosa), Mme. Cissé Hadja Mariama Sow (musulmana, Presidente de las Mujeres Musulmanas de Guinea) y la Dra. Agnes R. Abuom, (anglicana, del Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de la Iglesias, Kenia).
«Acoger al otro –una visión multireligiosa de la paz… es un argumento de extrema actualidad en el mundo de hoy», dijo en su intervención María Voce, pero subrayó que «es necesaria la conversión del corazón. Y es aquí donde las religiones juegan un papel fundamental. Ellas deben ofrecer, desde lo más profundo de sí mismas, la fuerza espiritual para conducir a la humanidad a la solidaridad y a la paz; deben promover iniciativas capaces de renovar las relaciones no sólo a nivel individual, sino también entre las personas de distintas razas, nacionalidades, culturas». «Chiara Lubich, a quien represento hoy, -prosiguió la Presidente- y que apoyó mucho a Religions for Peace, prodigó toda su vida para construir la unidad de la familia humana. Ella había tomado esta inspiración de la oración de Jesús: “Que todos sean una cosa sola” (Jn. 17,21). Siguiendo la enseñanza y el ejemplo de Chiara, desde los inicios del Movimiento, veíamos en cada persona, en el otro diferente de mí, a un compañero de viaje, a un hermano,con quien teníamos que presentarnos a Dios. Chiara nos invita a: “Dirigir siempre la mirada al único Padre de tantos hijos. Para después mirar a todas las criaturas, como hijas de un sólo Padre: Dios”». Y antes de ofrecer dos eficaces testimonios que confirman la convicción de Chiara Lubich, concluyó diciendo: «El amor al prójimo no tiene su raíz en una filantropía cualquiera, sino en el hecho de que todos somos hijos del mismo Padre. Y si somos hijos del mismo Padre, somos todos hermanos». “Chiara Lubich y las religiones” será además el tema del congreso previsto para marzo de 2014 en la Universidad Urbaniana, con motivo del 6° aniversario de su nacimiento al cielo. Religiones por la paz, nació como una Conferencia mundial de religiones por la paz. Trabaja desde 1970, para favorecer procesos de paz y encontrar una respuesta inmediata a cuestiones urgentes de la humanidad.
Prensa: “Recibir al otro” para construir la paz
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