Movimiento de los Focolares

Argelia, jóvenes musulmanes y cristianos juntos

Ene 2, 2014

El relato de un grupo de jóvenes musulmanes de la comunidad de los Focolares del país norafricano. El descubrimiento de la potencia del amor que supera toda diversidad.

El ramillete. Un testimonio presentado en el congreso gen 2013.

«Durante mucho tiempo pensamos que no era posible relacionarnos con los jóvenes cristianos de una forma tan profunda, pero las cosas que vienen de Dios no se pueden contradecir.

Somos musulmanes, por cultura y convicción. Venimos de Argelia, un país en donde casi la totalidad es musulmana, donde el contacto con las otras religiones es muy raro, o mejor dicho inexistente

Ciertamente, dar cabida en nuestra vida a un Movimiento con una connotación cristiana era un gran desafío. Primero porque nuestras culturas son diversas, hay diversidades cultivadas sobre todo por las doctrinas políticas e históricas, que se han endurecido en la vida cotidiana debido a los muchos obstáculos de tipo social y cultural.

¿Cómo podíamos asumir un compromiso así sin que se turbara nuestra fe? ¿Por cuál idea nosotros estábamos dispuestos a tantos sacrificios? No eran preguntas banales.

Nuestra experiencia es rica e inédita. Entramos con prudencia en un camino que nos atraía y poco a poco descubrimos que podíamos superar las discordancias.

A lo largo de los años, para nuestra gran sorpresa la acogida recíproca se ha dado en forma natural y espontánea, tomamos conciencia de que también estábamos profundizando nuestra religión. De hecho, compartiendo los mismos principios se ampliaba en nosotros al infinito la dimensión de la humanidad.

Más allá de las palabras es con los hechos que nos comprometemos, yendo continuamente más allá de los propios límites en un ambiente donde todavía se necesita mucho amor y apertura. Toda dificultad representa para nosotros un nuevo motivo para proseguir.

Hoy en día, estamos en varias ciudades de Argelia, a algunos cientos de kilómetros de distancia. La relación entre nosotros, musulmanes y cristianos, parece enriquecerse con la experiencia de cada uno, ayudados por los gen de todo el mundo.

Pensamos que la misión más grande que tiene confiada el hombre de hoy es la de trabajar para que podamos vivir todos juntos, más allá de las convicciones religiosas, de cultura, porque el amor va más allá de toda diversidad».

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