Movimiento de los Focolares

Argentina: Una fiesta inolvidable

Sep 29, 2011

Más de 1000 jóvenes de Argentina, Uruguay y Chile experimentan que el amor evangélico es capaz de revolucionar sus vidas.

Sábado 24 de septiembre. La Mariápolis Lia, ciudadela argentina de los Focolares sumergida en la Pampa, se prepara para recibir a más de mil jóvenes. El primer ómnibus llega con 50 jóvenesde Paraná (Argentina),  luego de 12 horas de viaje. Entre ellos está Juan Carlos, es la primera vez que viene invitado por una amiga de la facultad. No le explicó mucho, simplemente le dijo: “tienes que vivirlo”. Se irán agregando otros  jóvenes de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Bahía Blanca, Neuquén, Federal, Chaco, Tucumán, Salta, Asunción (Paraguay) y de Montevideo (Uruguay). El fin de semana se perfila con un clima muy agradable en esta primavera recién estrenada. Almuerzo “a la canasta” en el amplio parque, y enseguida se organizan las visitas a la ciudadela en pequeños grupos. Luego de la cena, juegos y karaoke en el anfiteatro hasta pasada la medianoche. Entre bambalinas, los 80 jóvenes que este año están viviendo en la ciudadela se reparten entre animar los distintos momentos y ultimar los detalles para el día domingo. Domingo 25 de septiembre. El gran salón está colmado con más de 1000 jóvenes. El escenario es invadido por personajes enmascarados que van componiendo una coreografía que no dejará a nadie indiferente. ¡Comienza la Fiesta de los Jóvenes 2011! Poco a poco se irá desplegando, a través de distintas expresiones artísticas, el lema que eligieron para este día: “Revolución es amar, el sí está en ti”. Pocas palabras, las justas para que no se pierda el hilo conductor, testimonios que ilustran cómo el amor -ese amor que toma la iniciativa, que no excluye a nadie, que es concreto- revoluciona nuestro ambiente, como sucedió con los compañeros de clase de Felipe, o el barrio en el que trata de ayudar Santiago, o la economía de Cielo y Virginia, o Carina y sus amigos con los damnificados por el terremoto de Chile. Una obra de teatro, con escenas a veces dramáticas y otras que despiertan sonrisas, recorre el camino que varios jóvenes hacen desde la indiferencia y la vida fácil hasta poner en práctica el amor hacia los demás. En un video pasan brevemente la vida de tres jóvenes del Movimiento gen que llegaron a la meta: Marcos, fallecido en un accidente de trabajo; Juanma, que al descubrir este estilo de vida se donó incansablemente hacia los más necesitados y en un viaje, durante las vacaciones, tuvo un accidente en un río; Lucía, que falleció luego de padecer leucemia. Tres jóvenes como todos, con ganas de vivir, con muchos proyectos, pero que revolucionaron sus vidas y sus ambientes con el amor. Gabriel había venido a la Fiesta el año pasado, con muchas experiencias que le pesaban en la mochila. Ese día fue clave para él. Volvió a su Mendoza natal dispuesto a recomponer la relación con sus padres y a recomenzar desde lo que había descubierto en esos días. En enero pasado llegó para quedarse un año y hoy está donando a todos el camino tortuoso que recorrió y los desafíos del presente que comparte con chicos y chicas de distintas culturas y proveniencias. Pasaron más de 2 horas, pero parecen instantes. El parque se puebla de grupos que tocan la guitarra, ensayan un paso de baile, juegan con una pelota o simplemente conversan. Todos esperan para entrar al laberinto. “Tuweln”, en mapuche (lengua de una etnia del sur de Argentina y Chile) significa “dar inicio a algo”. Es lo que quiere expresar este original laberinto. Una gran instalación en la que se pasa de sala en sala y a través de fotos, frases, videos, se hace un recorrido desde las propuestas que reciben hoy los jóvenes hasta encontrarle un sentido a la vida. En la última estación: “el desafío está en ti”. Imposible saber la reacción de los jóvenes que transitan por el Tuweln, pero sin temor a equivocarnos podemos afirmar que “algo comienza” a gestarse en cada uno. En la conclusión es Chiara Lubich que desde el video les habla de la revolución de amor que cada uno puede generar a su alrededor, y la red que se teje entre todos es la respuesta a esa invitación: no estamos solos, sino que contamos con la fuerza de la unidad. Ahora que lo experimentaron es difícil partir. Se suceden las canciones con ritmos animados y todos cantan y participan. En un muro dejan escritas sus impresiones. Entre otras, se lee: “Un momento único, sentido, profundo, inexplicable. Vale la pena jugarse todo por la unidad.” Carlos Mana

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