«La elección de la Presidente, del Co-presidente y de los miembros integrantes de Consejo General, estará precedida por tres días de retiro espiritual, de modo que los electores, unidos en el nombre de Jesús […]sean dóciles a la gracia del Espíritu Santo, para asegurar que su elección sea para el mayor bien de la Obra». Tal cláusula está escrita en los Estatutos generales del Movimiento de los Focolares. Un desafío notable, considerando la gran variedad de los participantes: focolarinos, familias, jóvenes, religiosos y sacerdotes. Están invitados también algunos obispos, en representación de los obispos “amigos” de los Focolares. Es importante y nutrida la presencia ecuménica, con la participación de cristianos de varias Iglesias. Además, en representación de muchos fieles de otras religiones que forman parte de los Focolares está Metta, budista, y Racim, musulmán. El grupo de personas de convicciones no religiosas, que llegó en los últimos días, expresa también la universalidad del Carisma de la unidad.
Los tres días de retiro espiritual fueron definidos por muchos como necesarios, para que las elecciones sean fruto de un discernimiento colectivo. Después del retiro, se presentó un punto de la espiritualidad de la unidad: “La Eucaristía misterio de comunión”, que se ofrecerá para reflexionar a todos los pertenecientes a los Focolares. Un tema potencialmente “incómodo”, si se considera dentro de la óptica ecuménica o interreligiosa, sin embargo ha sido la base para generar un profundo diálogo entre todos. La presentación del tema fue precedida por la lectura de la oración de Jesús por la unidad (Jn 17), hecha por un grupo de focolarinas y focolarinos de las distintas Iglesias presentes. Algunos de ellos luego de la presentación del tema, expresaron su sentir. «Para Lutero la Ecuaristía es un misterio –explica Heike, luterana- por lo tanto, ya con el título me siento cómoda. Sigue existiendo todavía algo que nos divide, pero según mi parecer más del 90% podemos vivirlo juntos». Cathy, de la Iglesia anglicana, confesaba que: «El no poder participar de la única mesa me da la ocasión de reconocer y aceptar el dolor de la división, y por consiguiente, de amar más». Metta, budista tailandesa, siente que forma parte de la familia de los Focolares: «¿Cómo puedo yo vivir este punto de la espiritualidad? – se pregunta- Comprendí que debo purificarme cada día, ser nada, para recibir a los hermanos». Y está también Racim, joven musulmán argelino, que cuenta que lo que Chiara dice sobre la Eucaristía le recuerda un Hadit del Profeta en el cual se dice que Dios entra en el corazón y en el cuerpo de cada uno.
Los grupos de trabajo – más de treinta- son lugares privilegiados para el diálogo en todas las áreas sobre los temas y desafíos presentes y futuros. Están compuestos por participantes de distinta procedencia, edad y vocación. Son verdadera y propiamente sesiones de diálogo e intercambio cotidiano, que dan voz al pueblo de los Focolares. Existe mucha participación en los momentos de diálogo en plenaria. Se comparten historias, testimonios y desafíos en los diversos contextos nacionales y culturales. Jean Paul, de Burundi, estudia en Argelia, cuenta sobre el desafío cotidiano que significa para él ser minoría cristiana en un país que es 90% musulmán. Expresa su satisfacción por la atención que María Voce les manifestó a ellos, los jóvenes presentes en la Asamblea.
Un momento central de la primera semana fue la relación de la Presidencia. En ella, María Voce y Giancarlo Faletti hicieron un balance del recorrido vivido desde el 2008 hasta hoy. Fueron muchos los aspectos a los que se refirieron: desde la difusión del pensamiento de Chiara Lubich en varias áreas, hasta el pedido a la iglesia católica de abrir el proceso de su beatificación. También se habló sobre la distribución de los miembros del Movimiento de los Focolares según las áreas geográficas y sobre los dolores vividos, ecos de los males que hoy afligen a toda la sociedad. Los diálogos con las iglesias, las religiones, la cultura, los jóvenes; las perspectivas para los próximos seis años que deben ser evaluadas por la Asamblea, fueron a su vez otras temáticas abordadas. Se dedicó una plenaria a una reflexión sobre el panorama cultural actual, guiado por la “Escuela Abba”, centro de estudios interdisciplinario de los Focolares. Se habló de la globalidad, de la tecnología y el ambiente, de las relaciones humanas, de la cuestión de Dios, temáticas que están presentes en las más de 3000 propuestas que enviaron los miembros del Movimiento en el mundo. Fueron muchas las intervenciones que siguieron, como la de Eddie de Hong Kong quien habló sobre la búsqueda de caminos para llevar a Dios al Oriente, evidenciando la necesidad de asociar a las palabras, más hechos y más vida concreta. En esta semana continúa el trabajo en grupo sobre los desafíos culturales y la apertura social, sobre la formación, la vida de las comunidades de los Focolares en contextos diversos, familia y nuevas generaciones, diálogo interreligioso, diálogo con la cultura, las relaciones con la Iglesia católica y con las otras Iglesias. En esta semana será la elección de la Presidente y del Copresidente.
En la unión está la fuerza
En la unión está la fuerza
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