Movimiento de los Focolares

Australia: evangelizar y reevangelizarse

Ene 30, 2013

Jornada abierta del Movimiento de los Focolares en Melbourne, con ocasión de la visita de la presidente María Voce. Se necesita una nueva evangelización: sí, pero ¿cómo actuarla?

¿Australia, tierra de nueva evangelización? No pocos lo creen, por distintos motivos: la excepcional multiculturalidad del país, que avanza con los últimos flujos migratorios provenientes en especial de países asiáticos; la crisis de la Iglesia católica, debida en primera instancia a los recientes escándalos por abusos sexuales a menores; la extraordinaria fuerza de persuasión del consumismo; la presencia de tantos jóvenes provenientes del mundo entero, no sólo hijos de las familias locales; los numerosos matrimonios mixtos; el desafío del ecumenismo y del diálogo interreligioso… Y se podría continuar, sin dejar ninguna duda de la necesidad, también en estas tierras, de una evangelización que sea al mismo tiempo y sobre todo reevangelización de la propia vida cristiana.

Con ocasión de la visita a Oceanía de la presidente de los Focolares, María Voce, y del co-presidente, Giancarlo Faletti, la comunidad local ha querido interrogarse públicamente acerca de las nuevas fronteras de la evangelización en Australia, dando el propio aporte. Sobre todo ofreciendo “buenas prácticas”: pequeños-grandes testimonios de vida eclesial, de trabajo en las instituciones públicas, ante el despido laboral, de compromiso en los hospitales, de rechazo de la corrupción, de enseñanza aún en condiciones desfavorables, de vida de pareja y de familia… Simplemente Evangelio vivido, en una sociedad de carácter competitivo muy fuerte, en donde el individualismo vence sobre el altruismo y el interés corporativo sobre el bien común.

Ante la presencia de docentes y periodistas, exponentes religiosos y profesionales, María Voce intervino subrayando los puntos fundamentales de la evangelización “a la focolarina”: vivir el Evangelio, reevangelizarse constantemente, comunicarse recíprocamente lo que la vida evangélica provoca en la propia vida, encontrar los momentos con tiempo para experimentar juntos la potencia del amor de Dios. Haciendo así se logra incidir, también profundamente, en ambientes que a priori pueden parecer impermeables al Evangelio, de los parlamentos a las fábricas, de las canchas deportivas a los patronatos. Una evangelización que logra por lo tanto salir de las iglesias. Un ejemplo convincente fue el propuesto por Giancarlo Faletti sobre el caso de Roma, donde por iniciativa de Chiara Lubich, ya en el 2000, después de haber recibido la ciudadanía honoraria, empezó una acción –denominada RomaAmor-, para una revitalización de la vida urbana.

María Voce no escondió el temor que ha sentido el Movimiento con la muerte de su fundadora. Pero los frutos de la evangelización, que no son otra cosa que experiencias del Evangelio vivido, hay alejado el miedo, demostrando como el espíritu focolarino tiene todavía mucho que dar a la sociedad de hoy. Como pudo notar en el reciente sínodo sobre la nueva evangelización, en donde participó como auditora, y donde numerosos obispos le comunicaron los mismos frutos evangélicos provocados por el Movimiento.

Entre los presentes estaba el prof. James Bowler, geólogo, conocido en Australia y en el mundo por haber descubierto los restos del hombre y la mujer más antiguos del continente, conocidos como Mungo lady y Mungo man. Sorprendido por la amplia participación, comentó: «Un momento de gran espiritualidad y de apertura. El reconocimiento del otro es el camino para una vida social justa y coherente». Mientras que la profesora Anne Hunt, decana de la Facultad de Teología de la Universidad Católica de Melburne, subrayó «la importancia para la nueva evangelización de la presencia de nuevos Movimientos, que pueden abrir horizontes originales a la fe y a la Iglesia Católica en campos que de lo contrario estarían abandonados, en especial en las distintas profesiones y en los medios».

Fuente: Città Nuova

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