Ago 29, 2017 | Sin categorizar
De una persona de la comunidad de los Focolares de Houston recibimos este mensaje: “Vivimos cerca del centro de Houston, muchas calles se han convertido en ríos, el panorama urbano que están presentando de fondo son las imágenes de nuestra urbanización. Nosotros tenemos suerte, porque vivimos en una de las calles más altas, pero todas las personas que viven en las partes más bajas están evacuando. Muchas casas de los miembros de nuestra comunidad quedaron destruidas. Una de nosotros, enfermera, quedó bloqueada en el hospital, junto a otros cuatro, y nadie puede llegar hasta allí porque todas las calles alrededor del distrito se han vuelto ríos. Por lo tanto trabajan sin interrupción, haciendo turnos para comer y descansar un poco. La cosa más triste es que muchas de las personas afectadas son ancianas. Por ahora no podemos hacer nada porque estamos bloqueados en nuestra calle, que se ha convertido en una pequeña isla. Gracias por sus oraciones”.
Ago 29, 2017 | Sin categorizar
Acogiendo la invitación de los Obispos colombianos y del Presidente de la República Juan Manuel Santos Calderón, distinguido en el 2016 con el Premio Nobel de la paz, del 6 al 11 de septiembre tendrá lugar el viaje apostólico del Papa Francisco al país suramericano. El viaje se enmarca dentro del itinerario de apoyo al difícil proceso de paz de un país probado durante años por la guerra civil para favorecer la reconciliación. «Su presencia nos ayudará a descubrir que es posible reunirnos como nación y aprender a mirarnos nuevamente con ojos de esperanza y misericordia», afirmó Mons. Fabio Suescún Mutis, responsable del Comité preparatorio de la vidita. La imagen simbólica representa al Papa mientras realiza el “primer paso”, animando a todos a recomenzar, a construir y a soñar nuevamente con un futuro de paz.
Ago 29, 2017 | Focolare Worldwide
Nuevo florecimiento Como cristianos, mi esposa y yo, habíamos decidido adoptar dos hermanitas. Lamentablemente, debido a malas amistades, ambas terminaron en la droga. A partir de entonces empezó para nosotros un calvario: abortos, hijos no deseados, problemas con la justicia. Nos comprometimos a ser para ellas, todavía más que antes, un espacio de acogida y de paz. Ahora la más grande se está recuperando y además de su niña, quiere hacerse cargo, con nosotros, también del niño de su hermana, que todavía está en el túnel de la droga. Nosotros somos espectadores de un delicadísimo reflorecimiento. (M e D. H. – Suiza) El inocente absuelto Como profesión soy abogado. Desde hace varios meses asumí la defensa de un sudanés acusado de ser un traficante de personas y además de formar parte de una banda de delincuentes. Había sido encontrado timoneando una balsa que transportaba 119 inmigrantes, entre los cuales mujeres y niños. En las conversaciones sostenidas con él en la cárcel había entendido que se trataba de un prófugo como los otros pero, que habiendo sido abandonados por el “coyote”, había tenido el valor de ponerse a conducir la barca a pesar de su inexperiencia, con tal de salvarse a sí mismo y a los demás. Lamentablemente no le habían creído. Haciéndome cargo del sufrimiento de este joven, me propuse demostrar su inocencia más allá del hecho de que por indigencia no me habría podido pagar. Cierto, habría podido aprovechar el patrocinio del Estado, el cual no siempre hace los pagos o, si los hace, no son adecuados. Pero él era mi hermano. Durante el proceso hice todo lo que estaba a mi alcance para defenderlo. Hasta lograr que fuera absuelto. (S. –Italia) La “conjura” «Como otros veces, papá había tomado más de lo debido y había tensión en casa. Como nadie hablaba, me animé, y mirándolo a los ojos, le expresé el dolor y la inestabilidad que nos provocaba su debilidad. Después de mí, también mis hermanos intervinieron. Las cosas cambiaron; en la familia nació una especie de conjura y ahora papá hace todo lo posible para mantener su propósito de no beber. Hacer como si nada no era una solución: para ayudarlo fue necesario decirle, por amor, la verdad. Y juntos lo logramos». (N.N. – América del Sur) Reconocer un hijo Entre más tiempo pasa más crece mi agradecimiento hacia mi mamá. Después de que papá nos abandonó, ella siguió trabajando duramente para que no nos faltara nada a nosotros, sus cuatro hijos. Un día fue al funeral de un cuñado y regresó a la casa con un niño de ocho meses en los brazos. Su hermana no estaba en condiciones de hacerse cargo. Así crecimos. Pienso que el bien que ahora anima a las familias de nosotros hijos es fruto de la grandeza de nuestra madre, que no pensó en sí misma sino que siempre se ha donado. (C. A. – Polonia)
Ago 28, 2017 | Sin categorizar
Está en curso (del 25 al 30 de agosto), en Tonadico (Trento, Italia) la cuarta Escuela de Verano “Interfaith Engagement in Theory and Practice”, promovida por el Instituto Universitario Sophia en colaboración con el Islamic Institute of England (Londres, RU) y el Risalat Institute (Qum, Irán). Participan 42 estudiantes cristianos y musulmanes chiitas. Entre los docentes están Piero Coda (Directos del IUS) y Mohammad Shomali (Director del Centro Islámico de Londres). El objetivo de la Escuela de Verano es ofrecer un espacio de reflexión y de intercambio de los patrimonios culturales y religiosos del Cristianismo y el Islam y sobre las perspectivas de diálogo y colaboración recíprocas, a la luz de los actuales desafíos.
Ago 28, 2017 | Palabra de vida, Sin categorizar
Jesús está en la plenitud de su vida pública, en medio de su anuncio de que el Reino de Dios está cerca, y se prepara para ir a Jerusalén. Sus discípulos, que han intuido la grandeza de su misión y han reconocido en Él al Enviado de Dios que todo el pueblo de Israel aguardaba, esperan por fin liberarse del poder de Roma y ver el alba de un mundo mejor, portador de paz y prosperidad. Pero Jesús no quiere alimentar esas ilusiones; dice claramente que su viaje hacia Jerusalén no lo llevará al triunfo, sino más bien al rechazo, al sufrimiento y a la muerte; revela también que al tercer día resucitará. Son palabras tan difíciles de entender y de aceptar que Pedro reacciona y muestra su rechazo a un proyecto tan absurdo; incluso intenta disuadir a Jesús. Después de una seria regañina a Pedro, Jesús se dirige a todos los discípulos con una invitación desconcertante: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame». Con estas palabras, ¿qué les pide Jesús a sus discípulos de ayer y de hoy? ¿Quiere que nos despreciemos a nosotros mismos, que nos volquemos todos en una vida ascética? ¿Nos pide que busquemos el sufrimiento para ser más gratos a Dios? Esta Palabra nos exhorta más bien a seguir los pasos de Jesús acogiendo los valores y exigencias del Evangelio para parecernos cada vez más a Él. Lo cual significa vivir con plenitud la vida entera, como hizo Él, incluso cuando aparece en el camino la sombra de la cruz. «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame». No podemos negarlo: cada uno tiene su cruz. El dolor, con sus variadas caras, forma parte de la vida humana, pero nos parece incomprensible, contrario a nuestro deseo de felicidad. Pero ahí es precisamente donde Jesús nos enseña a descubrir una luz inesperada. Como sucede cuando, al entrar en algunas iglesias, descubrimos lo maravillosas y luminosas que son sus vidrieras, que desde fuera parecían oscuras y sin belleza. Si queremos seguirlo, Jesús nos pide que trastoquemos completamente nuestros valores, quitándonos nosotros del centro del mundo y rechazando la lógica de buscar el interés personal. Nos propone que prestemos más atención a las necesidades de los demás que a las nuestras; que usemos nuestras energías para hacer felices a los demás, como Él, que no perdió ocasión de consolar y dar esperanza a aquellos con quienes se encontraba. Y por este camino de liberación del egoísmo podemos comenzar a crecer en humanidad, a conquistar la libertad que realiza plenamente nuestra personalidad. «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame». Jesús nos invita a ser testigos del Evangelio aun cuando esta fidelidad sea puesta a prueba por pequeñas o grandes incomprensiones del entorno social en que vivimos. Jesús está con nosotros, y quiere que nos juguemos la vida con Él por el ideal más atrevido: la fraternidad universal, la civilización del amor. Esta radicalidad en el amor es una exigencia profunda del corazón humano, tal como atestiguan personalidades de tradiciones religiosas no cristianas que han seguido la voz de la conciencia hasta el fondo. Escribe Gandhi: «Si alguien me matase y yo muriese con una oración por mi asesino en los labios y el recuerdo de Dios y la consciencia de su viva presencia en el santuario de mi corazón, solo entonces se podrá decir que poseo la no- violencia de los fuertes»1. Chiara Lubich encontró en el misterio de Jesús crucificado y abandonado la medicina para sanar cualquier herida personal y cualquier desunidad entre personas, grupos y pueblos, y compartió con muchos este descubrimiento. En 2007, con ocasión de un congreso de movimientos y comunidades de distintas Iglesias en Stuttgart (Alemania), escribió: «También cada uno de nosotros sufre en la vida dolores por lo menos un poco semejantes a los de Él. […] Cuando sentimos […] estos dolores, acordémonos de Él, que los hizo suyos: son poco menos que una presencia de Él, un modo de participar en su dolor. Hagamos como Jesús, que no permaneció petrificado, sino que añadió a ese grito las palabras: “Padre, en tus manos pongo mi espíritu” (Lc 23, 46) y volvió a abandonarse en el Padre. Como Él, también nosotros podemos ir más allá del dolor y superar la prueba diciéndole: “En ella te amo a ti, Jesús abandonado; te amo a ti, me recuerda a ti, es una expresión de ti, un rostro tuyo”. Y si en el momento siguiente nos lanzamos a amar al hermano y a la hermana y a hacer lo que Dios quiere, la mayoría de las veces experimentamos que el dolor se transforma en alegría […]. Los pequeños grupos en que vivimos […] pueden conocer pequeñas o grandes divisiones. También en ese dolor podemos ver su rostro, superar ese dolor en nosotros y hacer lo que sea con tal de recomponer la fraternidad con los demás. […] La cultura de la comunión tiene como camino y modelo a Jesús crucificado y abandonado»2. LETIZIA MAGRI ________________________________
- M. K. GANDHI, Antiche come le montagne, Ed. di Comunità, Milán 1965, pp. 95-96.
- C. LUBICH, «Por una cultura de comunión», Encuentro Internacional «Juntos por Europa», Stuttgart (Alemania), 12-5- 2007: sito web http://www.together4europe.org/