28 Jun 2016 | Palabra de vida, Sin categorizar
No hay nada más bello que oír que nos dicen: «Te quiero». Cuando alguien nos quiere, no nos sentimos solos, caminamos seguros, podemos afrontar incluso dificultades y situaciones críticas. Si además el quererse se vuelve recíproco, la esperanza y la confianza se refuerzan, nos sentimos protegidos. Todos sabemos que para crecer bien, los niños necesitan estar rodeados de amor, de alguien que los quiera. Pero esto es cierto a cualquier edad. Por eso la Palabra de vida nos invita a ser «buenos» los unos con los otros, o sea, a querernos; y nos pone de modelo a Dios mismo. Precisamente su ejemplo nos recuerda que quererse no es un mero sentimiento; es un «querer el bien del otro» muy concreto y exigente. En Jesús, Dios se acercó a los enfermos y a los pobres, sintió compasión por la multitud, tuvo misericordia con los pecadores y perdonó a quienes lo habían crucificado. También para nosotros querer el bien del otro significa escucharlo, demostrarle una atención sincera, compartir sus alegrías y sus pruebas, preocuparse de él, acompañarlo en su camino. El otro no es nunca un extraño, sino un hermano, una hermana que es parte de mí, a quien quiero servir. Todo lo contrario de lo que sucede cuando percibimos al otro como un rival, un competidor, un enemigo, y llegamos a desearle el mal, a machacarlo, a eliminarlo incluso, tal como, por desgracia, nos cuentan las crónicas de cada día. Aun sin llegar a tanto, ¿no nos sucede también a nosotros que acumulamos rencor, desconfianza, hostilidad o simplemente indiferencia o desinterés hacia personas que nos han perjudicado, que nos resultan antipáticas o que no pertenecen a nuestro círculo social? Querer el bien los unos de los otros –nos enseña la Palabra de vida– significa tomar el camino de la misericordia, dispuestos a perdonarnos cada vez que nos equivocamos. A este respecto, Chiara Lubich cuenta que, al principio de la experiencia de su nueva comunidad cristiana, había hecho un pacto de amor recíproco con sus primeras compañeras para poner en práctica el mandato de Jesús. Y a pesar de ello, «sobre todo al principio, no siempre era fácil para un grupo de chicas vivir la radicalidad del amor. Éramos personas como las demás, aunque sostenidas por un don especial de Dios; y también entre nosotras, en nuestras relaciones, podía depositarse polvo, y la unidad podía languidecer. Ocurría, por ejemplo, cuando nos dábamos cuenta de los defectos e imperfecciones de los demás y los juzgábamos, de modo que la corriente de amor mutuo se enfriaba. »Para reaccionar a esta situación, un día pensamos en sellar entre nosotras un pacto, al que llamamos “pacto de misericordia”. Decidimos ver cada mañana al prójimo con quien nos encontrábamos –en el focolar, en clase, en el trabajo, etc.– verlo nuevo, totalmente nuevo, sin recordar en absoluto sus tachas ni sus defectos, sino cubriéndolo todo con el amor. Y acercarnos a todos con una amnistía completa del corazón, con un perdón universal. Era un compromiso fuerte, que adquirimos todas juntas y que nos ayudaba a ser siempre las primeras en amar, a imitación de Dios misericordioso, el cual perdona y olvida»1. ¡Un pacto de misericordia! ¿No podría ser este un modo de crecer en bondad? FABIO CIARDI 1 C. LUBICH, El amor al prójimo, charla a un grupo de musulmanes, Castel Gandolfo, 1-11-2002.
27 Jun 2016 | Focolare Worldwide
El resultado del reciente referéndum británico es uno de los muchos síntomas de la fragmentación de Europa, una confirmación más de que no son suficientes las medidas funcionales para dar sentido y convicción a una pertenencia común. Tiempos de crisis que invoca nuevas reflexiones y propuestas audaces. Un momento oportuno para Juntos por Europa, claro signo público de renovación del continente, con la etapa en Múnich, del 30 de junio al 2 de julio de 2016. Quien conoce Juntos por Europa sabe que no es un evento sino un camino de unidad en la diversidad que se inició en 1999 e involucra un número cada vez mayor – hoy más de 300 – de Movimientos y Comunidades de diferentes Iglesias de distintos países europeos, conscientes de ser parte de una minoría que confía. Un proceso que, a través del encuentro y la reconciliación, ha producido sus efectos: Comunidades y Movimientos prueban el sabor de encontrarse, se descubren complementarios, la mutua confianza cambia las personas. Programa. El 30 de junio y 1° de julio un Congreso en el Circus-Krone-Bau para 1.500 responsables y colaboradores, articulado en 36 foros y mesas redondas. Entre las participaciones destacadas, la del cardenal Peter Turkson. El 2 de julio un evento en la estación central Karlsplatz (Stachus) de Múnich, abierto a la ciudadanía. En programa las ponencias del Secretario general del Consejo Mundial de las Iglesias Olav Fykse Tveit, de los cardenales católicos Kurt Koch y Reinhard Marx, de los obispos evangélicos Frank Otfried July y Heinrich Bedford-Strohm, del metropolita ortodoxo Serafim Joanta, en representación de las diferentes Iglesias. De los Movimientos y Comunidades intervendrán Maria Voce (Movimiento de los Focolares), Gerhard Pross (YMCA Esslingen), Andrea Riccardi (Comunidad de San Egidio), Michelle Moran (ICCRS), Walter Heidenreich (FCJG Lüdenscheid), p. Heinrich Walter (Movimiento Schoenstatt). Activa, comprometida y creativa participación de los jóvenes desde su preparación. Papa Francisco y el Patriarca ecuménico Bartolomé estarán presentes a través de video mensajes. Una transmisión en vivo internet en 7 idiomas permitirá seguir el programa (www.togheter4europe.org). Los temas que se tratarán, entre los cuales integración y reconciliación, solidaridad con los más débiles, sostenibilidad y protección del medio ambiente, cristianos y musulmanes en diálogo, matrimonio y familia, economía, quieren centrarse en una responsabilidad que va más allá de Europa, porque según Maria Voce, «tiene que dar al mundo la experiencia de estos 2 mil años de cristianismo, que maduró ideas, cultura, vida, acciones que sirven para el mundo de hoy y que, lamentablemente, hasta ahora que no se han puesto en relieve». La edición de Múnich se apoya en un constante camino de compartir, de reflexión y debate de enfoques y experiencias. De relieve la mesa redonda en Ginebra del pasado 21 de abril, organizado por el Consejo Ecuménico de las Iglesias y por el Movimiento de los Focolares, titulado «Europa, qué identidad, qué valores». En esa ocasión, Pasquale Ferrara, diplomático y profesor universitario, afirmó que hoy en Europa, más que hablar de referencias a sus raíces cristianas, es necesario producir juntos «frutos cristianos». Y presentó como parte de la solución, «la «regla de oro», que invita a que hagamos a los demás lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros». Esa regla – dijo Ferrara – «no es sólo un valor ético, sino que asume una dimensión política, porque está replanteando la naturaleza y el carácter de la comunidad política». Juntos por Europa se presenta como un de los sujetos capaces de interpretar esta dimensión, por inspirar y motivar a personas de distintas generaciones y comunidades que pertenecen transversalmente a los pueblos de Europa, para encarnar los valores de la justicia, acogida, reconciliación, paz en la vida cotidiana. Una tesela para poner en pie esa «Europa protagonista» que, según papa Francisco al Parlamento europeo en noviembre de 2014, «contempla el cielo y persigue ideales, mira, defiende y protege a los hombres, camina sobre tierra segura y firme, valioso punto de referencia para toda la humanidad». El evento en Múnich es patrocinado por la Unesco, el Consejo de Europa, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea. Comunicado de prensa SIF
26 Jun 2016 | Sin categorizar
Jesús Abandonado es la expresión más alta de la misericordia del Padre Es Jesucristo quien revela el verdadero rostro de Dios (cf. MV 1), y es para todos nosotros la imagen del Padre, su expresión, su esplendor, su belleza, la belleza de su amor (cfr. Jn. 14,8-9). Pero, ¿hasta dónde llegó Jesús por amor a nosotros? Hasta morir por nosotros. Es en la cruz, de hecho, cuando la Divinidad se inclina más profundamente hacia el hombre (cfr. DM 8). En el cumplimiento del misterio pascual, Jesús vence el dolor, el pecado, la muerte, y transforma todo en misericordia (cfr. Rm 5,20). Dios se hizo hombre para amar –afirma Chiara- no sólo con el Amor sino también con el Dolor: asumió en Sí “todos los dolores del mundo, todas las desunidades del universo y las hizo, por Amor, ¡Dios!”. Él, habiéndose recubierto de nuestros pecados, traduce el dolor en amor, traduce la miseria en Misericordia”. En una carta de 1945, Chiara dice confidencialmente: “También yo caigo a menudo y siempre. Pero cuando levanto la mirada hacia Él veo que es incapaz de vengarse porque está clavado en la cruz por un exceso de Amor, me dejo acariciar por su infinita Misericordia y sé que es esa cruz la única que debe triunfar en mí. ¿Qué sería de Él, infinitamente misericordioso? ¿Para qué?¡Si no fuera por nuestros pecados! En un impulso vital, que revela su elección originaria y su consagración a Dios en su abandono, Chiara exclama: “Quisiera testimoniar al mundo que Jesús Abandonado ha llenado todo vacío, ha iluminado toda tiniebla, ha acompañado toda soledad, ha anulado todo dolor, ha cancelado todo pecado”. Estos son, en síntesis, algunos puntos de la espiritualidad trazada por Chiara Lubich, vistos desde la perspectiva de la misericordia hacia la cual el Año Santo nos impulsa a dirigir la mirada. Pero no podemos terminar sin hacer referencia brevemente a María, la madre de la misericordia y la madre de la Obra fundada por Chiara y a ella dedicada, “Obra de María”. “Una madre –afirma Chiara- no deja de amar al hijo aunque sea malo, no deja de esperarlo si está lejos, no desea nada más que volver a encontrarlo, perdonarlo, abrazarlo nuevamente, porque el amor de una madre todo lo perfuma de misericordia. (…) El suyo es un amor que, porque está por encima de todo, desea cubrirlo todo, (…) El amor de una madre es naturalmente más fuerte que la muerte. (…) Bien, si es así en las madres normales, podemos muy bien imaginar cómo es María, ¡Madre humano-divina del niño que era Dios, y madre espiritual de todos nosotros! (…) Pero Dios en María deposita su designio sobre la humanidad (cfr. Lc. 1, 49); en María revela todo su misericordia por los hombres”. Fuente: Centro Chiara Lubich Prima parte: La misericordia en la espiritualidad de Chiara Lubich Segunda parte: Chiara Lubich: el amor al prójimo y las obras de misericordia Texto integral de Alba Sgariglia (italiano)
25 Jun 2016 | Focolare Worldwide
https://vimeo.com/171597183
24 Jun 2016 | Focolare Worldwide
«Aquí escuché buenos consejos sobre cómo dialogar con mis hijos. Volveré», comenta convencida una mamá envuelta en su sari. Y un papá: «Decidí dedicar más tiempo a mis niños». Son éstos algunos de los comentarios de los 60 participantes al curso sobre paternidad y maternidad que se desarrolló en Udisha con el título: “El niño, futuro de nuestra nación”. En el mismo lugar, sus hijos, una vez terminadas las clases, todos los días encuentran una comida caliente, juegos y actividades de educación no formal. Para algunos padres, los temas tratados fueron de una sorprendente novedad, para otros un abrir los ojos ante los propios errores y también ante los peligros y riesgos a los que sus hijos se encuentran expuestos. Pero el curso no ha sido la única iniciativa orientada a los padres.
De hecho, llegamos ya al 5° año, en el que en Udisha – uno de los proyectos sociales de los Focolares dirigido a chicos y familias en dificultad – les ofrece la posibilidad acceder a un microcrédito, gracias al cual la economía de numerosas familias ha mejorado notablemente. Las beneficiadas son sobre todo las mujeres, las cuales, incentivadas por un financiamiento inicial, en número cada vez mayor, han logrado dar vida a pequeñas actividades artesanales o comerciales como producir bolsas tejidas a crochet o preparar comida para la venta. Ya son 52 las mamás que una vez por mes se encuentran en grupos, para intercambiar experiencias sobre su hacer empresa trabajo de empresarias y para resolver juntas los problemas que encuentran. Otra actividad que se lleva adelante con éxito también este año, es la profilaxis contra la tifoidea, de la que se beneficiaron 107 entre niños y adultos y el suministro de vacunas antitetánicas y contra la rubéola a 72 adultos y 95 niños. Sin embargo las mayores energías del proyecto se reservan para los chicos, involucrados en iniciativas siempre nuevas. Para recordar la independencia del país, el 15 de agosto se realizó la ceremonia de izamiento de la bandera, con cantos patrióticos y poesías. En septiembre, en cambio, en ocasión de la feria de Bandra – uno de los eventos más importantes de la ciudad – los niños y los padres fueron en bus a visitar la basílica de Mount Mary. Siempre en septiembre, se celebra en India el día del maestro y los niños quisieron agradecer a sus animadores con una presentación de danzas, cantos y escenas de teatro.
El 2 de octubre, día del padre de la nación – el Mahatma Gandhi – la celebración empezó con pensamientos de Gandhi sobre la no violencia y la paz, para luego reflexionar acerca de la pobreza de tantos menores que viven por las calles y de cómo es importante compartir. También los niños de Udisha son muy pobres, pero a pesar de esto quisieron compartir lo poco que tienen: alguna prenda de vestir, un pequeño juguete, un dulce. Y hablando entre ellos enumeraban también todas las demás cosas que se pueden compartir: las buenas ideas, la alegría, la sonrisa. La fiesta más importante de India cae cada año entre octubre y noviembre y dura cuatro días. Es el Diwali (Fiesta de la Luz), durante el cual los niños de Udisha pusieron en marcha toda su creatividad pintando vasijas de terracota y haciendo dibujos con polvo de colores. Es su manera de contribuir al proyecto, en gran parte financiado por el apoyo a distancia de AFN osl. Es realmente conmovedora la intensidad con la que los niños de Udisha absorben la ‘cultura del dar’, ese principio inspirador que es el corazón del proyecto y de la formación que reciben a través del mismo. Un valor que les llega no tanto a través de las palabras, sino del amor concreto de los voluntarios del lugar y de quienes, más allá del océano, sin haberlos jamás conocido, deciden cuidar de ellos.