Movimiento de los Focolares
Evangelio vivido: sin excluir a nadie

Evangelio vivido: sin excluir a nadie

Dormía en compañía de las ratas «Me importaban sólo la plata, la ropa de marca, las mujeres y la diversión. Después de haber experimentado la cárcel por posesión y venta de heroína, volví a llevar la misma vida de antes, entre violencia, estupefacientes y alcohol. Hace aproximadamente tres años, un tipo que yo consideraba como amigo, me robó droga y plata. Enojado conmigo mismo, con Dios y con el mundo entero, caí muy bajo. Dormía en una casa abandonada, en medio de la basura y en compañía de las ratas. Un día un desconocido, sin preguntarse quién era yo, me invitó a comer en su casa y me trató como a un hermano. Me sentí impulsado a acompañarlo en la iglesia a la que asistía y allí, por primera vez después de un largo tiempo, experimenté una sensación de paz. Luego volví allá también solo. Me quedaba en silencio por horas, aprendía a rezar. Intenté cambiar de vida. Aunque tuve recaídas, cada vez Jesús me dio la fuerza de reponerme. Hoy en día vivo en una comunidad de rehabilitación y trato de devolver la ayuda recibida estando al servicio de quienes pasan necesidad.» (Samuele – Italia) 20160428-01La sastrería «Cuando ella pasaba delante de nuestro taller de sastrería, le echaba una mirada triste a los vestidos de la vitrina. Un día la invité a pasar. Estaba vestida de manera pobre, pero con gusto. Volvió varias veces, de tal suerte que pude conocer su historia: para cuidar a sus padres había dejado su trabajo y, una vez que se quedó sola, ya no pudo ejercer su oficio de sastre. Hablé con el director de la sastrería y la señora fue contratada. Decir que es la mejor es poco. Supe por varias clientes que desde que ella está, vienen más gustosamente al taller, se sienten mejor recibidas.» (J.B. – Argentina) Inculturación «En mi escuela primaria, hay muchos niños extranjeros. Socializar con ellos no es fácil, sobre todo con un grupo de pequeños gitanos: molestan durante la clase, son agresivos, en muchos casos sus padres están en la cárcel. Un día, para ayudar a una colega de quinto curso, desesperada porque ya no lograba manejar el grupo, los recibí en mi salón. Pensando en Jesús como ejemplo de paciencia y mansedumbre, les preparé los mejores lugares y los presenté a los estudiantes como tutores de los más pequeños. Luego, para que se sintieran protagonistas, les pedí que me enseñaran algo de su idioma, dedicando a esto parte de la clase. Ahora se portan mejor y la inculturación está progresando.» (E. – Italia)

Papa Francisco a la “Aldea por la Tierra”

Papa Francisco a la “Aldea por la Tierra”

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Foto: Lorenzo Russo

«Escuchándolos hablar, me vinieron a la mente dos imágenes: el desierto y el bosque. Pensé: estas personas, todos ustedes, toman el desierto para transformarlo en un bosque. Van donde está el desierto, donde no hay esperanza y hacen cosas que convierten el desierto en bosque. El bosque está lleno de árboles, lleno de verde y demasiado desordenado… pero así es la vida! Pasar del desierto al bosque es un hermoso trabajo que ustedes hacen. ¡Ustedes transforman los desiertos en bosques! Después se verá cómo se pueden regular ciertas cosas del bosque… Pero allí hay vida, aquí no: en el desierto hay muerte. Muchos desiertos en las ciudades, muchos desiertos en la vida de las personas que no tienen futuro, porque –y subrayo una palabra dicha aquí– siempre existen los prejuicios, los temores. Y esta gente tiene que vivir y morir en el desierto, en las ciudades. Ustedes hacen el milagro con su trabajo de cambiar el desierto en bosque: Sigan así. Pero, ¿cómo es su plan de trabajo? No sé … Nosotros nos acercamos y vemos qué es lo que podemos hacer. ¡Y ésto es vida! Porque a la vida se la debe tomar así como viene. Es como el arquero en el fútbol, tiene que atajar los pelotazos que vienen de todos lados: de acá, de allá … Pero no hay que tener miedo de la vida, no hay que temerle a los conflictos. Una vez alguien me dijo –no sé si es cierto, si alguien quiere puede verificar, yo no he verificado– que la palabra conflicto en idioma chino se compone de dos signos: un signo que dice “riesgo”, y otro signo que dice “oportunidad”. El conflicto, es verdad, es un riesgo, pero es también una oportunidad. Al conflicto podemos tomarlo como algo de lo que debemos alejarnos o evitar: “No, allí hay un conflicto, me mantengo lejos”. Nosotros, los cristianos sabemos bien lo que hizo el levita, lo que hizo el sacerdote, con el pobre hombre caído en el camino. Encontraron la manera para no ver, para no acercarse (cf. Lc 10,30-37). Quien no se arriesga, no puede acercarse a la realidad: para conocer la realidad, para hacerlo desde el corazón, es necesario acercarse. Y acercarse es un riesgo, pero también una oportunidad: para mí y para la persona a la que me acerco. Para mí y para la comunidad a la que me acerco.
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Foto: Lorenzo Russo

Pienso en los testimonios que dieron, por ejemplo, con todo el trabajo en la cárcel. El conflicto: nunca, nunca, nunca darse vuelta para no ver el conflicto. Los conflictos se deben asumir, los males se deben asumir para resolverlos. El desierto es feo, ya sea el que está en el corazón de todos nosotros, o aquel que está en las ciudades, en los suburbios, eso es algo feo. Incluso el desierto que se encuentra en los barrios protegidos … Es feo, también allí está el desierto. Pero no hay que tener miedo de ir al desierto, para convertirlo en bosque; hay vida exuberante, y se puede ir a secar muchas lágrimas para que todos puedan sonreír. Me hace venir a la mente ese Salmo del pueblo de Israel, cuando estaba en cautiverio en Babilonia, y decían: “No podemos cantar nuestras canciones, porque estamos en tierra extranjera”. Ellos tenían los instrumentos allí con ellos, pero no tenían la alegría porque eran rehenes en un país extranjero. Pero cuando fueron liberados, el Salmo dice: “No podían creer, nuestra boca se llenó de sonrisas” (Sal 137). Y así, en este tránsitar desde el desierto hasta el bosque, hacia la vida, está la sonrisa. Les doy una tarea para hacer “en la casa”: miren un día las caras de la gente cuando van por la calle: están preocupados, cada uno encerrado en sí mismo, falta la sonrisa, falta la ternura, en otras palabras la amistad social, nos falta esta amistad social. Donde no hay amistad social, siempre está el odio, la guerra. Nosotros estamos viviendo en una “tercera guerra mundial de a trozos”, por todas partes. Miren el mapa del mundo y verán esto. En cambio, la amistad social, a menudo se debe hacer con el perdón – la primera palabra– con el perdón. Muchas veces se hace con el acercarse: yo me acerco a ese problema, a ese conflicto, a esa dificultad, y como hemos escuchado lo que hacen estos chicos y chicas valientes en los lugares donde se juega a las apuestas y mucha gente pierde todo ahí, todo, todo. En Buenos Aires vi a ancianas que iban al banco a recibir su jubilación y después inmediatamente al casino! Acercarse al lugar del conflicto. Y estos [los chicos] van, se acercan. Acercarse … Hay otra cosa que tiene que ver con el juego, con el deporte y también con el arte: es la gratuidad. La amistad social, se da en la gratuidad, y esta sabiduría de la gratuidad que se aprende, se aprende: con el juego,mcon el deporte, con el arte, con la alegría de estar juntos, con el acercarse… Es una palabra, gratuidad, que no se debe olvidar en este mundo, en el que parece que si no pagas no se puede vivir, donde la persona, el hombre y la mujer, que Dios ha creado justamente como centro del mundo, para estar al centro de la economía, fueron desplazados y en el centro tenemos un hermoso dios, el dios dinero. Hoy, en el centro del mundo está el dios del dinero y los que pueden acercarse a adorar este dios se acercan, y aquellos que no pueden terminan en el hambre, la enfermedad, la explotación … Piensen en la explotación de los niños, los jóvenes. Gratuidad: es la palabra clave. Gratuidad que empuja a que yo dé mi vida así como es, para ir con los demás y hacer que este desierto se convierta en bosque. La gratuidad, esto es algo hermoso! Y el perdón, también, perdonar. Porque, con el perdón, se aleja el rencor, el resentimiento. Y luego, siempre construir, no destruir, construir. Así, éstas son las cosas que vienen a la mente. ¿Cómo se hace esto? Simplemente siendo conscientes de que todos tenemos algo en común, todos somos seres humanos. Y en esta humanidad nos acercamos para trabajar juntos. “Pero yo soy de esta religión, de aquella…” ¡No importa! Todos adelante para trabajar juntos. ¡Respetarse, respetarse! Y así veremos este milagro: el milagro de un desierto que se convierte en bosque. ¡Muchas Gracias por todo lo que hacen! ¡Gracias!» Jornada mundial por la Tierra 2016 PALABRAS DEL SANTO PADRE FRANCISCO DURANTE LA VISITA A LA MANIFESTACIÓN “ALDEA POR LA TIERRA” Roma, Villa Borghese Domingo, 24 de abril de 2016 Fuente:  Zenit Papa Francisco en la Mariápolis https://vimeo.com/164229191 https://vimeo.com/164066584

Europa en marcha

Europa en marcha

IpE_itEncuentro. Reconciliación. Futuro. Tres palabras que encierran el significado de la cita en Múnich,  en la Karlsplatz (Stachus), donde tendrá lugar la manifestación promovida por más de 300 movimientos y comunidades de varias iglesias cristianas. El objetivo: reflexionar juntos sobre los desafíos abiertos que hay en Europa, y traer a la luz los testimonios de la red, a veces oculta pero muy activa, de una sociedad civil que se compromete en la acogida, la solidaridad hacia los más débiles y desfavorecidos, como puente entre este y oeste, y por la superación de los conflictos, tanto explícitos como latentes. «¿Qué tiene para decir, o sea para dar, Europa al mundo?» se pregunta la presidente de los Focolares María Voce, con respecto a los objetivos de JPE. «La experiencia de estos dos mil años de cristianismo, que hizo madurar ideas, cultura, vida, acciones, que sirven para el mundo actual… y que lamentablemente hasta ahora no se pusieron muy de relieve. Porque de Europa, en este momento, se evidencian las dificultades, los dramas, los muros, la intolerancia y no se evidencia todo el bien que existe». En la Evangelii Gaudium el papa Francisco habla de las ‘ciudades invisibles’ ese “entramado en el que grupos de personas comparten las mismas formas de soñar la vida y similares imaginarios y se constituyen en nuevos sectores humanos, en territorios culturales, en ciudades invisibles” (EG 74). «Sin embargo, inmediatamente después – explica Jesús Morán, copresidente de los Focolares – el Papa dice que estas ciudades invisibles se caracterizan por la ambivalencia. Estos territorios culturales contienen una fuerte carga de violencia y marginación. Las ciudades invisibles son también las mafias. Entonces con esta fraternidad animada por el amor» que es la nota característica también del mensaje de Juntos por Europa, «quisiéramos mostrar las ciudades invisibles del bien, allá donde existen las buenas prácticas, donde se acogen a los refugiados, donde se vive en comunión». ¿Cuáles son las expectativas ante esta edición del evento europeo, que se ubica en vísperas de los 500 años de la Reforma, en una especial coyuntura que ve el continente cada vez más en crisis, también por la incapacidad de responder de forma conjunta a la crisis de los migrantes? Hablamos de ello con Ilona Toth – húngara – y Diego Goller – italiano – , comprometidos en primera persona como Movimiento de los Focolares en la preparación de Juntos por Europa. «Recientemente el Comité de Orientación de Juntos por Europa, se reunió en la sede romana de la Comunidad de San Egidio. En el Comité están representados los distintos movimientos que animan este camino. Fue un momento de intercambio y de elaboración de ideas. Un año antes del 500° aniversario de la Reforma de Lutero (1517-2017), quisiéramos mostrar que ya existe una red de cristianos unidos, que trabajan entre movimientos y varias Iglesias», explica Diego Goller. «Tratamos de acelerar los tiempos y dar la señal que en este Juntos hay una muestra de una unidad lograda, no institucionalmente o teológicamente, sino en el hecho de estar, esencialmente, reconciliados. En efecto, “500 años de división son suficientes” es el título de uno de los momentos de la manifestación. Nos orientamos también según la línea de lo que pidieron el papa Francisco y el patriarca Kirill en la declaración conjunta, es decir, que los cristianos de Europa oriental y occidental se unan para testimoniar juntos el Evangelio». «Constituye una acción política en el sentido más noble del término», afirma Ilona Toth. «El objetivo es el de mostrar todo el bien que existe. La profecía de Juntos por Europa se encierra en su nombre. Juntos, es el don de la fraternidad, entre nosotros los cristianos y, a mayor escala, con personas de otras religiones, de otras culturas. Luego está el aspecto político, donde el Juntos se realiza: los carismas como respuestas en acto a los problemas también políticos de las ciudades». «En Múnich», concluye, «quisiéramos mostrar esta corriente de bien que ya está en marcha, fruto también de los valores del cristianismo madurados a lo largo de los siglos y evidenciados hoy por los varios carismas». La manifestación del 2 de julio será precedida por un Congreso de los Movimientos (30 de junio/1° de julio) en el Circus-Krone-Bau: 17 Fórum y 19 Mesas redondas en los que estarán involucrados exponentes de las Iglesias, de la política, de la sociedad civil sobre temáticas de actualidad. El pasado 21 de abril, en Ginebra, en la sede del Consejo Ecuménico de las Iglesias, se desarrolló una mesa redonda con el título “Europa: ¿cuál identidad? ¿Cuáles valores?” en preparación al evento de Múnich.   Mayores informaciones acerca de la manifestación en www.together4europe.org   Maria Chiara De Lorenzo  

Papa Francisco en la Mariápolis

Papa Francisco en la Mariápolis

PapaFrancesco_salutoMariaVoce-02«Por primera vez un Papa llega a una Mariápolis y recordé lo que varias veces Chiara Lubich dijo para describir el efecto que producían en ella la visita y las palabras de un obispo en las Mariápolis. Ella reconocía «un peso, una unción» que las distinguía de las de cualquier otra persona, aunque fuera un teólogo o un santo, y la percepción de que con su presencia la “ciudad de María” alcanzara su cumplimiento y llegara a ser “ciudad Iglesia”. Lo mismo sucedió, en plenitud, con la visita imprevista del Papa Francisco a la Aldea para la Tierra en Villa Borghese, donde, en colaboración con el evento de Earth Day Italia, se estaba desarrollando la Mariápolis de Roma que, sin embargo, no se limita a la capital. Así mismo, cada Mariápolis que se desarrolla y se desarrollará en el mundo — y hablamos de centenares – se sentirá mirada y amada de la misma forma. El hecho de que Francisco hablara de manera espontánea, poniendo desde el inicio a un lado los papeles, era como decir: ustedes me han robado el corazón y yo debo responder a lo que me han dicho. Y sus palabras precisas, luminosas, no eran sólo un reconocimiento al compromiso y a la acción de las numerosas personas que le hablaron, sino que tenían sabor a programa para el futuro. En ellas resonaban como idea fuerte el prodigio y la posibilidad de transformar el desierto en selva. Me impresionó su forma de decir con fuerza que lo que vale es difundir la vida. No hacer programas y quedarse enjaulados en ellos, sino salir al encuentro de la vida tal como es, con su desorden y sus conflictos, sin temor, afrontando los riesgos y aprovechando de las oportunidades. Para conocer la realidad con el corazón es necesario acercarse a ella. Es así que se dan los milagros: los más variados desiertos que se transforman en selvas. El Papa Francisco posee la fuerza de la palabra. Sus imágenes no se borran, ni de la mente ni del corazón. Distintos pero juntos, entre personas, grupos, asociaciones. El Pontífice lo repitió muchas veces, porque para él es importante y le da alegría. El espectáculo humano en Villa Borghese nació de una pregunta: ¿por qué no realizar la Mariápolis en el corazón de Roma? ¿Por qué no intentar hacer un injerto de fraternidad, de pronto pequeño pero concreto, por las calles de la ciudad? Roma — lo sabemos — llora por las numerosas heridas y sufre por sus fragilidades, pero vive también de una riqueza increíble: el bien, mucho bien, que aquí se hace. Cuando el Papa anunció el año de la Misericordia, pensamos en las numerosas asociaciones que trabajan en la ciudad, con o sin una referencia religiosa, pero que “hacen misericordia”. Fue casi una casualidad el encuentro con Earth Day, que se ocupa de la tutela de lo creado y trabaja por esa ecología integral tan querida por Francisco. Una trayectoria y un trabajo apasionantes, fuera de los esquemas, que recorre caminos impensados. Seguramente no han faltado las dificultades,  porque no nos conocíamos y porque somos distintos. Pero la diversidad es riqueza, como el encuentro con más de cien asociaciones. Nacieron así muchas sinergias y se han construido muchos puentes. También con realidades muy pequeñas: «Pero mi asociación va adelante con mi jubilación, no tenemos ni logos ni cosas parecidas» nos dijo un nuevo amigo. Y la Mariápolis quiso dar testimonio del bien que también él hace. Salieron a la luz así las numerosas ciudades subterráneas virtuosas que Roma contiene. Un bien que se multiplicará y una red que parece dar razón a la intuición que Chiara Lubich escribió en 1949, encontrando Roma y amándola: “muchos ojos se iluminarían de su Luz, signo tangible de que Él reina (…) para resucitar a los cristianos y hacer de esta época, fría porque atea, la época del Fuego, la época de Dios (…) No es sólo una cuestión religiosa (…) El hecho de separarlo de la vida entera del ser humano, es una herejía práctica de los tiempos presentes, y un subyugar la persona a algo que es menos que ella y relegar a Dios, que es Padre, lejos de sus hijos”». de María Voce, Presidente del Movimiento de los Focolares

Fuente: Osservatore Romano, 25 de abril de 2016 (Italiano)

Centro televisivo vaticano (Italiano)

Notas de prensa – Servicio de Información de los Focolares (SIF)

Papa Francisco a la “Aldea por la Tierra”

https://vimeo.com/164229191