Feb 25, 2022 | Sin categorizar
Frente a los hechos que desde haces unos días convulsionan al mundo entero, el Movimiento Politicos por la unidad, que inspira su acción en la experiencia y el ideal del Movimiento de los Focolares, afirma el compromiso común en favor de la paz a la que se llega solo a través de una “acción” concreta.
“Si quieres la paz, prepara la paz”. Así se expresaba Igino Giordani, un político pacifista del siglo XX. Solo un cotidiano esfuerzo multiforme por la paz puede detener la guerra que la historia ya ha declarado demasiadas veces como una opción absurda.
Los medios de la oposición están desactualizados y abren el camino a una mayor inseguridad, tanto a nivel local como global.
De ello estamos convencidos los políticos, funcionarios, ciudadanos, diplomáticos del Movimiento Político por la Unidad, y desde todo el mundo expresamos nuestra cercanía a los pueblos que sufren esta trágica guerra, mientras apoyamos firmemente a quienes, de diversas maneras, continúan negociando por la paz, la única solución verdadera.
Nunca es demasiado tarde para reabrir la negociación y el diálogo, a corto y largo plazo.
Que la obligación de la paz nos guíe. Identificamos estas tres direcciones principales de compromiso:
1- A menudo la creación de los estados nacionales no ha sido una elección libre de los pueblos, sino el resultado de mesas de tratativas de la posguerra, legados de imperialismos. Viejas y nuevas divisiones exigen un esfuerzo político valiente, que dé nuevo significado a las identidades nacionales, que interpele las uniones continentales, en primer lugar a la Unión Europea, más allá de los intereses inmediatos.
2- La historia nos enseña que las sanciones económicas dejan indemnes a los gobiernos y empobrecen a la sociedad civil, a las mujeres y los hombres, y sobre todo a los niños. Siria es el último y más grave ejemplo de esto.
La elección de las sanciones ha de llevarse a cabo con cautela, para que no forme parte de la lógica de la guerra y de las contraposiciones de fuerza. La política debe saber controlar los circuitos de las armas y de la industria del carbón y solo así construirá una verdadera paz.
3- Ante el recrudecimiento de las armas nucleares con su potenciación estratégica, hoy pedimos en voz alta a nuestros gobiernos que se firme e implemente el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, adoptado solo por 122 Estados el 7 de julio de 2017. La fuerza política de la ONU debe volver a la acción y la voz de los gobiernos debe integrarse con la voz de las ciudades del planeta, reunidas en una específica asamblea mundial, para darle más fuerza a nuestros pueblos.
En estas horas en que parece prevalecer el crudo poder de la fuerza, afirmamos sin vacilación alguna que todavía y siempre creemos en la construcción de la paz, en los procesos de diálogo, en los instrumentos de la política.
Son las organizaciones de la sociedad civil, con la fuerza espiritual y cultural de su fe y con las muchas buenas prácticas las que pondrán de relieve los grandes ideales para sostener la historia.
Que nuestros representantes silencien las armas cuanto antes y escuchen a las mujeres y a los hombres de paz.
Mario Bruno, presidente del MPPU
Mar 12, 2021 | Sin categorizar
La categoría imprescindible del pontificado del Papa Francisco, confirmada también en Irak, es la fraternidad. Su testimonio personal y eclesial, su magisterio y sus relaciones con el mundo musulmán, hacen de la fraternidad ya una figura geopolítica. El histórico encuentro con al-Sistani.
Desde varios lugares, en estos días, se trata de efectuar un balance del viaje del Papa Francisco a Irak. Pienso que es difícil, cuando no imposible, intentar un análisis exhaustivo. Son demasiados los temas involucrados y, sobre todo, estamos demasiado cerca, demasiado poco tiempo ha transcurrido desde el evento global articulado, que sólo con el pasar del tiempo se podrá comprender en toda su valencia, Obviamente algunos elementos más que otros han impactado el imaginario de quien ha seguido los varios acontecimientos en un contexto que, en ciertos aspectos, en su cruda realidad, corría el riesgo de presentarse casi como algo surrealista. Si pensamos en los viajes papales, inaugurados por Woityla a partir de 1979, estábamos acostumbrados a escenarios de fondo muy diferentes: multitudes oceánicas, preparación coreográfica que a menudo rozaba la perfección y, sobre todo, eventos que dejaban la imagen, sobre todo en los primeros años de la era del papa polaco, de una fe fuerte, en el centro de la historia, en contraposición con el mundo ateo del que el papa polaco llegaba. El Papa Francisco, que desde el comienzo de su pontificado introdujo la idea de una Iglesia accidentada y comparó con un hospital de campaña, en estos años está comprometido en transmitir esa imagen de Iglesia y lo ha hecho prácticamente allí donde ha estado. Desde su primer viaje oficial a Lampedusa, puerto y cementerio de migrantes, pasando por Bangui, en donde quiso inaugurar su Jubileo inesperado y extraordinario, para llegar a Mosul, en donde el escenario tenía como fondo ruinas y muros aún perforados por proyectiles de variado calibre. Y no podemos olvidar a Tacloban, en donde desafió un inminente tifón para estar junto a los sobrevivientes de otro evento catastrófico; Lesbos en donde pasó sin prisa un tiempo precioso escuchando las historias inenarrables de prófugos de distintas proveniencias. Pero la lección de Francisco no se refiere sólo al compromiso de mostrar que el rostro más precioso de la Iglesia es el accidentado. Es más bien la manera con la cual muestra la proximidad, el calor necesario para hacer sentir a quien sufre que existe una comunidad cristiana. Sobre todo se ha comprometido a proyectar estas comunidades al escenario mundial, para decir que ésa es la Iglesia verdadera, que todos tenemos que tener en nuestro corazón y que da testimonio de Cristo de una manera real. Como dijo en el vuelo de regreso, Bergoglio respira en esas situaciones extremas, porque ése es su llamado petrino, ése por el cual el cónclave lo eligió aun sin saber adónde conduciría la barca de Pedro. Lo estamos viendo y experimentando en estos años. Y los viajes son el espejo acaso más veraz de ello, que no traiciona y no deja lugar a malentendidos. Por otra parte no es nada nuevo. Como sus predecesores, el papa argentino demuestra saber leer y decodificar los signos de los tiempos y ofrece un testimonio creíble del hecho que la Iglesia es testigo en el tiempo, interceptando sus problemáticas y sus nudos-clave, ofreciendo respuestas a menudo a contracorriente respecto de las que el mundo político, internacional y, hoy, financiero imponen. Frente a la realidad que Francisco le ha tocado vivir, incluso esa realidad sin precedentes (por lo menos en estos términos) de la pandemia, la categoría imprescindible de su pontificado, confirmado también en Irak es la fraternidad. El testimonio personal y eclesial de Bergoglio, su Magisterio y sus relaciones, sobre todo con el mundo musulmán, pero no sólo con ellos, conforman ya una figura geopolítica. Lo demostró también su encuentro con el Gran Ayatollah al-Sistani. Las implicancias de esos cuarenta y cinco minutos son fundamentales. Todos sabemos, en efecto, que el gran nudo que el Islam hoy debe desatar es dentro de su mundo: la tensión jamás adormecida pero hoy peligrosamente agravada entre la esfera sunita y la chiita. Allí deben buscarse las raíces de muchos de los problemas que los musulmanes viven y por los cuales, también, muchos mueren. Bergoglio ha mostrado un gran tacto político al quererse encontrar con al-Sistani, el representante más significativo del chiismo espiritual, bien distanciado de la teocracia iraní que desde la revolución jomeinista de la década de 1980, llevó al mundo iraní a ser paladín de esa franja del caleidoscopio musulmán. Al-Sistani siempre tomó distancia de la opción teocrática de los ayatollah iraníes, y desde hace décadas es un líder espiritual y religioso reconocido. Por otro lado, nació en Irán. El encuentro entre los dos se realizó a puertas cerradas, pero como lo describió el Papa Francisco en el vuelo de retorno, fue un momento de espiritualidad, «un mensaje universal. Sentí el deber, […] de ir a encontrarme con un grande, un sabio, un hombre de Dios. Pero sólo escuchando se percibe eso. […] Y él es una persona que tiene esa sabiduría… y también la prudencia. […] Y él fue muy respetuoso, muy respetuoso en el encuentro, y yo me sentí honrado. Incluso en el saludo: él jamás se levanta, y se levantó, para saludarme, dos veces. Es un hombre humilde y sabio. A mí me hizo bien al alma, ese encuentro. Es una luz». Bergoglio luego se atrevió a hacer una apreciación que quizás ningún papa había tenido el coraje de expresar en el pasado: «Estos sabios están en todos lados, porque la sabiduría de Dios ha sido esparcida por todo el mundo. Sucede lo mismo también con los santos, que no son los que están en los altares. Son los santos de todos los días, ésos a los que yo llamo “de la puerta de al lado”, los santos –hombres y mujeres– que viven su fe, cualquiera que ella sea, con coherencia, que viven los valores humanos con coherencia, la fraternidad con coherencia». Todo esto no ha pasado desapercibido. Los comentarios positivos fueron muchísimos y de varias partes, empezando justamente por el mundo musulmán. Sayyed Jawad Mohammed Taqi Al-Khoei, secretario general del Instituto Al-Khoei de Nayaf es un exponente de relieve del mundo chiita iraquí y director del Instituto Al-Khoei que forma parte del Hawza de Nayaf, un seminario religioso fundado hace casi mil años para los estudiosos musulmanes chiitas. Él fue muy claro en sus apreciaciones. «Si bien éste es el primer encuentro en la historia entre el jefe del establishment islámico chiita y el jefe de la Iglesia Católica, esta visita es el fruto de muchos años de intercambio entre Nayaf y el Vaticano y reforzará sin duda nuestras relaciones interreligiosas. Ha sido un momento histórico también para Irán». Al-Khoei afirmó el compromiso por reforzar nuestras relaciones como instituciones y como individuos. Iremos pronto al Vaticano para asegurar que este diálogo continúe, se desarrolle y no se detenga aquí. El mundo debe afrontar desafíos comunes y estos retos no pueden ser resueltos por ningún Estado, institución o persona, por sí solos». La agencia AsiaNews transcribe algunos comentarios positivos que han aparecido en la prensa iraní, que dio amplio relieve y celebró el histórico encuentro como una “oportunidad para la paz”. La noticia fue el título de primera plana de periódicos y órganos de información de la República islámica. Sazandegi, una histórica publicación cercana al ala reformista, destaca que los dos líderes religiosos son hoy «los abanderados de la paz mundial». Y definió su conversación cara a cara en la casa del líder espiritual chiita como «el evento más eficaz [en la historia] del diálogo entre las religiones».
Roberto Catalano
Ene 1, 2021 | Sin categorizar
Cuatro historias de quienes “osan hacerse cargo” cada día: porque no hace falta esperar la jornada mundial de la paz para construir un mundo más unido. «No cedamos ante la tentación de despreocuparnos de los demás, especialmente de los más débiles, no nos acostumbremos a quitar la mirada, por el contrario comprometámonos todos los días a conformar una comunidad compuesta por hermanos que se acogen recíprocamente, cuidándose unos a otros». Las palabras finales del mensaje del Papa Francisco del primero de enero de 2021, por la 54esima jornada mundial de la paz, son un programa revolucionario para la vida de las personas y de los pueblos para este 2021 en el que están puestas infinitas esperanzas de paz; una paz que se construye a partir de la lucha contra la pobreza, por una mayor dignidad de la persona, como posibilidad de resolución de cualquier forma de conflicto, hasta (y no por última) la salvaguardia del planeta. Iniciamos este 2021 con las historias de quienes hemos querido definir como “héroes del cuidado”, personas como nosotros, o que viven a nuestro lado, que no han dejado escapar ocasiones preciosas de amor y proximidad en los ámbitos más variados. Porque el campo de acción del cuidado es vastísimo, es grande como el mundo. Chicos por la Unidad (México) – “Queríamos hacer un proyecto que tuviera impacto tanto social como ambiental y se nos ocurrió recoger tapas de plástico para donar a una fundación que se ocupa de personas enfermas de cáncer, para ayudar con lo que obtuviéramos de nuestra colecta. De este modo contribuimos a respetar el ambiente reciclando el plástico y ayudamos a las personas que están en tratamiento. Hasta hoy hemos hecho 23 entregas para un total de ¡un millón de tapas recogidas en menos de un año! Además hemos recogido otros materiales reciclables y, con la ganancia, hemos llevado alimento al hospital, ropa para personas de escasos recursos y ayudamos a los centros de atención. También hemos sembrado árboles en algunos puntos de la ciudad”.
Sandra Mugnaioni (Italia), docente pensionada – En el LIceo Copernico di Prato, desde hace alrededor de veinte años lleva adelante algunos proyectos que transforman a los estudiantes en “ciudadanos activos”. Uno de los proyectos más interesantes es el de los Peer Educator: los chicos eligen un tema, de acuerdo con el profesor que tiene a cargo el proyecto, distinto cada año; se leen documentos, se profundizan distintos aspectos del problema, y después se decide qué hacer. “El año pasado el tema fue el de las así llamadas “ecomafias”. Al final del itinerario 700 chicos de los grados superiores de las escuelas de la ciudad montaron una obra de teatro, la Gardugña, (que significa Cosa Nostra). “De este modo los estudiantes adquieren una sensibilidad y una competencia que les permite convertirse en formadores de sus coetáneos, también de sus compañeros que están en mayor dificultad, por eso son los peer educator que una vez graduados no dejan de buscar opciones de bien y no se alejan de su profe, tanto que la experiencia, dentro y fuera del liceo, es compartida y construida junto con un grupo de docentes cada vez más grande”. Rolando (Guatemala) – Rolando es el propietario de Spokes Café. Hace dos años visitó una casa-hogar cerca de su barrio y allí conoció a Madelyn y le propuso si quería trabajar como barista. “Tratamos de hacer de nuestro café un trampolín para jóvenes como ella -dice Rolando- enseñándoles un oficio, para romper el círculo vicioso y ayudarles a prepararse a afrontar el mundo con dignidad. A menudo después deciden seguir estudiando en la universidad y esto nos llena de satisfacción”.
Madelyn tiene 21 años y entró a la casa-hogar con su hermana. La mayoría de las jóvenes que viven ahí fueron víctimas de abusos y explotación. Incluso algunas fueron víctimas de la trata de blancas. Si bien las chicas están seguras en esa casa, muchas sufren por el estigma y difícilmente logran encontrar un trabajo digno. Madelyn cuenta que siempre tuvo dificultades para comunicarse con las personas: “Todavía tengo mucho camino por recorrer pero, poco a poco estoy aprendiendo. Trabajando aquí he descubierto el sentido de la responsabilidad y que detrás de cada cliente hay una persona. Este trabajo ha hecho que mi vida diera un vuelco”.
Maria Liza (Filipinas) – jefe procuradora de Tacloban – El Social Development Center for Children (SDCC) es un refugio para chicos que se encuentra en la parte septentrional de Tacloban City, la isla que el el 2013 fue duramente devastada por el tifón Haiyan. Hoy es centro está atravesando graves dificultades por la falta de fondos. “Por eso fuimos donde nuestro alcalde y nos ofrecimos a trabajar -cuenta María Liza- empezamos recogiendo fondos para hacer frente a la falta de suministros y medicinas pero también nos hicimos cargo de las denuncias de violencia contra los menores”. “Pero la conquista más importante ha sido lograr llamar la atención de la opinión pública sobre la situación del centro. Si no hubiésemos intervenido, nunca nadie habría admitido la verdad sobre sus condiciones de vida. Esto ha creado una especie de ‘preocupación pública’, de que la administración de la ciudad realmente se haga cargo de estos niños”.
Stefania Tanesini
Para conocer la versión integral de estas historias visita la página web de United World Project
Dic 28, 2020 | Sin categorizar
¿Cuál es la idea de fondo del TV Movie “Chiara Lubich, todo lo vence el amor”? ¿Qué tiene para decir en este tiempo la narración de los comienzos de los Focolares? Hoy ha sido presentado a la prensa, y saldrá al aire en RAI Uno el 3 de enero próximo. Un film de extrema actualidad, que nos habla a todos nosotros, ofreciendo la fraternidad universal, que Chiara Lubich ha difundido, como un antídoto al mal de este tiempo. Es éste, en extrema síntesis, el mensaje transmitido hoy durante la conferencia de prensa de presentación del TV Movie “Chiara Lubich, todo lo vence el amor” que saldrá al aire en Rai Uno (primer canal nacional italiano) el 3 de enero próximo, por la tarde. Estaban presentes los vértices de Rai Uno y Rai Fiction, Stefano Colletta y Maria Pia Ammirati, el productor de Eliseo Multimedia Luca Barbareschi, la protagonista Cristiana Capotondi y la actriz Aurora Ruffino. Intervino también Maurizio Fugatti, presidente de la Provincia Autónoma de Trento, ciudad en la que se filmó la película. “Es una película que en este período de tanto sufrimiento, tan duro para nosotros por el Covid, se vuelve una gran metáfora de esperanza y coraje. Un grupo de chicos que deciden creer en un sueño. ¿Cuándo? Durante la guerra”. Para Luca Barbareschi éste es el reto al que quiso apuntar, produciendo la historia de Chiara Lubich – “Espero que este film se lo vea en esa clave de lectura, en la cual la figura de Chiara (…) se vuelva un símbolo de simplicidad y pasión, coraje, ganas de reunir a las personas, que es el símbolo del “focolar”, estar alrededor del fuego, alrededor de la luz”.
Concuerda Giacomo Campiotti, pero dice también que ésta fue para él la escenografía más difícil hasta ahora, si bien ha sido una empresa exaltante. “He tratado de dar mi aporte contando una historia para todos”, explicó. “Chiara Lubich no es para nada una narración sólo para el mundo cristiano, sino que su idea era la de hablar con cualquiera”. Recordando que el lema de Chiara era la frase del Evangelio “Que todos sean uno” (cf. Juan 17,21), agregó: “Chiara no quería fundar nada, pero cada uno de nosotros tiene un poder increíble. Cuando una persona empieza a realizar aquello en lo que cree, crea un magnetismo en torno que cambia el mundo. Eso han hecho los grandes personajes. Y estos personajes pueden ser de gran ayuda, de inspiración para todos”.
“Yo me llevo a casa una experiencia muy bella, de gran espiritualidad, totalizante como tal vez pocas cosas lo han sido”, nos confiesa Cristiana Capotondi. Para la protagonista, Chiara Lubich es un personaje que siempre fue joven, “porque tuvo la fuerza de desarticular las convenciones, los estereotipos, de abrir las puertas, de hablar con mundo judío, de hablar con el mundo islámico, de hablar con la Iglesia Ortodoxa. Es como si no tuviera memoria, como si no tuviera superestructuras. Para mí eso es algo muy joven. Luego cuando crecemos nos estructuramos, tenemos miedo, temores. Era una mujer sin miedos. En este momento histórico creo que su mensaje es de una fuerza política extraordinaria”.
Aurora Ruffino que tiene un rol importante entre las primeras compañeras de Chiara Lubich, cuenta que de Chiara y sus compañeras le impresionó el hecho que ellos también vivían en la incertidumbre del mañana: “Una situación como la que vivimos hoy. Y a pesar de eso ella tenía la absoluta certeza de que las cosas iban a salir bien, que de alguna manera, para ella, Dios encontraría el camino para que las cosas salieran bien. Me impactó mucho eso. (…) Cuando tú haces el bien, te vuelve. Y ella vivía en la absoluta certeza de ello”. Para Stefano Coletta no hay duda acerca del motivo por el que la RAI Uno eligió abrir el año 2021 justamente con este proyecto: “La película condensa de una manera muy clara y sin retórica la historia de Chiara Lubich, una mujer que realmente había encontrado a Dios y lo había encontrado en la acción, más que en la mística y en la actividad contemplativa. Era una mujer muy práctica que vivió en un momento complicadísimo como es la guerra, con la convicción casi política de que todo encuentro merecía atención, curiosidad e inteligencia. No por casualidad fue signo del diálogo ecuménico hasta el final; se encontró con espiritualidades extremadamente diferentes, sin ningún prejuicio”. Para Maria Pia Ammirati la historia contada por el film tiene un carácter hagiográfico, pero no en el sentido como se lo entiende comúnmente. “Como en todas las hagiografías, las verdaderas hagiografías, los santos son ante todo hombres y mujeres normales. Por ello se lo empieza bien, se lo empieza muy bien a este 2021. Es un viático esta historia, y un inicio positivo en una situación que sabemos tenebrosa, que nos aleja. El designio de Chiara era el de la cercanía, de empezar por las pequeñas sociedades, por la solidaridad, por el bien común, por el amor, como reza el subtítulo”.
Stefania Tanesini
Sep 2, 2020 | Sin categorizar
El testimonio de José Luis Raygada, un médico peruano en primera línea en la lucha contra el COVID-19. Cómo conjugar el rol profesional y de padre, en coherencia con los valores evangélicos.
Soy médico desde hace 25 años y padre desde hace 17 años, y me doy cuenta de que no termino de aprender a ser ambas cosas en coherencia con los valores en los que creo.
En estos tiempos de pandemia, descubro una escuela intensiva para mejorar en ambos roles, también en aspectos hasta ahora poco considerados por mí, así como por la mayoría.
Desde el inicio de esta epidemia mundial, estoy trabajando en un hospital de campaña para enfermos de Covid 19 en la ciudad de Piura (norte del Perú), el primero en esta ciudad. Estoy ayudando a los enfermos internados y he visto morir a más pacientes en estos últimos 3 meses que lo que he visto en mis 25 años como médico.
He sido formado en una de las mejores escuelas de medicina del país, con prestigio académico y rigor científico. He descubierto, ante esta terrible enfermedad, las limitaciones, la impotencia y la frustración de la “medicina científica” ante esta infección desconocida. He visto a mis pacientes sufrir y morir asfixiados por falta de oxígeno, aún suministrándolo a grandes flujos; con todo lo que la ciencia iba proponiéndonos como terapias, pero con todas las carencias de personal y equipos de un hospital en un país pobre. Y cuando la enfermedad se torna agresiva, me he visto, muchas veces frente al paciente, impávido y frustrado con mi ciencia. Es en medio de este desconcierto, que escucho con frecuencia un grito: ¡Tengo sed! … ¡Agua por favor! … ¡Dénme agua! … ¡Agua!… A veces sólo gimen y, sólo cuando te acercas y les preguntas si quieren beber, asienten con un movimiento de cabeza.
A la par de mi labor “científica”, comencé a dar de beber a todo el que me lo pedía, a acomodarles la almohada, a sostener sus manos entre las mías, a acariciar su frente, a darle un masaje a su espalda cuando me lo pedían o a pasarle el balde para que orinen. O tan sólo acompañarlos y hasta rezar con ellos o por ellos; y, finalmente, a consolarlos en su partida.
Me he dado cuenta de mi doble dimensión como médico: la dimensión de autoridad respaldada en lo científico, que muchas veces cura, y mi dimensión como ser humano, fundada en la misericordia y en el amor que provienen de Dios y expresados en actos cotidianos y sencillos que tantas veces sanan el alma. Ciencia y humanidad plena, conocimiento y misericordia, cuerpo y alma, hombre y Dios, razón y fe, una moneda de dos caras que hace pleno nuestro dar y vivir, un balance delicado de lograr.
Entre el trabajo desgastante en el hospital, la sobrecarga de emociones intensas y mis propias debilidades, llegaba a casa a cenar con ganas de descansar y de desahogarme. Mi hijo mayor, en plena adolescencia, frustrados sus proyectos por el encierro y con la energía juvenil, comenzó a enfrentarse con todos, pero especialmente conmigo. Parecía que yo había pasado a ser como su contrincante o enemigo, convirtiendo la mesa en un campo de batalla. Inicialmente, presa de mis pasiones e impulsividad, terminábamos en una agria y hasta insultante pelea. Nuevamente veía “mi autoridad” mellada y, querer imponerla por la fuerza empeoraba las cosas.
Entonces, también en casa he redescubierto el otro aspecto de mi rol como padre: “misericordia y humildad”; y así comenzar a callar y a ofrecer a Dios ante el improperio; expresarle mi perdón y pedir perdón si me excedí; tratar de leer entre sus agresiones un pedido de ayuda y cariño; hacer más silencio para enfriar una discusión y continuar orando en soledad y en familia aunque pareciera inútil.
Poco a poco nuestra relación se va restableciendo dentro de los cauces normales de la relación de un padre y un hijo. Nuevamente estos dos ejes: autoridad y misericordia, que ¿no son, acaso, expresiones de la vida divina?
Experiencia recogida por Gustavo E. Clariá