Ene 28, 2019 | Sin categorizar
En Trieste (Italia) historias de acogida en la vida cotidiana. La narración de quien lo vive en primera persona. “Junto con Caritas y el Consorcio de Solidaridad Italiano (ICS), nos ocupamos principalmente de familias de migrantes y de refugiados con sus hijos, huéspedes en una estructura de recepción en nuestra ciudad, Trieste y en la provincia. Desde hace tres años, cada semana, con continuidad, hemos puesto en marcha algunas acciones concretas: un pequeño grupo de nosotros enseña italiano a las madres a fin de permitirles completar los cursos de estudio para ayudarles a afrontar la vida cotidiana; otros juegan con los niños y los ayudan en sus tareas escolares. Muchas familias han pasado por el centro y con casi todas ha continuado la relación, incluso después de su traslado a otras casas.
En colaboración con AFN – Asociación Familias Nuevas, comenzamos un proyecto, autofinanciado por algunas personas de la comunidad, para ayudar en particular a una familia de nacionalidad kurda en dificultades que, después de dos años de apoyo, ha logrado su autonomía, permitiéndoles vivir en un departamento rentado gracias al trabajo que finalmente tiene ahora el padre. Con otros proyectos pequeños, estamos apoyando las necesidades de otras familias, asegurándonos de que las madres puedan seguir cursos de especialización para un eventual trabajo y que los niños puedan integrarse en las diversas actividades con sus compañeros, por ejemplo, en actividades deportivas. Los seguimos en las visitas y la atención médica, en la búsqueda de la casa, encontramos algunos trabajos para las madres, pudimos inscribir a un padre en la escuela de manejo y hoy trabaja conduciendo los camiones en una empresa del puerto. Con la ayuda de algunas familias logramos que una madre viuda africana con dos hijos participara en unas “vacaciones familiares”, que necesitaban. Tratamos de vivir con ellos momentos de la vida diaria, como cumpleaños, excursiones a los parques los domingos, un viaje en bote, la fiesta de fin de año, el carnaval, pero también momentos de oración como con motivo del Ramadán con los de la religión musulmana. El domingo 25 de noviembre de 2018, quisimos responder concretamente al llamamiento del Papa Francisco, que convocó el Día Mundial de los Pobres: “El pobre llora y el Señor lo escucha” e invitaba a los cristianos y las diferentes comunidades a escuchar este clamor y tratar de ofrecer respuestas con gestos concretos. Añadió: “Para que este grito no caiga en vano”. Decidimos organizar un almuerzo, llamado “Festival de la Amistad”, en nombre del compartir con personas en dificultades: refugiados, prófugos, desempleados, pobres de nuestra ciudad. También logramos involucrar a nuestra comunidad de los Focolares solicitando ayuda concreta tanto para el almuerzo como para ayudar en el salón y también a los amigos que fueron invitados. Para aquellos que pudieron y disponían de una cocina, se solicitó contribuir con un puñado de comida típica de sus países de origen. Éramos unos ochenta: de Camerún, Nigeria, Egipto, Túnez, Rusia, Pakistán, Kurdistán, Kosovo. Para nuestra sorpresa, para Caritas nos estamos convirtiendo en un punto de referencia, un “proyecto” que va más allá del asistencialismo. Nos llaman para compartir programas, proyectos y, a veces, incluso para buscar soluciones. Nos parece que han sido involucrados en esta forma de acoger que, una vez que finaliza la fase de emergencia, apunta a la reciprocidad. Sentimos que, en medio de este caos, donde cada uno tal vez, no encuentra un punto de referencia de valor, como el de acoger a los últimos, no podemos detenernos, sino que debemos seguir dando esperanzas”.
Paola Torelli Mosca en nombre del grupo de acogida migrantes Trieste
Fuente: www.focolaritalia.it
Ene 24, 2019 | Sin categorizar
La iniciativa fue promovida por la «Cátedra Ecuménica Internacional Patriarca Athenágoras-Chiara Lubich», instituida tras el doctorado honoris causa otorgado al mismo Patriarca Bartolomé en 2015. “Continuad el recorrido que habéis emprendido por el camino del diálogo, porque él es reconciliación, es encuentro, es capacidad de comprender, es filantropía divina, es acogida de lo diferente, es transfiguración del mundo, es acoger a Dios en nuestra historia humana. Llevad este mensaje a todos aquellos que a cualquier título participan en la obra de vuestro Instituto, abrazando fraternalmente a la Presidente del Movimiento de los Focolares, María Voce y a todos los hermanos y hermanas del Movimiento. El Patriarcado Ecuménico es vuestra casa también, esta ciudad de Constantino es vuestra ciudad también, porque no sois extranjeros sino nuestros amigos”. Ése fue el saludo final que el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, dirigió a 30 entre docentes y estudiantes del Instituto Universitario Sophia (Loppiano) de distintos Países que, junto al Rector, Mons. Piero Coda, visitaron su sede en el Fanar (Estambul – Turquía).
La visita de la delegación de Sophia al Patriarcado ecuménico se llevó a cabo del 8 al 12 de enero y fue promovida por la “Cátedra ecuménica internacional Patriarca Athenágoras – Chiara Lubich”, instituida después del doctorado h.c. otorgado al Patriarca Bartolomé el 26 de octubre de 2015 para “recordar y volver a lanzar el espíritu profético que animó la extraordinaria sintonía de corazón y de mente entre el Patriarca Athenágoras I y Chiara Lubich, en la época del Concilio Vaticano II y del histórico encuentro del Patriarca con el Papa Paulo VI”. El grupo académico que viajó a Turquía también preveía realizar, entre otras cosas, además de la audiencia con el Patriarca, un encuentro con el Matropolita Gennadios Zervos, presente en estos días en Estambul con ocasión del Santo Sínodo, y con el Metropolita Elpidophoros de Bursa en el Monasterio de la Santa Trinidad en la isla de Halki (Turquía), acaecida el 10 de enero. De ese encuentro nacieron fecundas perspectivas de cooperación entre el Seminario y el Instituto Universitario Sophia, entre los cuales una Summer School, que se realizará probablemente en la primavera boreal de 2020. La visita asumió particular relieve en el delicado momento de tensión que atraviesa hoy el mundo ortodoxo, pues quiere volver a proponer el compromiso de recorrer con tenacidad el camino del mutuo conocimiento y del recíproco intercambio de dones para promover la fraternidad y la comunión.
Ene 22, 2019 | Sin categorizar
Ha concluido el congreso “Co Governanze”, corresponsabilidad en las ciudades de hoy” con un documento que propone a los ciudadanos y a la administracion publica la practica de la participacion y la construccion de redes de ciudadanos, actores sociales y ciudad.
“La política es el amor de los amores que recoge, en la unidad de un designio común, la riqueza de las personas y de los grupos, permitiendo que cada uno realice libremente su propia vocación”(1) Hace poco se concluyó, con esas desafiantes palabras de Chiara Lubich, la fundadora de los Focolares, el evento “Co-gobernanza, corresponsabilidad en las ciudades de hoy”, un congreso dedicado al gobierno participativo de las ciudades, promovido por el Movimiento Humanidad Nueva, el Movimiento Político por la Unidad y la Asociación ‘Ciudades por la Fraternidad, expresiones del compromiso social y político de los Focolares. Ha sido la primera edición del evento que dentro de dos años se repetirá en Brasil. En la cita participaron más de 400 funcionarios públicos, políticos, empresarios, académicos y ciudadanos de 33 países. El eje central del trabajo fue la participación, que fue presentada en sus múltiples aplicaciones, como lo demostraron las historias y la praxis compartida por más de 60 expertos en campos como la urbanística, la comunicación, los servicios públicos, la economía, la política, el ambiente.
“Estamos convencidos de que la participación es una elección estratégica, la forma más congruente de vivir dentro las ciudades –explica Lucía Fronza Crepaz, exdiputada, formadora de la “Escuela de Preparación social” de Trento y miembro del comité científico del evento. “Una participación que no se concibe como sustitución de los procedimientos de representatividad, sino como una elección, como un modo eficaz de afrontar la complejidad de los problemas y darle cuerpo al mandato democrático”. Fruto del trabajo fue la aprobación y la firma del “Pacto por una nueva Gobernanza” mediante el cual los participantes se comprometen a “contaminar” sus propias comunidades y administraciones públicas. Los 400 firmantes del pacto se comprometieron a consolidar tres redes para aglutinar las diversidades y responder a las complejidades de la realidad. Tres redes para aglutinar las diversidades y responder a las complejidades de la realidad. “Quienes viven en el territorio urbano mantienen diversidad de funciones y tareas, pero están inspirados por la misma responsabilidad”, redes de actores colectivos, es decir, de grupos profesionales y económicos, entes de voluntariado y del ámbito religioso, de la cultura y de la universidad, de la comunicación, etc.”; redes entre las ciudades; “…que se proponen promover la colaboración de los ciudadanos en primera instancia, con la creación de plataformas accesibles a todos y de fácil uso. Cooperan superando los intereses particulares y los prejuicios que minan la confianza, que es el fundamento indispensable para la construcción de una red.
Stefania Tanesini
Info y textos de la conferencia: www.co-governance.org
Ene 11, 2019 | Sin categorizar
Mons. Armando Bortolaso nos ha dejado el 8 de enero pasado tras casi 70 años transcurridos en “su” muy amada tierra, el Medio Oriente. Durante 10 años desempeñó el cargo de Vicario Apostólico en Siria. ¿Cómo se puede resistir setenta años en una tierra tan sufrida? “Para un religioso no es una cuestión de lugar, sino de misión; hay que estar allí en donde las personas necesitan ser amadas” . Mons. Armando Bortolaso describía así, en 2013, el sentido más profundo de sus opciones como hombre, sacerdote y luego obispo. Nos ha dejado el 8 de enero pasado, con 91 años, en la Casa Salesiana El Houssein de Beirut después de casi 70 años vividos en “su” tierra, el Medio Oriente. Había nacido en el Véneto (en el Norte de Italia) en 1926, y había llegado a Jerusalén en 1948. Entró a formar parte de la familia Salesiana, y en 1953 celebró su primera misa en la Basílica del Santo Sepulcro para desempeñar a continuación cargos variados en Tierra Santa, Líbano y Siria.
“Hombre del diálogo”, “obispo en primera línea”, “artífice de unidad”: son muchos los apelativos con los que se lo está recordando en estos días y que de por sí ofrecen un perfil de este hombre humilde, transparente y con una fe inquebrantable en la unidad, que él vivió y predicó como único destino de los pueblos, en particular del muy amado pueblo sirio, con quienes vivió veintidós años, diez de los cuales ejerciendo el servicio de Vicario Apostólico. “Siria es mi segunda patria”, afirmaba en una entrevista. “Saber que “mi” gente está destrozada por el dolor, ver a Alepo, tierra bendita, reducida a un cúmulo de escombros, y las iglesias cristianas destruidas, me rompe el corazón. También porque es una tragedia que se lleva a cabo frente a la indiferencia general”. Por el vasto conocimiento de las tierras del Medio Oriente, Mons. Bortolaso tenía al mismo tiempo una capacidad de análisis lúcido y desencantado acerca de las causas y los posibles caminos de solución de los conflictos, pero también una visión profética e iluminada, fruto de su fe inquebrantable en un Dios de amor, que no abandona a sus hijos incluso en las situaciones más desesperantes. Del Líbano, escribía así al Padre Arrigo, sacerdote de la ciudad de Vicenza, Italia, después de la guerra de 2006: “Entre las tantas ruinas de esta guerra estamos asistiendo a una maravilla nueva: muchos musulmanes buscan y encuentran refugio justamente con los cristianos que, olvidándose de las dolorosas cicatrices de la guerra civil, acogieron a los refugiados, fraternizando con ellos. Esta convivencia fraterna es un hecho muy nuevo, inimaginable hasta hace pocos años; por ahora es solamente una pequeña semilla, pero puede llegar a ser mañana un cedro gigante, como para extender sus ramas a todo el país de los cedros” . Mons. Bortolaso había conocido la espiritualidad de los Focolares en Bélgica a finales de la década de 1960 y se puede decir que la unidad y el diálogo fueron la brújula de su vida. Durante muchos años se comprometió en la vida de comunión de los obispos amigos de los Focolares, y tanto fue así que nació alrededor de él, en el Líbano, un grupo de obispos del Medio Oriente deseosos de profundizar la espiritualidad de la unidad. En una entrevista sobre la complicada situación del conflicto sirio, afirmaba: “Siempre pensé que aquel que orienta su vida hacia la unidad, ha dado en el centro del corazón de Jesús. Por eso, yo me decía a mí mismo: “Tú no eres el obispo de los latinos solamente, tú eres el obispo de Jesús, y Jesús aquí en Siria tiene 22 millones de almas”. He tratado de vivir la unidad siempre y con todos: con mis sacerdotes, con los religiosos, con los fieles, con los obispos y los cristianos de las otras Iglesias, ortodoxas y protestantes, con los musulmanes” .
Stefania Tanesini
Dic 25, 2018 | Sin categorizar
Con una solemne celebración, se ha iniciado, el 10 de diciembre, en la catedral de Téramo, Italia, la fase diocesana del proceso de beatificación del joven de los Focolares. En el año en el que la Iglesia ha dedicado una gran atención a los jóvenes, su nombre “de niño” resonó, el 10 de diciembre, bajo las bóvedas de la catedral de la Asunción de María, en el corazón de la antigua Téramo en la región Abruzos (en el sur de Italia), como un modelo para todos. El mismo día de su nacimiento, la solemne y concurrida celebración vuelve a hacer hablar a Pedrito Di Natale, estudiante de 17 años, fallecido en 1984 en “concepto de santidad”. No era aún mayor de edad cuando se ahogó entre las olas, frente a Silvi, pueblo costero a pocos kilómetros de su casa. Pero, desde entonces, todos los años, el 20 de agosto, una multitud cada vez más numerosa se reúne en el pequeño cementerio de Colledara para recordar y perpetuar, como un testimonio que debe pasar de mano en mano, su ejemplo de “pequeña piedra” angular, de cristiano plenamente realizado. El chico “de al lado”, llevaba el nombre de su padre, Pedro, que había muerto en un accidente de trabajo aún antes de que él naciera. Había crecido en el pueblo de Ornano Piccolo, cuyos habitantes circundaron enseguida a la joven madre Adelina, como la cresta protectora de las montañas de los alrededores, y donde Pedrito, con sólo 11 años, conoció la espiritualidad de los Focolares. Ese encuentro, fundamental en la vida del muchacho, se dio a través de dos jóvenes párrocos, el padre Gianfranco De Luca, actualmente obispo de Termoli-Larino, y el padre Giovanni D’Annunzio, hoy responsable del Movimiento Diocesano de los Focolares. Allí descubre, como un don, una certeza iluminadora, la del amor de Dios, que lo lleva a buscar a Jesús intensamente en la vida de todos los días. De él escribía recientemente el padre Giovanni D’Annunzio: «El corazón de Pedrito era sólo para Dios. Una etapa fundamental fue su participación en el Congreso de los chicos de los Focolares, en 1978. (…) Cuando volvió, noté que se había lanzado a vivir en profundidad cada momento. Había iniciado una carrera hacia la santidad». En los próximos meses se recogerán testimonios de quienes lo conocieron. Mientras tanto, hay publicada ya una ágil biografía (Teresa D’Orsogna, Pietrino Di Natale. … sono scattato ad amare…, ed. Palumbi, 2018) que nos acerca aún más a un muchacho que sigue inspirando a muchos jóvenes – y adultos – a seguir a Jesús por el camino de la unidad.
Chiara Favotti