Movimiento de los Focolares
El amor vence la pobreza

El amor vence la pobreza

MarcoTecilla«En el corazón de Chiara Lubich había un sueño». El que habla es Marco Tecilla, quien pasó a la historia como el “primer” focolarino. Tiene delante una platea de un centenar de personas procedentes de 50 países, en representación de las comunidades locales de los Focolares esparcidas en el mundo. . En la ocasión,  para tener una luz para nuestros días, resulta natural tomar como referencia la vida de la ciudad de Trento donde el carisma de la unidad dio sus primeros pasos.  «Mirando desde su ventana desde donde se veía toda la ciudad de Trento, Chiara pensaba en cómo resolver el problema social de la ciudad, pero todavía no teníamos las fuerzas suficientes. Fue así que en diciembre de 1947 nos convocó a todos en la sala Cardenal Massaia para comunicarnos algo. Había notado que en el seno de nuestra comunidad existían personas obligadas a vivir en gran estrechez económica. Y esto para ella era algo inconcebible. En las primeras comunidades cristianas surgidas en Jerusalén en los primeros tiempos de la Iglesia, -como nos dicen los Hechos de los Apóstoles- “todo se ponía en común y no existían entre ellos indigentes” porque el Evangelio era vivido al pie de la letra. Precisamente por ello Chiara decidió hablarnos de la comunión de bienes y lanzar este desafío a todos nosotros que formábamos la primera comunidad trentina. Una comunidad igual y distinta de aquélla de los primeros cristianos» Entonces, ¿cada uno tenía que vender sus propios bienes? «No. Aún teniendo la misma intención que la primera comunidad cristiana, no se pedía que cada uno vendiera lo que tenía y lo llevase a la comunidad, sino que cada uno donara el “todo” que sentía que debía dar a los demás y de lo cual podía privarse sin causar daño a sí mismo o a la familia» 20111030-02¿Cómo funcionaba esta forma de caridad “organizada”? «Cada uno llevaba lo que tenía de más, sobre todo dinero, y se comprometía a donar una cifra fija por él establecida, mes a mes. El donador y la cifra prometida se mantenían en secreto. Con el dinero recibido, una focolarina encargada por la misma Chiara, ayudaba mensual y secretamente a familias de la comunidad que vivían en la indigencia, realizando esta delicada función con toda la caridad y discreción. El objetivo era llegar a  hacer que entre nosotros no existiese ninguna persona pobre, sino que todos tuviésemos lo necesario para vivir. El resultado de la suma obtenida y del compromiso mensual fue inesperado y se logró, ya en el primer mes, mejorar la vida de unas treinta familias» ¿Qué pensaba Chiara al respecto? Mirando nuestro mundo, ella decía: “Parece algo imposible de realizar en el día de hoy, en una sociedad tan ávida y egoísta… sin embargo es así. Frente a estos hechos conmovidos y agradecidos  gritamos: ¡La Caridad es Dios! Y Dios es Omnipotente. En el espíritu de caridad y de unidad (que no es una simple limosna, sino el don total de sí mismo a la voluntad de Dios) todos encontraríamos algo para dar. Pero es necesario, antes de pedir, formar los corazones, porque – a diferencia de los primeros cristianos- aletea entre todos demasiado espíritu mundano y reina la desunidad y la indiferencia. Sólo una sólida y profunda formación evangélica puede mantener viva una sociedad ideal de caridad fraterna. Esto seguramente sepodrá realizar entre nosotros, si estamos unidos,  y Cristo está en medio nuestro, porque lo que Él edifica, permanece”. En efecto, lo que se resaltaba mucho en los primeros tiempos del Movimiento de los Focolares era la importancia de vivir el Evangelio» Esta experiencia de la comunión de los bienes no se detuvo en la primera comunidad de Trento, sino que continuó en el transcurso de los años, ya sea en la elección de la vocación de los miembros de los Focolares, como en acciones concretas (como las “redes de comunión”) en las cuales se hacen circular los bienes, con una fuerte dosis de solidaridad y justicia social, en una forma que recuerda los antiguos intercambios o trueques.

El amor vence la pobreza

Gen Verde: música y fe

20140606-01Reúne a 21 chicas procedentes de 13 países de todo el mundo y se suma un sano talento, riqueza cultural y deseos de transmitir la positividad del mensaje evangélico. Todo enriquecido con  las diversas formas de expresión y comunicación: aquí esta el “Gen Verde” Se trata de una presencia extraordinaria para nuestra ciudad, una gran ocasión para los jóvenes y para los apasionados de la música y la cristiandad. La cita fue doble: el viernes 30 de mayo para un taller con los jóvenes y el domingo 1º de junio el concierto en la explanada del Santuario de la Virgen de las Gracias, en el Oasis de Nazareth. Las 21 chicas animadas por el carisma del Movimiento de los Focolares cantaron este amor que han descubierto y lo hicieron con música, la música de hoy, moderna, rica de sonidos, ritmos, ecos, expresión de muchas nacionalidades y de las palabras del Evangelio. En la época del “tengo un don, se los doy” (Sor Cristina en The Voice), estas chicas no han tenido miedo de encarnar el consejo evangélico de amar a los otros en el Señor y de compartir la alegría de haber aceptado la invitación de seguir al Maestro al son de la guitarra, de la percusión, del bajo y de los violines. «La música es un vehículo: no podemos jactarnos de un talento, sino que lo queremos poner a disposición porque así se multiplica», dijeron las 21 chicas que integran el grupo. En el transcurso del taller, las chicas conversaron, compartiendo con los jóvenes “pinceladas de sus vidas”, vidas a veces difíciles o vidas extremadamente sencillas, en las cuales en un determinado momento, palabras como unidad, fraternidad y comunión que siempre las consideraron teoría, se convirtieron en agradables realidades, práctica continuada. 20140606-a«Cada mañana antes de comenzar el día – dijeron- renovamos el pacto de amarnos recíprocamente. Esto quiere decir también amar la idea de la otra como si fuese la propia, captando la chispa de creatividad de la otra en la comunión libre de ideas. Estar dispuestas a recomenzar, a dar espacio en primer lugar  a las relaciones y luego al arte. Cuanto estoy dispuesta a dejar de lado mi idea para abrirme a la idea del otro, se abre todo un mundo de nuevas posibilidades». El proyecto “Start Now”, que escenificaron en Corato (Bari), nació durante un viaje a Tierra Santa, donde judíos, musulmanes, católicos conviven pero con frecuencia  sin diálogo. «Pensamos –contaron- que las disciplinas artísticas son un instrumento que sirve para el diálogo: la acogida recíproca de los talentos es nuestra comunicación. En la ciudadela internacional de Loppiano (Florencia), donde vivimos, organizamos talleres de teatro, de percusión, de canto y danza: son talleres gracias a los cuales jóvenes de todo el mundo ponen en comunicación sus talentos, se confrontan y dialogan experimentando los valores de la unidad y de la fraternidad». «Conocer a estas jóvenes –comentó un sacerdote- es algo que no puede dejar indiferente a nadie. Así lo comprendimos muchos, tanto el viernes como el domingo. El Gen Verde quiso conversar con muchos jóvenes y compartir trozos de vida ordinaria que se volvieron extraordinarios por un encuentro, el encuentro con el amor de Cristo Resucitado que viene para habitar las distintas situaciones, no siempre color de rosa y las transforma volviéndolas hermosas, extraordinarias, a tal punto de no poder callar». 20140606-02«Dentro mio hay una luz que no me abandona nunca» dice el estribillo de una de sus canciones. «Y las chicas nos explicaron el secreto para redescubrir siempre el entusiasmo de lo que hacemos – subrayó Antonella D’ Introno, responsable de la comunicación del evento por parte de la Pastoral Juvenil de la ciudad-, en la vida hay que tener siempre fija una persona: Jesús en la Cruz que nos ama inmensamente» Fuente: Coratolive https://www.youtube.com/watch?v=DK_G2bl68uw

El amor vence la pobreza

Historias gitanas

<Todo empezó hace veinte años. Uno de los miembros de la parroquia,  recibió la visita de un grupo de chicos gitanos quienes le pidieron insistentemente que fuera a ver una imagen de la Virgen de su barrio que, por lo que decían, lloraba. Este fue el primer contacto con la comunidad gitana, e hizo que algunos parroquianos se reunieran a rezar todos los días en la plaza junto con los niños. A pesar de una serie de iniciativas emprendidas juntos con buen éxito, después de dos años el grupo de oración se deshizo y pasaron diez años antes de retomar el camino. El nuevo inicio lo marcó el Grupo de Oración y Misión “Ceferino Jiménez Malla”, que se reúne los lunes para rezar en la Gruta de Nuestra Señora de El Valle, ubicada en el centro de la plaza del barrio gitano. «Era necesario superar el temor, los prejuicios, la indiferencia, el rechazo nacido por una relación equivocada con ellos –cuenta María Teresa Sosa, voluntaria del Movimiento de los Focolares- pero después las barreras cayeron. Descubrimos que los gitanos aman escuchar la  Palabra de Dios, ya que siendo la mayoría analfabetos, no pueden leer». Al grupo se sumaron otros miembros de los Focolares. «La experiencia pretende crear una relación mediante gestos sencillos de “reciprocidad” –prosigue María Teresa-: conocerse por el nombre, mirarse a los ojos, escucharse, hacerse uno con el otro. Pienso por ejemplo en la celebración por el nacimiento de un niño, o en la visita a los enfermos en el hospital. También a uno de ellos le llevamos la Unción de los enfermos». Después se buscan caminos de inculturación, traduciendo en lengua romana oraciones como el Padre Nuestro, el Ave María, o el Gloria. «Cuando nos escuchan rezar, los chicos nos dicen: “Parecen gitanos”». Otro paso importante para dar visibilidad a la comunidad, ha sido celebrar juntos la Jornada Internacional del Pueblo Gitano, que ellos desconocían. Es un camino que se repite el 8 de junio de cada año también gracias a los medios. Los gitanos participan regularmente en una transmisión en Radio María en donde dan a conocer sus costumbres, y un periódico (local?) publicó una página sobre la Misión Gitana.  La visibilidad adquirida ha permitido iniciar un proyecto de alfabetización en colaboración con un Instituto de formación de docentes. 20140605-02Pero el puente hay que crearlo también del lado de la comunidad argentina. En una escuela secundaria que tiene como vecinos a otros gitanos con quienes no existe una relación, un profesor afrontó el tema de los prejuicios contra las minorías étnicas. Luego, algunos estudiantes de comunicación realizaron trabajo periodístico titulado “Criollos y gitanos, el inicio de un diálogo” (en este contexto se entiende que los criollos son los argentinos). En marzo, con el inicio del año escolar, se empezó el trabajo de guardarles  lugar en el aula a los chicos gitanos, quienes a menudo son discriminados. A su vez, el grupo participó en la jornada de integración en la escuela. Las iniciativas son numerosas. Desde cursos de costura para chicas, hasta el catecismo para los niños. Sería imposible nombrar todas aquí . «Nuestro deseo –concluye María Teresa- es crear a nivel nacional una red de comunidades puente». El 5 y 6 de junio María Teresa irá en Roma para participar,  por invitación del Cardenal Vegliò, presidente del Pontificio Consejo para los desplazados e inmigrantes, al encuentro mundial de promotores episcopales y directores nacionales de la Pastoral gitana.

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35 años del Centro La Pira

20140604-04Lo primero que Giorgio La Pira hacía en la mañana, era ir a comprar el diario. Luego, ya en su estudio, abría el Evangelio al lado de las noticias del día. Para el “intendente santo” de Florencia, los dos textos no eran distintos, ¡al contrario!  Su trabajo era precisamente encontrar la forma de aplicar concretamente el Evangelio en la actualidad humana y social, con una acción previsora, creativa, que respondiese a los interrogantes de las periferias existenciales de su ciudad, y luego del mundo entero. Una obra que se repite en las muchas iniciativas que hoy llevan su nombre. Una de éstas, que acaba de encender las 35 velitas, es el Centro Internacional de Estudiantes  Giorgio La Pira, que el 25 de mayo festejó su cumpleaños, junto con muchos amigos que para la ocasión llegaron al Auditórium de Loppiano (FI). Con la guía de la periodista Maddalena Maltese, fue como si los participantes pasaran las hojas de un  álbum de familia, y vieran las muchas fotografías que hablan  de estos años al servicio de los jóvenes de las más diversas procedencias. En Florencia, en efecto, a fines de los años setenta, se estaba verificando un fenómeno nuevo para Italia: llegaban muchos estudiantes extranjeros, en especial de África, de Asia y de América Latina. Pero Italia no se encontraba preparada ni a nivel legislativo, ni a nivel cultural y humano para recibir a todas estas personas. El Cardenal Benelli, arzobispo de la ciudad, intervino inspirándose precisamente en Giorgio La Pira y pidió a Chiara Lubich que le diera una mano. Algunos días después, tres jóvenes de los Focolares se presentaron ante el Cardenal Benelli para visitar el lugar, el corazón de Florencia, que  que se convertiría en “la casa” a los estudiantes. El resto es historia. Hoy a la cabeza de la diócesis florentina está Giuseppe Betori, quien en su saludo insistió sobre la dimensión profética de la idea del cardenal Benelli y de Chiara Lubich, que llevó al Centro La Pira a convertirse en un punto de vanguardia en el diálogo con la diversidad, especialmente con la diversidad que sufre, la última, la olvidada. El Rabino Jefe de la comunidad judía de Florencia, Joseph Levi, dijo que había encontrado en el estilo del diálogo y de la reciprocidad, la verdadera riqueza que esta experiencia ofrece a la ciudad y al crecimiento de su tejido social en el espíritu de la fraternidad. Lo demuestran las numerosas experiencias recogidas como la de Jean Claude Assamoi de Costa de Marfil: «El Centro me ayudó en un momento difícil, dándome hospitalidad en la casa, junto a otros estudiantes. Me convertí posteriormente en colaborador como formador en el campo de la educación a la globalidad. (…) Y como yo, muchos estudiantes africanos que han seguido mi camino, han ido a otros lugares donde desarrollaron relaciones de trabajo entre el propio país de origen y el que los recibió, reflejando el diálogo y la unidad construida en Florencia» Las periferias que La Pira amaba, y que hoy el Papa Francisco nos invita a conocer, son el corazón de una profecía que cada día se concreta. Una profecía  actual, fraternal.

El amor vence la pobreza

En la República Centroafricana se sufre

«En general la situación de Bangui, la capital de la República Centroafricana, mejora. En el resto del país hay realidades muy variadas. Nuestras comunidades viven en zonas bastante tranquilas, pero desde diciembre pasado hay una zona de la ciudad, , donde continuamente hay pequeñas represalias y asesinatos. Se trata del barrio musulmán y sus alrededores.  La gente no puede volver a su propia casa y siguen viviendo como refugiados en los campos de prófugos, alrededor del aeropuerto, en las iglesias y en la mezquita central». «La jornada del 28 de mayo comenzó normalmente, con las actividades de un día cualquiera de semana. A la tarde hubo algunos enfrentamientos en los barrios “calientes”. En un momento un grupo armado irrumpió en el predio de la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, abrió  fuego contra la gente que estaba allí refugiada y tomó como rehenes a unas cuarenta personas. En ese operativo murieron quince personas y hubo muchos heridos. De los cuarenta rehenes se encontraron 39 cadáveres…» «La gente no puede soportar más. El jueves 29 era la fiesta de la Ascensión de Jesús. Había barricadas en las calles principales y en los barrios de toda la ciudad para impedir el tránsito de los autos. Al día siguiente, a las 4 a.m., nos despertamos con un ruido ensordecedor… Millares de personas golpeando las tapas de cacerolas desfilaron pacíficamente hasta las 7. En otras partes de la ciudad se seguían escuchando disparos, a veces de forma esporádica, a veces de forma más intensa, tal vez para contener la protesta». «La protesta pide la dimisión del gobierno de transición y la salida de las tropas extranjeras. Después de seis meses, son acusadas por la población por no haber realizado un verdadero desarme de las zonas “calientes” de la ciudad. Y se interpreta este hecho como una voluntad de mantener el desorden militar-político por parte de los países que enviaron las tropas que deberían devolver la paz al país, mientras que se siguen aprovechando de nuestros recursos de forma ilegal. El gobierno de transición no tiene la fuerza para imponerse, ni las finanzas para reorganizar la Fuerza Armada Nacional, que podría defender más eficazmente los intereses de la población». «El día de la masacre en la Iglesia de Fátima, con ansiedad, tratamos de tener noticias de las personas de  nuestra comunidad, sobre todo de los que viven cerca de la zona afectada. Willy, un joven que conocíamos fue asesinado y hubo otros con heridas leves. Todos los demás se salvaron y se refugiaron en otra parte. Tratamos de sostenernos mutuamente a través del teléfono y algunos jóvenes vinieron a nuestra casa buscando un poco de alivio». «Desde el comienzo del conflicto tratamos de ayudar a quien está cerca nuestro, especialmente a las familias y a los niños, con artículos de primera necesidad que nos llegan de los Jóvenes por un Mundo Unido, del Apoyo a Distancia de Familias Nuevas y de otras personas. Aquí en la zona estamos comprometidos en sensibilizar a los jóvenes a la paz, a través de los Jóvenes por un Mundo Unido y de toda la comunidad». «Estamos seguros –concluye Mónica- de que Dios tiene un plan de amor también para nuestro país, y, en medio de las graves dificultades que atravesamos, tratamos de ser testigos de Su amor hacia todos los que nos rodean».    

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Un saludo desde Myanmar

Mariapolis-2014_02«¡Un cálido saludo de los casi doscientos participantes en nuestra sexta Mariápolis en Myanmar! La mayoría hizo un largo viaje para llegar al Seminario de Taunggyi en las montañas del Este del país. Doce horas de viaje desde Yangon, alrededor de 20 horas para quien venía del sur, y hay quien caminó 3 horas para llegar al autobús y después proseguir el viaje por otras 10 horas». Desde Myanmar escriben  Vivienne y Roberto, al concluir algunos días vividos juntos a principios de mayo en la “Mariápolis”, cita propia de los Focolares, en donde personas de todas las edades y condiciones sociales, tratan de experimentar la fraternidad que nace del Evangelio, también cuando –como en el caso de Myanmar- no son sólo cristianos. “Éramos católicos, con una representación de cristianos de otras denominaciones y algunos budistas”. “El fresco clima de Tauggyi – prosigue el testimonio- en contraste con el calor de 40° de Yangon, nos hizo sentir como en un pequeño “paraíso”. Pero fue sobre todo la temperatura de nuestro amor recíproco –que se medía con el termómetro de nuestros ‘actos de amor’ personales y aquéllos recibidos- la que creció día tras día”. Para ayudar en la preparación y en el desarrollo de la Mariápolis, llegaron algunos focolarinos de Tailandia_ que en estos días está viviendo momentos difíciles por la tensión política _ y algunos seminaristas que estaban de vacaciones. Mariapolis-2014_05«Soy responsable de una asociación de madres de mi aldea», cuenta Felicita Khin San Moe. «Antes de venir tenía un problema con algunos miembros de la asociación que se habían disgustado entre ellos. Durante estos tres días de Mariápolis cambié de idea. Decidí pedir disculpas a las mamás regresando como signo de amor». «Aunque soy de la Iglesia Bautista, pienso que estoy aquí gracias a María, nuestra Madre», declara Eden Htoo,  un joven de 19 años. «Haré todo lo posible para que crezca la semilla del amor recíproco que ha sido plantada en mi corazón y también para compartirla con otros». Mariapolis-2014_04Michael confiesa que se sintió «animado a tener un respeto mayor hacia las personas de otras religiones». Y Paulina, de 18 años, afirma: «Me gustó la frase, “Si quieres ser amada, debes empezar a amar”. Nunca había intentado pedir disculpas después de haber peleado con alguien; pensaba que era un golpe a mi ego. En cambio entendí que es importante pedir disculpas. Antes detestaba a los que me odiaban, pero ahora intentaré hacer así: más me detestan, más los amaré». Entre los participantes, estaba también el obispo Mons. Matthias U Shwe quien conoció el Movimiento de los Focolares siendo seminarista, a través de los primeros focolarinos italianos que pasaron por Myanmar en 1966. «Nos sorprendió cuando llegó algunas horas antes de la Misa de clausura. Nos invitó y animó a volver el próximo año. Regresamos llenos de alegría –concluyen Vivienne y Roberto – y con el deseo de llevar a nuestros ambientes la experiencia de unidad vivida en estos días». Mariapolis-2014-per-Emmaus