Oct 25, 2012 | Focolare Worldwide

El lugar es acertado, los resultados son benévolos, pero sobre todo ellos tienen el gusto de no traicionar nunca tres ingredientes que han sido la fortuna de las “Terre di Loppiano®, una empresa nacida para promover y comercializar, también a través de un negocio online (www.terrediloppiano.com) el trabajo de algunas empresas que trabajan en el sector agro alimenticio. 200 productos calificados, certificados, con trazabilidad, garantizados y testeados por Control de Calidad, que provienen de varias partes del mundo. El empresario Giorgio Balduzzi es el autor de la idea y uno de los fundadores de la empresa. Con él intercambiamos algunas impresiones de este proyecto.
Terre di Loppiano®… ¿por qué este nombre?
“La marca Terre di Loppiano® no expresa tanto un vínculo territorial, sino el valor de la “tierra”, que, si es respetada, da frutos de altísima calidad, “Loppiano” es la referencia de nuestra acción que tiene sus raíces en el humus de la espiritualidad de la unidad que testimonia la ciudadela”
Las empresas que forman parte de Terre di Loppiano® ¿adhieren al proyecto de Economía de Comunión? (EdC)
“De las 15 empresas que la componen solo algunas adhieren a EdC, mientras que otras fueron elegidas por características profesionales y éticas semejantes a las nuestras. También estas empresas ahora pidieron integrar el proyecto de EdC”
¿Qué valor agregado ofreció el trabajo de ustedes en la relación con estas empresas?
“Gracias a la relación con estas empresas nació la idea de promover en algunas de ellas proyectos encaminados hacia lo social. Es importante que se conozca esta posibilidad y sobre todo ponerlas “en red”, no solo para superar las posibles relaciones de competencia, sino sobre todo para poner las experiencias de cada una al servicio del bien común”
Sinergia, relaciones, formar redes, formar equipo: parece una única misión la de ustedes…
“Sí. Comprobamos que con la ayuda y la búsqueda del bien común entre las mismas empresas, es posible salir incluso de la crisis. En el 2010, por ejemplo, Terre di Loppiano®, se encontró con una empresa productora de miel que corría el riesgo de quebrar. El encuentro con nosotros fue un soplo de oxígeno: nosotros le compramos a esta empresa una cantidad de miel por año, gracias a esta “red” la difundimos en el mercado, y se evitó así su cierre”
¿Están ya fuera de Italia? “Hemos abierto ocho negocios con nuestra marca en Corea, gracias al contacto casual con un importador coreano que comparte nuestro mismo desafío, y ahora está trabajando para que se conozca esta forma de economía también en Corea”
Es necesario por lo tanto gran compromiso y responsabilidad…
“Es verdad, las cosas se deben hacer bien, y si se hacen también por amor hacia quien pasa a nuestro lado, que tal vez vive una situación difícil, los resultados no faltan. Las experiencias son constantes: un negocio agro-alimenticio que revende algunos de nuestros productos afirmó que comprendía el espíritu de este tipo de empresa observando la relación entre nosotros, algunos de nuestros proveedores ahora piden “ser formados” en esta nueva cultura económica. Nosotros tratamos de lanzar la primera semilla y hacer nuestra parte, luego si la siembra fue buena, la cosecha no puede faltar”
Escrito por: Paolo Balduzzi
Oct 22, 2012 | Focolare Worldwide
Cuando llegaron los primeros focolares a la Argentina, con Lía Brunet y Victorio Sabbione, entre fines de 1961 y principios de 1962, la primer actividad que se propusieron realizar fue una Mariápolis. Hacía pocos meses que estaban en Buenos Aires y como ya existia una comunidad en Santa María, Catamarca, a los pies de la cordillera, en plenos valles calchaquíes, impregnados de la cultura Inca, decidieron que la misma se haría allí. A 1400 km. de la Capital argentina donde había una comunidad animada por el P. Antonio Priori, el cura párroco, quien había conocido el espíritu de la unidad en Italia. Enseguida se puso al frente para organizar la llegada de los mariapolitas que vendrían: como no había hoteles todos los participantes serían alojados en casas de familia. Una cadena de donación y fraternidad que inundó toda la ciudad. Así, en Julio de 1962 tuvo lugar la primera Mariápolis hispanoamericana en Santa María de Catamarca.
A 50 años de esa primera semilla del ideal de Chiara Lubich en estas tierras, se dieron cita el primer fin de semana de octubre para lo que llamaron “La juntada” más de 250 personas que provenían de ciudades vecinas y de otras provincias.
Todo surgió muy espontáneamente, sin mucha organización. Estaba el deseo de rememorar aquel momento fundacional y expresar un nuevo anuncio de la fraternidad a 360°. El resultado colmó las expectativas.
Hubo momentos de fiesta, con participación de artistas locales. La misa del domingo fue especialmente solemne, con el recuerdo de Lía, Victorio, el P. Antonio Priori, Rosita Sánchez (una de las primeras focolarinas argentinas que conoció el Movimiento en aquella primera Mariápolis), Rubio Moya (voluntario que sostuvo la comunidad hasta sus últimos días).
Lo que no fue espontáneo, sino que demuestra que en estos 50 años el espíritu de la unidad se arraigó en Santa María, fue la visita a las obras y el encuentro con las personas que les han dado vida, a su vez transformadas por el Evangelio puesto en práctica. La Escuela Aurora, que rescata las técnicas artesanales de la cultura de los valles clachaquíes y e Tinku kamayu (reunidas para trabajar), cooperativa de elaboración de hilados y confecciones surgido por un grupo de alumnas de la Escuela Aurora. Precisamente el mensaje que llegó para la ocasión de María Voce (presidente de los Focolares) resalta el camino recorrido: “…Santa María es para todos nosotros un luminoso ejemplo de lo que nuestro ideal está llamado a obrar en estas tierras: de tal manera que se realice la unidad en la diversidad (…) Espero que el compartir las experiencias realizadas y los proyectos para el futuro, puedan dar a todos la certeza de que el camino que recorremos juntos nos hace ser una única familia que vive por un mundo unido”.
En un muro de la ciudad quedó plasmado un mural del artista Jesús Flores, como símbolo de este momento, que representa el encuentro de la luz del carisma de la unidad con la cultura Yocavil.

“Veo ese designio de Santa María, que fue la cuna de la Obra de María en Argentina, porque es una ciudad ‘síntesis’, que conjugó la tradición indígena, la criolla y la tradición cristiana”, expresa un miembro del Movimiento que participó en aquella Mariápolis.
“Un sentimiento de esperanza se fortalecía -afirma uno de los organizadores del evento- al ver la presencia y el entusiasmo de los jóvenes que estaban allí hasta el final, ayudándonos a comprender que la continuidad del Ideal está en sus manos”.
Oct 22, 2012 | Focolare Worldwide
“Se produjo otro hecho inédito: un Arzobispo de Canterbury realiza una intervención en el Sínodo de Obispos en Roma: ¡y qué intervención extraordinaria! Fue invitado por el Papa a hablar en el Sínodo sobre la Nueva Evangelización para transmitir la fe cristiana, Rowan Williams quien se concentró no tanto sobre nuevas estrategias o métodos de evangelización, sino más bien sobre la formación de nosotros cristianos en Nueva Humanidad a la cual Cristo llama a su Iglesia: una formación de cada uno de nosotros que refleje el Hombre Nuevo, Jesucristo, y que se construye a través de una vida de contemplación disciplinada.
En el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, el Dr. Williams recordó al Sínodo uno de los aspectos más importantes de la teología del Vaticano II, o sea su renovación en el tema de la antropología cristiana: una visión de la humanidad – hecha a imagen de Dios -, y de la gracia : “que perfecciona y transfigura la imagen por tanto tiempo oprimida de nuestra habitual ‘inhumanidad’” Esto, para los miembros del Movimiento de los Focolares, recuerda inmediatamente el llamado de Chiara Lubich hacia una nueva y plena antropología cristiana.
Ahora, lo que principalmente atrae, es la invitación del Arzobispo de ver a Dios, no solo como el “Primer Teólogo”, como fue formulado por Santa Edith Stein, sino como “el primer contemplativo, el eterno paradigma de la atención generosa hacia el otro que lleva no a la muerte sino a la vida”. La posición contemplativa no significa de ninguna manera para nosotros la búsqueda de una experiencia privada de santidad. En “esta mirada olvidados de nosotros mismos, una mirada dirigida hacia la luz de Dios en Cristo, nosotros aprendemos a vernos el uno al otro”. Es un encuentro particularmente estimulante por el hecho de que aquí Rowan Williams parece ofrecer un puente entre la búsqueda personal de santidad de los místicos medievales por un lado y por el otro, la insistencia de Chiara Lubich sobre la necesidad de una espiritualidad comunitaria: solo gastando tiempo mirando a Dios-en-Cristo, podemos ser llevados a nuestra verdadera humanidad, pero en esa mirada debemos enfrentarnos cara a cara con nuestro hermano y hermana (también el mundo entero) en Cristo, y así seremos uno.

Lambeth Palace, setiembre 2011. De izquierda: Card. Vlk, Arzobispo Rowan Williams, Maria Voce y Mons. Bortolaso
Es precisamente por estas personas y por esas comunidades comprometidas en este esfuerzo, sugiere insistente el Dr. Williams, incluso el Movimiento de los Focolares, que podemos encontrar esta Nueva Humanidad. Solo como Cristianos de todas las tradiciones comprometidos en este trabajo juntos, nuestro testimonio será creíble en un mundo dividido; y solo así el mundo, y especialmente los que están fuera de la institución de la Iglesia, serán atraídos y querrán unirse en esta entusiasta empresa que transforma la vida”
Obispo Robin Smith
Oct 21, 2012 | Focolare Worldwide
“El que es fuerte, no tiene necesidad de violencia”, es el lema elegido por la escuela Werkrealschule de Isny (Allgäu-Alemania), uno de los primeros ‘partner’ de la nueva edición del proyecto educativo del conjunto internacional Gen Rosso y de la Asociación Starkmacher . No más, por lo tanto, el ya conocido “Fuertes sin Violencia”, sino, “Starkmacher Schule”, es decir “Escuela que hace a la gente fuerte”
Desde el ‘8 al 12 de octubre, estudiantes y docentes de la Werkrealschule Isny estuvieron ocupados en un proyecto que los llevó al palco, junto con el Gen Rosso, en el musical “Streetlight”. ¡Y todo en solo tres días de ensayos! ¿Locura? “Tal vez sí –dice Tomek, uno de los integrantes de la banda-, pero todos nos creyeron y los ensayos salieron bien de primera”
“Un proyecto que integra toda la escuela no ocurre todos los días – sostiene el director Grimm-, por esta razón Starkmacher Schule fue propuesto a todas las clases”

El proyecto educativo-musical prevé la convivencia con el Gen Rosso y luego de tres días de taller en distintas disciplinas representan el musical. Se produce también una formación de la competencia de cada uno a través de un entrenamiento desarrollado en la Universidad de Heidelberg para docentes y estudiantes, que ayuda a descubrir los instrumentos y las cualidades personales que se pueden usar para lograr el objetivo. Ya el año pasado, algunos docentes y estudiantes fueron formados con este método”, confiesa Anita Heumos, asistente social que estaba el año pasado en el papel de traductora y ahora es organizadora del proyecto en su ciudad.
“Para muchos jóvenes no es fácil subir a un palco y presentarse delante de sus coetáneos –explica Tomek-, por esto es importante el sistema de formación que los ayuda, proponiéndoles nuevos desafíos y competencias. Así se garantiza el logro del proyecto. Es una de las novedades de esta nueva edición”
Günther Kreutzer, docente, agrega: “Un espectáculo precisa muchas personas que trabajen alrededor. En los ‘workshop’, por ejemplo, hubo traductores, porque los miembros del Gen Rosso son de Países distintos, un factor muy interesante y creativo”
“El 9 de octubre fuimos recibidos por la vice-intendenta de la ciudad de Isny, entusiasmada de lo que había ocurrido en la escuela; y algunas empresas, dos parroquias (una católica y otra protestante) y gente común, quisieron apoyar el proyecto ofreciendo dinero o dones de otro tipo”, cuenta Anita, y sigue: También el director estaba muy satisfecho por la respuesta de algunos padres, también ellos parte activa del proyecto”
Con la ayuda de la música y de los distintos laboratorios creativos del Gen Rosso, los jóvenes alcanzaron un buen nivel de preparación al proyecto, sea como conciencia de la gravedad de la violencia de todos los días como también por la fuerza interior que se precisa para poder enfrentar y resolver los problemas cotidianos. La ‘standing ovation’ del final de más de 1000 participantes en los dos Musicales en la Rotmooshalle de Isny, parecía una recompensa al gran trabajo desempeñado por todos. Un periódico local escribió: “El Musical hace que la escuela sea feliz”, “El espíritu de unidad – concluye Tomek- dejó una fuerte marca en cada uno… Los rostros luminosos parecían confirmarlo!”
Foto galleria Starmacher Schule Project in Isny
Oct 18, 2012 | Focolare Worldwide, Senza categoria
«Numerosas revoluciones en la historia han empezado en forma inesperada. A menudo los jóvenes se encontraron en medio. Sumergido, como muchos, en los problemas de las grandes ciudades de nuestros países, también yo me pregunté: ¿Cuándo ocurrirá un cambio? Hablaba al respecto con otros amigos, estudiaba el trayecto de los grandes protagonistas de la historia, me planteaba muchas preguntas.
Cuando empecé a trabajar como periodista en la sede de ANSA en San Pablo, no perdía ninguna posibilidad de subrayar en mis artículos los indicios de la crisis, buscando la verdad. Estaba lleno de aspiraciones. Sin embargo en la medida que hacía experiencia, sentía que el impulso al idealismo no me bastaba…
La complejidad del mundo contemporáneo me ponía ante una exigencia de competencia y de experiencia que no tenía. Tanto más en una situación de crisis galopante como la de nuestras sociedades interdependientes, con los problemas de la desocupación, de las finanzas internacionales, de conflictos, de los mecanismos institucionales obsoletos. Me di cuenta de que corría el riesgo de trabajar… fuera de la vía, mientras la historia me presentaba escenarios que nos sabía descifrar.
La decisión de inscribirme en el Instituto Universitario Sophia (IUS), se injertó en esta reflexión. Decidí invertir en el boleto aéreo y en los preparativos todo lo que tenía y dedicar dos años de mi vida a recorrer un camino que unifica la teoría y la actividad cotidiana, para conocer más profundamente una nueva cultura, la de la unidad.
Me inscribí en el énfasis político y entré en una especie de laboratorio de vida en donde, día tras día, con estudiantes y docentes de distintas proveniencias, afrontamos un intenso programa de estudio que hace penetrar la cultura de la unidad en numerosos ámbitos de las ciencias y de la actividad humana.
En el IUS hacemos la experiencia que un objetivo de importante cambio social puede, es más debe ser acompañado por una profunda preparación: es necesario formarse profesionalmente, es necesario tener conocimientos “multidimensionales”, aprender un método de diálogo a 360°, para relacionarse con las personas y los pueblos cercanos y lejanos y saber administrar la red de interdependencias que caracteriza nuestro tiempo.
El denso intercambio entre las disciplinas, iluminado por el carisma de Chiara Lubich, es sostenido por el esfuerzo cotidiano de traducir en práctica las intuiciones y los resultados académicos que alcanzamos en el aula. Todo esto me ha tomado y me ha dado perspectivas muy distintas e instrumentos nuevos.
Al llegar al final del curso puedo decir que he adquirido algunas competencias especializadas que me ayudarán en mi trabajo de periodista, no sólo para escribir artículos más elaborados técnicamente, sino sobre todo para percibir elementos de hechos que probablemente antes se me habrían escapado.
He entendido que lo “nuevo” que busco se construye en la relación con las personas, con los colegas de trabajo, con cuantos entrevisto, con el público que me lee: vendrá sólo de una intensa vida de diálogo, del compartir y de la verificación comunitaria y valorando los signos de esta tensión a la unidad, viva y operante en la historia, que encuentro por doquier en las historias que narro.
Aspirar a un mundo mejor es algo muy importante, pero buscar los instrumentos adecuados es igualmente fundamental. En el IUS he entendido que no se puede improvisar, que debemos dedicar tiempo y recursos para poner las condiciones necesarias».
(Fuente:Instituto universitario Sophia online)
Oct 16, 2012 | Focolare Worldwide
“Tienen por protagonistas a jóvenes y adolescentes, familias, profesionales, obreros, directores, religiosas, sacerdotes, que enfrentan con el Evangelio las situaciones cotidianas y los desafíos de la sociedad. Un pueblo que cree, vive, se mueve, arrastra, en el respeto de las convicciones y de la experiencia de los demás, conscientes de que cada persona puede dar una contribución a la gran familia humana”. Así se presenta el libro, editado por Città Nuova, a cargo de Chiara Favotti.
Publicamos, uno pequeño áperitivo´, una de las historias recogidas en “Una buena noticia, gente que cree, gente que mueve”.
Soy africano y estoy estudiando en el Norte de Italia. Hace tiempo había leído en una revista un artículo, en el cual el autor dice que una “noche” está prevaleciendo en la cultura occidental en todos sus ambientes, llevando a la pérdida de los auténticos valores cristianos.
Sinceramente no comprendí mucho el sentido de este escrito, hasta que me sucedió un hecho que me hizo abrir los ojos. Un sábado en la noche. Algunos muchachos, vecinos de casa, me proponen salir con ellos y pasar la tarde juntos. Quieren hacer algo distinto. Somos seis o siete. Para comenzar, vamos a bailar a un local. Al principio me divierto, me dicen que tengo la música en la sangre, que sé bailar bien. Pronto me doy cuenta que a mi alrededor algunos bailan sin ningún respeto hacia sí mismos ni tampoco hacia los demás. No bailan por diversión, sino para lanzar mensajes ambiguos. Dentro de mí advierto una voz sutil, que me dice que vaya contra corriente y que baile con dignidad y por amor.
Después de algunas horas, mis compañeros proponen cambiar de local. Confío en ellos, al fin y al cabo son amigos míos, acepto. Entramos en otro lugar. Después de un rato me doy cuenta dónde estoy, entre música a un altísimo volumen, luces sicodélicas y un olor acre que entra fuerte en la nariz, enseguida me siento perturbado. Esta no es una discoteca normal, aquí las chicas se prostituyen. Estoy muy decepcionado y enojado. Sin decir una palabra me doy vuelta y salgo del local. Uno de mis amigos me sigue. Me insulta, me dice que soy un retardado. No le respondo. Pasan pocos minutos, sale otro, este muchacho no me insulta sino que me da la razón. Finalmente otro amigo sale del local y también él me da la razón. Quedo sorprendido, había creado una cadena de “ir contra la corriente”. Sin haber hablado ni de los ideales cristianos en los que creo, ni de Dios, los otros me habían visto y habían comprendido. Pasa un mes. No recordaba aquel episodio. Un día un muchacho, que había estado con nosotros aquella noche, se me acerca y me dice que está arrepentido y que no quiere frecuentar más ese tipo de locales. Esta experiencia me ayudó a comprender más radicalmente la necesidad de arriesgar y decir ‘no’ a algunas propuestas”. (Yves, Camerún)
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