Movimiento de los Focolares
Genfest por el camino

Genfest por el camino

4 de septiembre, 2.00 p.m.: después de 20 horas en bus regresamos a la base, los Castillos Romanos (Italia), distintos de cómo nos fuimos. ¿Cuántos éramos? 96 en el bus, 20 en avión y después… ¿a quienes encontramos en Budapest? A 4 venidos en carro para ahorrar, a otros en camper, los amigos que estaban en el sótano del Pala Arena para los varios servicios tras bambalinas: la directora, el coordinador de la transmisión en directo vía Internet, los chicos de las redes sociales y muchos otros. Más o menos cien, de esta pequeña parte del mundo. El grupo es surtido, una representación de las proveniencias del Genfest: variado por la edad (hay quien todavía no ha cumplido 14 años, la mascota del grupo, quien a pesar de tener más de 30 no se pierde esta ocasión única, son los extremos de este grupo de universitarios y colegiales), vario por el credo (muchos son católicos, practicantes, otros curiosos de hacer una experiencia nueva, son agnósticos y no creyentes, van con nosotros también una religiosa y un sacerdote).

La crónica del Genfest la podemos seguir por varios medios (basta ver la amplia reseña de prensa, el boom de las redes sociales, il repeticiones de la transmisión), pero ¿cómo recoger lo que este evento –que no se repetía desde hacía 12 años- ha sido para cada uno de los participantes? Sólo el tiempo lo dirá, pero una primicia la hemos recibido. En Budapest, antes de regresar, delante de la “Iglesia del centro”, a pocos metros del Puente de las Cadenas, teatro del más grande flashmob de la historia realizado en un puente (¡que temblaba por el peso ‘exultante’ de los 12 mil!), este grupo exuberante y muy italiano, se sentó en el prado bajo los 35° de la tarde húngara, y detuvo el tiempo.

Ya no se oía el ruido del tráfico, ni la voz de los transeúntes, ni el calor ni la sed, sino sólo el río de vida compartida por quien, superando la timidez, se levantaba para decir en voz alta, que había sucedido dentro de él o ella. “Tener el valor de dejarme herir por el dolor del otro, si pasar de largo” –recuerda Tiziana, de 22 años, estudiante de Economía; y Francisco, de 18 años no cumplidos todavía: “Me decidí a venir a última hora, para hacer algo interesante al final del verano. Nunca habría esperado un cambio así. Empezó cuando recogí una manzana que había rodado a mis pies, y se la di a una chica que estaba frente a mí sonriendo. En estos días sólo he tratado de amar a quien tengo al lado, y nunca me había sentido tan vivo como ahora”. Anna en cambio tiene 14 años, y cuenta: “Este años estaba un poco triste, pensando en tantas de mis amigas a las que había tratado de comunicar este Ideal, que poco a poco se habían alejado. Por eso, cuando supe del Genfest hice todo lo posible para poder venir; y con la carga de estos días, viendo todos los que somos, creo que el mundo unido es posible, quiero volver a casa gritando a todos este gran sueño”. Freddy, 18 años: “En el grupo que frecuento todos somos agnósticos, ateos, no creyentes. Pero para nosotros la acogida del otro es fundamental. En estos días hemos hecho juntos esta experiencia, nos sentimos todos hermanos a pesar de las diferencias”.

Ahora sí, podemos regresar, el Genfest ha ganado la apuesta. Hace un año, cuando se organizó el viaje, los jóvenes líderes del grupo habían dicho: necesitamos una semana, porque para nosotros la cosa fundamental es construir relaciones, vínculos fuertes con nuestros amigos. Así tomó forma este viaje, que nos vio pasar por Viena, para una primera etapa, y quedarnos en Budapest todavía un día y medio más para descubrir las maravillas de esta ciudad. El corazón de todo fueron los dos días en el Sport Arena, el Puente de las Cadenas, y la Plaza frente a la Catedral de San Esteban. “En cuanto puse pie en el Sport Arena algo sucedió”, dice Paolo; el concierto de la noche del 31, el lenguaje de la música que une a los jóvenes de todo el mundo, la necesidad de saltar, de abrazarse, de transmitir las emociones. Pero la emoción después se transforma en vida (las experiencias contadas lo demuestran), en elecciones, en valor. El valor de volver a casa y ser “Let’s Bridge”, un puente viviente hacia quien quiera que encontremos.


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Termina la cuenta regresiva, ¡arranca el Genfest 2012!

Después de un año de preparativos y gran expectativa ¡inicia en Budapest el Genfest 2012! El clima por las calles de Budapest es de fiesta, de amigos que se reencuentran finalmente cara a cara y no sólo por la red.

La mañana del 31 de agosto, con la presidente Maria Voce, una delegación internacional de jóvenes del Movimiento de los Focolares fue acogida en el Parlamento húngaro. El Ministro de Relaciones Exteriores, Martonyi Jànos, dirigió un mensaje de bienvenida, en el cual subrayó que: “Los retos son globales y las respuestas son universales, unidas a los valores universales”. Agregó que: “A la cultura del odio hay que responder con la cultura del amor”. Y agradeció a los Jóvenes por un mundo unido “que trajeron aquí esta extraordinaria iniciativa. Mediante su amor, redescubrimos el nuestro”.

En la tarde de ayer tuvo lugar la inauguración del Rincón de la Fraternidad, en un parque público de la capital que los jóvenes quisieron y realizaron con la colaboración de la Alcaldía de Budapest. “Queremos dar esperanza a nuestra ciudad” dijo Rita, húngara de 25 años, delante de las autoridades y de una colorida multitud de varios cientos de jóvenes presentes en la inauguración.

Gen Rosso Streetlight MusicalGergő Jedlicsita es arquitecto. Tiene casi treinta años y fue él quien hizo el proyecto de este espacio en el corazón de la agitada Budapest. Se trata de cinco bloques de mármol color marfil, rectangulares, de varias medidas, instalados sobre una plataforma en un rincón del parque. Representan los cinco continentes. En sus caras está esculpida la regla de oro – “Haz a los demás lo que quisieras que quisieras que te hicieran a ti”- en los principales idiomas del planeta, incluido el braille. Un signo tangible que quiere recordar el mensaje que, desde el Genfest 2012, partirá al mundo.

El musical “Streetlight” del grupo internacional Gen Rosso, con la presencia de más de 4.000 personas, cerró la jornada. En el palco, con los artistas, se presentaron 120 adolescentes húngaros que realizaron un taller de dos días.

Son 104 las naciones representadas de los cinco continentes, entre los que se destaca el grupo de 250 jóvenes de Medio Oriente. Son numerosos los cristianos de diversas Iglesias, más o menos un centenar pertenecen a otras religiones y es consistente la presencia de jóvenes de convicciones no religiosas.


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¿Cómo seguir el Genfest en directo?

Programa del Genfest 2012


A pocas horas del inicio del esperado evento, nos llegan de todo el mundo solicitudes para seguir el Genfest en directo.

Aquí hay algunas indicaciones útiles:

Internet streaming: http://www.genfest.org/live

Por Internet será posible seguir en directo el programa en el Sport Arena por ocho canales (internacional, húngaro, inglés, francés, español, portugués, árabe e italiano), con los siguientes horarios:

* viernes 31 agosto de las 19:30 a las 22:00;

* sábado 1º de septiembre de las 10:30 a las 12:30 y de las 15:30 a las 17:00; el  “flashmob” en el Puente de las Cadenas entre las 21:00 y las 22:00.

Social Media

Está previsto el uso, por parte de los 14.000 participantes, de los canales oficiales del Genfest 2012 en Facebook, Twitter, Youtube e Vimeo.

Las direcciones están en:  www.genfest.org

Transmisiones en el mundo

Las transmisiones tendrán audio internacional, es decir, en los distintos idiomas utilizados durante el evento (italiano, húngaro e inglés).

1/9/2012 – 10:00 Diferido “Apertura Genfest 2012” (síntesis del día anterior);

– 10:30 Directo del Sport Arena;

– 15:30 Directo del Sport Arena;

– 17:30 Diferido el “Concierto Genfest 2012” (programa del día anterior).

Parámetros de recepción

Para conocer los parámetros de recepción en las distintas áreas geográficas del mundo: http://dunaworld.hu/eng/reception.html

Para Italia, Telepace trasmitirá la mayor parte del programa. Y también TV2000, el viernes 31 de agosto, en el programa “En el corazón de los días”, de las 17:00 a las18:00, dedicará un espacio al Genfest.

La cita es entonces dentro de pocas horas, ¡todos en el Sport Arena de Budapest!


The Genfest 2012 project has been funded with support from the European Commission.
This communication reflects the views only of the author, and the Commission cannot be held responsible for any use which may be made of the information contained therein.
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Mundo unido: ideal que se convierte en historia

Vídeo Italiano: Chiara Lubich, Genfest 1990

«(…) Imaginemos que ante nuestros ojos pasen algunas escenas sintomáticas del mundo de hoy. Observamos en el este europeo, en las naciones que han visto los recientes cambios, gente que exulta de alegría porque alcanzó la libertad, junto a otra asustada y decepcionada, deprimidas por la caída de sus ideales. Leemos en algunos rostros amenazas de revancha, de venganza, incluso de odio. Y pensamos: ¿qué diría Jesús si se presentara en medio de ellos? Estamos seguros, hoy como entonces una vez más hablaría de amor: ‘Ámense – diría – como yo los he amado” (cf Jn 15,12). Y solamente juntos, en la concordia, en el perdón, se puede construir un futuro sólido. Trasladémonos, como por sucesivas imágenes disolventes, a otros lugares, a un país de América latina, por ejemplo: por un lado rascacielos, amenudo modernas catedrales erigidas al dios-consumo, y por otro mocambos, villas miseria, favelas y miseria, miseria física y moral, enfermedades de todo tipo. ¿Qué diría Jesús ante esta visión desoladora?” Les había dicho que se amaran. No lo hicieron, aquí tienen las consecuencias”. Y si otros cuadros nos mostraran, como en un collage, fragmentos de ciudades, conocidas como las más ricas del mundo y otras con la técnica más avanzada, junto a panoramas desérticos con hombres, mujeres y niños que mueren de hambre. ¿Qué diría Jesús si apareciera allí, precisamente? “Ámense”. ¿O si viéramos imágenes de luchas raciales con matanzas e violaciones de derechos humanos… O interminables conflictos como los de Medio Oriente, con el derrumbe de casas, heridos, muertos y la constante y mortal caída de bombas o de otras armas homicidas? Preguntémonos aún: ¿qué diría Jesús ante esta enorme cantidad de dramas? “Les había dicho que se quisieran. Ámense como yo los he amado”. Sí, así diría ante esto y ante las más graves situaciones del mundo actual. Pero su palabra no es sólo un lamento por lo que no ha sido hecho. Hoy la repite con más fuerza que nunca. Porque Él murió pero resucitó y – como ha prometido – está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Y lo que dice tiene una importancia inmensa. Porque este “Ámense los unos a los otros como yo los he amado” es la clave para solucionar todos los problemas, es la respuesta fundamental a los males del hombre. Los “Jóvenes por un mundo unido” solo podrán llevar a cabo su tarea de cooperar a dar al mundo un alma, si le darán al mundo, nuevamente, el amor. Ciertamente: este amor no es lo quede parecer a simple vista, no es una broma. Es exigente y fuerte pero tiene el poder de cambiar el mundo. Jesús a este mandamiento del amor lo llamó “mío” y “nuevo”, porque es típicamente suyo, habiéndolo colmado de un contenido particular y nuevo. “Ámense – ha dicho – como yo los he amado”. Y Él dio la vida por nosotros. Entonces, aquí se pone en juego la vida. Y un amor dispuesto a dar la vida por los hermanos es lo que Él también nos pide. Para Él no es suficiente la amistad o la benevolencia hacia los demás; no le basta la filantropía ni solo la solidaridad. El amor que nos pide no se agota en la no-violencia. Es algo activo, muy activo. Nos pide que no vivamos para nosotros mismos, sino para los otros. Y esto exige sacrificios, esfuerzos. Nos pide a todos que, de hombres pusilánimes y egoístas, concentrados en nuestros intereses, en nuestras cosas, nos transformemos en pequeños héroes cotidianos que, día tras día, están al servicio de los hermanos, dispuestos incluso a dar hasta la vida por ellos. (…)¡Vayan adelante, entonces, sin vacilar! La juventud que tienen no hace cálculos, es generosa: aprovéchenla. Vayan adelante ustedes católicos y ustedes cristianos que creen en Cristo. Vayan adelante ustedes que profesan otras religiones, sustentados por los nobles principios en los que se apoyan. Vayan adelante ustedes que tienen una cultura diferente, que a lo mejor no conocen a Dios, pero que sienten enel corazón la exigencia de poner todos los esfuerzos en el ideal de un mundo unido. Todos tomados de la mano, ¡estén seguros de que la victoria será de ustedes!.» Chiara Lubich

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Monseñor Romero

El hombre de hoy ya no escucha a los maestros, pero sí a los testigos. Y si escucha a los maestros, es porque son testigos. Es el caso, a nuestro entender, de monseñor Romero.

Un testigo de Jesucristo que supo enseñar con la palabra y con el ejemplo, coherente con lo que entendía que le pedía el Evangelio que profesaba y con el Dios en quien creía por encima de todo, hasta entregar su vida como un mártir. Prefirió estar de manera decidida y clara del lado de las víctimas –los pobres y perseguidos de toda clase– y correr la misma suerte que ellas.

Hace tres décadas fue asesinado mientras celebraba la Eucaristía. Pero sus palabras siguen vivas en todos los que, hoy como ayer, persiguen un mundo más humano y conforme al corazón de Dios.

Datos del autor:

Jon Sobrino, sacerdote jesuita y autor de esta obra, es una de las personas que más de cerca ha conocido a monseñor Romero, capaz de proponer una visión de Jesús plena de humanidad y de abrir desde esa condición el acceso a la divinidad.

Sobrino demuestra que los testigos fieles de la verdad son aquellos capaces de producir los cambios auténticos y necesarios de una sociedad en busca de justicia y paz.

Jon Sobrino, sacerdote jesuita nacido en Barcelona en 1938 y radicado en El Salvador desde muy joven, se desempeñó allí durante varios años como profesor de Teología en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Como teólogo (Frankfurt, Alemania) su extensa obra se centra en la cristología, la eclesiología y espiritualidad de la liberación. Asimismo, Sobrino fue un estrecho colaborador de Monseñor Romero desde su asunción como arzobispo de El Salvador hasta su asesinato en 1980, y un profundo conocedor de su persona y su obra a favor de los pobres, la justicia social y la lucha por la verdad.

ISBN: 978-950-586-290-0

Medida: 23 x 13; 256 pgs.

Grupo Editorial Ciudad Nueva – Argentina