May 28, 2011 | Focolare Worldwide
No está en el lugar de más tráfico de los 650 participantes en la Asamblea de la Economía de Comunión, pero es el stand más visitado durante los intervalos de trabajo. Se venden carteras de mujer, chaquetas y accesorios para dama. El éxito está a la vista de todos. La línea de los productos artesanales son una mezcla de calidad y diseño moderno, con un bien logrado toque de originalidad, resulta única también la proveniencia de la materia prima utilizada: manteados de camiones que ya no se usan y retazos de cuero y jeans que no sirven para otras cosas, recuperados porque ecológicamente son compatibles. Pero la principal característica de la empresa es que son chicos y chicas menores o mayores de edad desde hace poco, que viven en situaciones difíciles. La marca de fábrica “De la calle” explica perfectamente la iniciativa empresarial que el pasado abril abrió su sede en el polígono empresarial Spartaco, a cinco kilómetros de la Mariápolis Ginetta. Conociendo sus orígenes, parece más una apuesta que una realidad productiva, pero viendo las decenas de chicos y chicas a la obra y escuchando las motivaciones que los impulsan se entiende la bondad de los resultados productivos que le dan garantía al futuro de la empresa. Los jóvenes trabajadores provienen en su mayoría de uno de los barrios donde la pobreza es evidente, el barrio Jardín Margarida, en Vargem Grande Paulista, a 30 kilómetros al Sur de Sao Pablo. «La nuestra es más que una empresa. Entre nosotros nos ayudamos, porque el nuestro es un trabajo en equipo, pero también porque hay un clima de familia. Todos los días empezamos con la Palabra de vida sacada del Evangelio y ella nos ayuda a superar las dificultades». Divani tiene 18 años, llegó aquí después de un año de formación profesional en una fábrica en el Nordeste, en Recife, en la empresa madre ligada a los principios de la Economía de Comunión.
Detrás de la empresa está la dulzura y la determinación de João Bosco Lima de Santana, un empresario que fue a Italia a especializarse en la producción de carteras y después regresó a su patria para montar una actividad productiva. Siendo joven había encontrado la espiritualidad de los Focolares y quedó impresionado por la propuesta de Chiara Lubich de “morir por la propia gente”. Después la vida lo llevó por otros caminos. Pero cuando conoció al Padre Renato y su casa para los muchachos, que recoge jóvenes y niños de la calle, se consolidó su deseo: «Poner a disposición sus competencias y la vida para dar a los jóvenes una profesión. Educar al trabajo es una forma de desarrollo y hemos constatado que el amor vivido por una gran causa es capaz de renovar las cosas, ideas y personas que vienen de la calle». Es sobre la base de esta verificación cotidiana que João Bosco puede afirmar con credibilidad que «aquí en la empresa el primer lugar lo tienen ellos, los jóvenes, su formación, no la produccióna pesar de que apuntamos a la calidad». Una paradoja en la lógica empresarial, pero que da sus frutos. Desde Costa de Marfil llegó la solicitud de aprender esta actividad productiva para encaminarla en el lugar, mientras que mediante los Jóvenes por un mundo unido, a través de la cooperativa Equiverso, empezó la exportación de carteras a Italia. Las pequeñas multinacionales de la EdC crecen. Del enviado Paolo Lòriga
May 27, 2011 | Focolare Worldwide
Es bajo el signo de la vitalidad que se desarrolla el viaje a Hungría de María Voce y Giancarlo Faletti. La primera etapa es con los sacerdotes en contacto con el Movimiento de los Focolares. Muchos de ellos han traído y difundido aquí su espíritu y hoy hablan de su compromiso de reconstruir la Iglesia, su servicio como párrocos, directores de seminarios, vicarios generales, su papel a nivel de la docencia o en distintos encargos diocesanos, la relación sencilla con la gente que suscita la comunidad, atrae a los jóvenes, acompaña a quien no tiene una referencia religiosa. Pero, además de las actividades, donan a los presentes su vida de comunión que sostiene y alimenta todo.
En la tarde del primer día tiene lugar un encuentro con los dirigentes de las distintas ramificaciones en las que se articula el Movimiento en Hungría. Las familias llevan los frutos de un compromiso en todo sentido con parejas jóvenes, novios, divorciados, otras familias de distintas edades; los responsables del Movimiento Humanidad Nueva, expresión social de los Focolares, apasionan a todos con sus iniciativas en el mundo de la sanidad y de la economía, de la política y de la pedagogía y del deporte; laicos y sacerdotes hablan de la renovación en acto en muchas parroquias de las 13 diócesis del país. El diálogo es abierto y toca muchos aspectos. El equilibrio entre la dimensión local y universal: “Si el impulso a realizar el testamento de Jesús ‘Que todos sean uno’, nació en una pequeña ciudad en Trento y a partir de allí asumió las dimensiones del mundo –recuerda María Voce-, quiere decir que interesarnos por un particular es una escuela de amor que después permite ampliar la mirada más allá. Tener un corazón ensanchado sobre la fraternidad universal no significa no ocuparse de lo particular”. Inversamente, subraya más adelante, “sentimos el impulso a salir de nuestros confines. No podemos desinteresarnos de la gran familia del Movimiento esparcida en el mundo, tratemos de hacerlo con todos los medios”. La pregunta de una gen 2 sobre los varios estímulos también de carácter espiritual a los que hay que dar una respuesta, da la presidente la ocasión para recordar una de las consignas que Chiara Lubich sentía fuertemente de dejar a los suyos: “Deja a quien te seguirá sólo el Evangelio, nada más que el Evangelio”. Todo el resto es un instrumento que ayuda a concretar el Evangelio, explica, pero “la cosa más importante es vivir la palabra de Dios. Preguntarse siempre cómo viviría Jesús”.
En el encuentro de los dirigentes, así como al día siguiente durante el de los focolarinos y las focolarinas que viven en Hungría, no faltaron preguntas sobre cómo mejorar las relaciones interpersonales en distintos niveles, interrogantes lícitos para quien se ha decidido por una espiritualidad colectiva. El leit motiv es el de un amor más grande que exige el máximo de sí mismos, un amor libre del perfeccionismo o del deseo de alcanzar ciertos resultados, que siempre sea capaz de ir más allá de la natural diversidad entre hombres y mujeres, entre grandes y pequeños, entre quien se ocupa de un aspecto o de otro. Un amor que genera, que pone en juego la propia vida hasta “dejar vivir a Jesús en nosotros”. “Yo he sido creada como un don para quien me está cerca y quien me está cerca ha sido creado como un don de Dios para mí”, repetía con convicción Chiara Lubich. María Voce lo subraya a los presentes recordando el modelo en el que Chiara se inspiraba: “La familia de Nazaret, o, todavía más, la vida de la Trinidad”. El máximo de la relación, del amor, modelos audaces pero no inimitables. La experiencia lo demuestra. De la enviada Aurora Nicosia
May 27, 2011 | Focolare Worldwide
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«¡Hablen! ¡Hablen fuerte! Tengan la valentía de hablar de la Economía de Comunión incluso a los grandes economistas del mundo. Tal vez al principio no les den crédito, pero como es una realidad basada en la verdad de las cosas, con el tiempo se consolidará». Son las palabras de ánimo, que invitan a la acción, pronunciadas por el cardenal Odilo Scherer, arzobispo de San Pablo, durante su visita a la Asamblea internacional de la EdC, celebrada del 25 al 28 de Mayo. «He querido venir – ha dicho a los 650 participantes, procedentes de 37 países – para darles una palabra de ánimo que aliente los trabajos de esta iniciativa». Y explica: «Este acontecimiento propone algo nuevo para la sociedad». El cardenal – una de las figuras a las que más escuchadas en América Latina – afirma que existe una exigencia y una búsqueda en la sociedad: «Ciertamente muchos tienen interés en saber qué significa la expresión Economía de Comunión, qué puede traer de bueno para la economía de nuestros países, para resolver la crisis». Tampoco tiene dudas sobre los fundamentos de la EdC. «Veo que la propuesta de la EdC sintoniza plenamente con lo que propone la Doctrina Social de la Iglesia para la economía». Y explica: «En esta propuesta, elaborada a partir del carisma de los Focolares, tenemos una experiencia concreta que dice que es posible, que la Doctrina Social de la Iglesia no es utópica, sino que puede traducirse en realidad. Por eso esta experiencia debe ser compartida con la sociedad». De esta consideración nace su perentoria invitación: «¡Hablen! ¡Hablen fuerte!». El purpurado ha madurado una convicción: «La EdC ofrece la posibilidad de una salida distinta a los problemas económicos del mundo», porque «el sistema económico basado en el binomio socialismo-capitalismo no dará solución a la economía, sobre todo teniendo en cuenta el crecimiento de la población, la disminución de los recursos naturales y el desarrollo de los descubrimientos científicos y tecnológicos aplicados a la producción». En efecto, comenta: «Si la economía no cambia de orientación, en el sentido de la comunión y de la solidaridad, como advierte el papa
Benedicto XVI en la encíclica Caritas in veritate, nos encaminamos hacia el desastre. Porque el mundo no posee recursos inagotables. La riqueza, si no se comparte, genera conflictos». Y continúa: «la propuesta de la Economía de Comunión podrá ser una luz para la economía de todas las naciones. Empieza por lo pequeño, por la economía de las familias, por pequeños grupos que, sumados, podrán dar comienzo a un gran cambio que podrá producir una verdadera transformación». Además ve que la EdC «es una propuesta de globalización de la solidaridad, como Juan Pablo II reclamó tantas veces y la Iglesia sigue haciendo presente. La globalización de la solidaridad indica un camino de soluciones a los problemas de la pobreza y tiene en cuenta los riesgos medioambientales». Hablando de su inminente viaje a Roma, el cardinal ha dicho que ve «en la EdC un instrumento particularmente adecuado para la nueva evangelización en el campo de la economía». Las palabras del cardenal Scherer apelan directamente a la conciencia de los presentes. «Por eso me da tanta alegría saludarlos, estimularlos y animarlos. Sigan adelante con mucha fe, con mucha esperanza en este camino, compartiendo estas experiencias en todo el mundo, para que esto pueda producir un efecto cada vez más amplio». por Paolo Lòriga
May 27, 2011 | Focolare Worldwide
Así escribe Chiara en su diario:
“La ‘corona de espinas’ –así llamó el cardenal Arms (entonces arzobispo) de Sao Pablo, el cinturón de pobreza y miseria que rodea la ciudad que pulula de rascacielos- es el gran problema de estas tierras en vías de desarrollo, uno de los más grandes problemas de nuestro planeta, ante el cual nosotros podemos hacer siempre poco, pero Dios, que es Padre, puede hacerse cargo de resolverlo, también por nuestra fe de hijos suyos. Dios todo lo puede. Lo debemos esperar y hace falta rezar. La ciudad de Sao Pablo: en 1900 era una aldea. Ahora ya no es una selva sino un bosque de rascacielos. Tanto puede hacer el capital sólo en manos de algunos y la explotación de otros. Pero ¿por qué tanta potencia no se orienta a la solución de los inmensos problemas de Brasil? Porque falta el amor al hermano, dominan los intereses, el egoísmo. Debemos crecer, hasta que el bien camine por sí mismo. Y la esperanza está y –quisiera decir- la seguridad”. El 29 de mayo de 1991, ante alrededor de 650 empresarios, trabajadores, jóvenes, provenientes de todo Brasil, reunidos en la ciudadela “Ginetta”, Chiara lanzó la idea madurada en esos días:
“Aquí deberían surgir industrias, empresas cuyas utilidades se podrían poner libremente en común con las mismas finalidades de la comunidad cristiana: primero que nada para ayudar a los que pasan necesidad, ofrecerles un trabajo, en fin, hacer de modo que no haya ningún indigente. Después las utilidades servirían para desarrollar la empresa y las estructuras de la ciudadela, para que pueda formar hombres nuevos: ¡sin hombres nuevos no se hace una sociedad nueva! Sería necesario asociar a muchas personas que podrían convertirse en accionistas, aunque sea con cuotas mínimas. También los jóvenes con pequeñas iniciativas podrían recoger una cuota para formar parte de la sociedad que hará nacer esta ciudad industrial. Una ciudadela así, aquí en Brasil, con esta llaga de desigualdad entre ricos y pobres, podría constituirse en un faro y una esperanza”.
May 26, 2011 | Focolare Worldwide

Luigino Bruni parla habla de la historia de lal'EdC
Es precisamente aquí, en el auditorio de la Mariápolis Ginetta Calliari, a cincuenta kilómetros de Sao Pablo, que hace veinte años Chiara Lubich, bajo un apremiante impulso del Espíritu, comunicó una intuición: el carisma de la unidad tiene algo que decir para contribuir a renovar el aparentemente inquebrantable sistema económico y productivo internacional. Han llegado aquí a Brasil 650 personas (numerosa la presencia de jóvenes) de 37 países del mundo en representación de las 800 empresas comprometidas con la EdC, de los 8 polígonos empresariales presentes en el mundo, de los expertos y de los estudiantes de distintas disciplinas económicas involucrados en la reflexión científica y en la elaboración cultural. Ya en la inauguración de la asamblea –del 25 al 28 de mayo-, se sentía la alegría y la gratitud por estas dos décadas de camino, pero también la conmoción cuando se recordaron las palabras de la fundadora de los Focolares que tuvieron, como se dijo entonces, el “efecto de una “bomba en el campo económico”. Y a estos orígenes regresó también María Voce, presidente de los Focolares, en un video-mensaje de todos modos quedó en los registros de la conmemoración y de la celebración. «Es necesario reconocer que el proyecto de la EdC todavía tiene que consolidarse», dijo, mientras felicitaba a los organizadores por haber elegido un detalle, que sin embargo revela el enfoque de fondo: «Me parece muy significativo que en el logo de la celebración quisieron que apareciera la fecha 2031 para indicar un futuro que hoy sólo podemos intuir y que se definirá gracias al aporte que seguirán dando». Sin hacer ningún tipo de concesión, la presidente Voce indicó los desafíos que le esperan a la EdC que tiene «la potencialidad de transformar desde dentro la práctica económica, no sólo de las empresas, sino también de las familias, de las instituciones financieras, de las políticas económicas». Pero es necesario tener presente una condición de fondo: «La EdC tendrá un nuevo empuje si tiene como horizonte el mundo unido y es capaz de mover el corazón, la acción, el entusiasmo de quien tiene una exigencia de grandes ideales por los cuales jugarse su vida». Auspició que «surgirá una nueva estación de creatividad y de protagonismo por parte de todos ustedes y responderemos a esta gran cita con la historia». De historia habló también Luigino Bruni, coordinador de la comisión internacional de la EdC, inaugurando el trabajo de la asamblea, para subrayar el camino realizado por la profecía de Chiara en el ámbito económico. Fueron cuatro las palabras en las que se centró su intervención: fiesta, por los veinte años; responsabilidad, ante la tarea que hay que desarrollar en este período de crisis; memoria, para no olvidar las preguntas fundamentales de Chiara pronunciadas en esta sala en 1991; esperanza, en la fuerza del proyecto que se nos ha confiado y en las nuevas generaciones de empresarios y expertos comprometidos en la EdC.

Alberto Ferrucci
También en la intervención del empresario Alberto Ferrucci fueron inevitables las referencias históricas, desde el primer momento de la Edc. Recordó la organización con la cual Chiara y sus primeras compañeras de Trento socorrían a los pobres de la ciudad, indicando allí una “vocación laica de santidad” en cuantos sostuvieron la EdC, desde quien vendió modestas propiedades, ofreció sus pocos ahorros para permitir que se adquirieran los terrenos hasta quien dejó excelentes cargos o su ciudad para dar vida a la intuición de Chiara. Un heroísmo que más adelante permitió a Benedicto XVI citar la EdC en su primera encíclica social.Ferrucci presentó una exigencia a la Asamblea: «Es necesario elaborar teóricamente los paradigmas de esta nueva economía, presentar polígonos productivos y empresariales que pongan en práctica estos principios y escuelas y universidades que formen a esto». Es el futuro que la asamblea está llamada a asumir en el futuro. Del enviado Paolo Lòriga
May 25, 2011 | Focolare Worldwide
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