Movimiento de los Focolares
Hasta la próxima, tierra llamada de la acogida

Hasta la próxima, tierra llamada de la acogida

Ni siquiera los de la ciudad de Québec tenían prisa por irse. Sin embargo, tenían que viajar 250 kilómetros para volver a casa, ya no era tan temprano después de la cena y además, el termómetro había descendido a los bajo cero. Así, pueden imaginarse los de Ottawa, distantes solamente 150 kilómetros. Y qué decir, de los muchos de Montreal, que jugaban en casa. Más que decir, solamente se podía constatar: caras satisfechas, sonrisas de ‘oreja a oreja’, palabras entusiastas, pequeñas campanillas de personas, acá reinaba la confianza, allá estallaba una carcajada, mientras las luces de los flash señalaban el deseo de inmortalizar una tarde inolvidable.

Más de 300 personas habían captado la ‘particularidad’ del encuentro con María Voce y Giancarlo Faletti. No faltaba quien, habiendo conocido a los primeros focolarinos que llegaron a Montreal hace 40 años, quería volver para conocer a la mujer que había sustituido a la fundadora Chiara Lubich y entablar nuevamente una relación jamás íntimamente interrumpida. Aquí en la provincia de Québec, la gente está particularmente abierta y expansiva, pero la tarde del 23 de marzo da lo mejor de sí misma.

Stéfanie Lamothe, 10 años, pelo largo y negro, dulces facciones asiáticas, tiene la función de abrir las danzas, dar inicio a una secuencia de diez preguntas preparadas para el diálogo con María Voce y Giancarlo Faletti. La pregunta es cándida y traviesa, y la sala sonríe: “Chiara ha sido la primera que vivió la espiritualidad de la unidad y ha hecho nacer todo el Movimiento. Es  normal que haya sido la presidente. ¿Tú que has hecho para ser presidente después de ella?”. La interpelada se divierte y responde en francés para continuar el diálogo con el adolescente.

A la pregunta siguiente, María Voce explica que, por exigencias de las traducciones y después, por la difusión del vídeo en el mundo, es necesario que hable en italiano. El asentimiento del público le da pie, pero ella continúa hablando en francés sin darse cuenta. Hilaridad entre la gente. Ella se para, sonríe y decide no saltar continuamente de una lengua a otra. Por tanto, sólo francés, para la alegría de los presentes.

Una alegría que encuentra el punto más alto al final de la tarde, cuando la presidenta expresa su valoración del país. “Estoy agradecida a Dios que me ha hecho hacer este viaje a Canadá. Es Él quien me sugirió la idea”. Después explica: “En esta tierra hay apertura, generosidad, acogida hacia las personas más distintas que llegan acá en condiciones de necesidad. Imagino las dificultades pero ustedes muestran que se pueden superar”.

Dirigiéndose a los presentes, María Voce añade: “El de ustedes, es un gran testimonio. Muestran los lazos de familia entre personas de culturas y pueblos distintos. Es el regalo más lindo que hacen al Movimiento. Canadá es un trampolín donde se experimenta la unidad, y después se nos laza hacia los otros”

Es una constatación, y al mismo tiempo, una consigna: “Sigan haciendo como hasta ahora con la alegría de haber recibido un regalo de Dios tan grande y ofrecerlo a los otros”. El aplauso intenso manifiesta la satisfacción general y esconde la conmoción de muchos. Ninguno se marchará enseguida, y varias personas expresarán una propuesta: “Tenemos que decir a María y a Giancarlo que vengan más a menudo”.

Del enviado especial Paolo Lòriga

Hasta la próxima, tierra llamada de la acogida

Línea directa con Japón/3

© Centro Santa Chiara

El 11 de marzo, a las 14’46 hs, estaba preparando la merienda en el jardín de infancia donde trabajo. Sentí un gran temblor de tierra, y enseguida reuní a los niños para protegernos. Esperé que el terremoto terminase, pero –dado que las sacudidas no parecían acabar-, también yo, que estoy acostumbrada a los terremotos, empecé a tener miedo.

En esta situación, todos sentimos el deseo de ayudarnos para afrontar juntos aquello que sucedería.

A la tarde llegaron los padres a recoger a los niños: debido al bloqueo de los transportes, habían caminado mucho para llegar, y lloraban de la alegría al ver que sus hijos estaban a salvo. Cuando todos los niños ya habían vuelto a casa, respiré aliviada y encendí la TV de la escuela. En aquel momento, escuché la noticia del tsunami. Entre las zonas afectadas estaba también Miyako, mi ciudad.

Desde entonces, durante seis días, traté de telefonear a casa, sin ningún éxito. Más seguía las noticias, más me daba cuenta del tamaño de la desgracia, y más sentía en mí, los sufrimientos físicos y espirituales de las víctimas. Era la primera vez que experimentaba un dolor tan grande.

Al mismo tiempo, me sentía interpelada por Dios: “¿Realmente tú me amas?, ¿crees en mi amor verdaderamente?”, y yo: “Sí, Señor, creo en tu Amor. Creo en tu Amor. Tú lo sabes que creo”. Y entendí, que había llegado el momento de vivir con coraje la virtud de la fe, de la esperanza y de la caridad; había que amar a todos, viviendo plenamente el amor recíproco”.

© Centro Santa Chiara

Se confirmó en mí, la fe profunda, en que todo lo que Dios permite es seguramente por un designio de amor. Le confié la preocupación por mi familia, decidiendo hacer momento por momento, aquello que me parecía fuera su voluntad.

Traté de transmitir un clima de serenidad en el trabajo: sostener a la colega que, por los retrasos del tren, después de tres horas de viaje llegaba cansada al trabajo. Prestar ropa de abrigo a los compañeros que, por el ahorro energético, tenían frío. Sobre todo, traté de dedicarme a los niños que, por el peligro de nuevos temblores de tierra, no podían jugar fuera. ¡Dentro me volvió de nuevo la paz!.

Mientras tanto, trataba de comunicarme con mi familia por todos los medios pero sin ningún resultado.

“Cuando sucedió el tsunami mi cuñada estaría en el trabajo en el gran negocio de la ciudad; mi sobrina estaría en la escuela, que está cerca del puerto” pensaba para mí, y me abrumaba la preocupación. Pero, justo en aquellos momentos, me llegaba una llamada de mis amigos o un correo electrónico, que me aliviaban el corazón. También mis compañeras sufrían conmigo y esto me llenaba de gratitud.

En el Evangelio del 17 de marzo estaba la frase de Jesús: “Pidan y se les dará”. Y, justo aquel día, se celebraba el aniversario del fin de la persecución de los cristianos en la ciudad de Nagasaki, después de 250 años. Pedí a la Virgen que me hiciera saber dónde estaba mi familia, y con el corazón lleno de paz, volví a casa. Poco después sonó el teléfono: era mi padre. “Todos estamos bien, la casa no ha sido siniestrada”, me dijo con voz serena.

Esta experiencia me ha enseñado muchas cosas, en particular, a vivir y a abrazar los dolores de los otros y a transmitir, a mí alrededor, el amor y la luz recibidos de Dios.

Pequeño intermedio

“Una hora de retraso”, exclama Jorge.

Sí, por desgracia, la pantalla da un mensaje claro en la sala de espera. ¡Por mucho que se hable, de que el 97% de los vuelos llegan puntuales, esta vez estamos en el 3% restante!.

Afortunadamente, habíamos calculado bastante tiempo para llegar a Manchester, nuestra meta.

La gente en la cola se busca una silla. Los niños son muy ruidosos. Logro percibir, que el ‘nivel de tensión’ está subiendo en la puerta de salida. Habría podido hacer algo sensato, como encender el portátil y organizarme el correo. Por algún sitio, detrás de mí, un niño comienza a llorar.

No sólo a llorar, sino a chillar. ¡Mi concentración se fue! Por desgracia, no tengo tapones para los oídos…

¡Oh, qué molestia!, el sonido estridente me está poniendo de los nervios.

Sí, pero ¿no es quizá mi ocasión?, ¿una invitación a poner en práctica la Palabra de Vida y a ver en cada suceso, situación o persona la Voluntad de Dios?, ¿una invitación a ser paciente, a no enfadarme, una invitación a amar?.

Este pensamiento me da paz, y extrañamente los chillidos del niño dejan de molestarme.

De pronto, veo toda la escena con ojos distintos: personas preocupadas por cómo llegarán a casa, el niño que ha sentido la tensión, que está cansado y tiene necesidad de entretenerse.

¿Puedo hacer algo?. ¡Idea!, cerrar el portátil, sacar un trozo de papel y una lapicera de mi maleta y acercarme al niño que llora.

El pequeño se mueve inquieto en los brazos del padre.

“¿Puedo hacerte un dibujo?”. La sirena chillona se para de golpe. Dos grandes ojos negros me miran con sorpresa. “Mira, puedo dibujar un animal. En el momento, que descubras el tipo de animal que es, me lo dices”. La lapicera se mueve lentamente en el papel.

“¡Un elefante!”, grita la voz de una niña detrás de mí. Es una niña de cuatro años. “Fante” repite el pequeño.

“¡Exactamente, ahora otro animal”

“¡Una mariposa!, ¡un tren!”.

Y luego, de repente corren ambos hacia la ventana.

Intercambio alguna palabra con el padre, que es marroquí, y después, vuelvo a mi lugar. “Misión cumplida”. “Habrías debido ver las caras de las personas cuando te acercaste a ellos, dice Jorge.

“Han pensado seguramente, ¡quién sabe lo que habrá ocurrido!”.

D. R. (Dinamarca)

Hasta la próxima, tierra llamada de la acogida

Egipto, la esperanza de la Plaza Tahir

La comunidad de los Focolares en Egipto

Fueron al país árabe para animar el compromiso que los egipcios están asumiendo como ciudadanos, pero sobre todo para llevar el calor y el apoyo del Movimiento esparcido en todo el mundo a la comunidad de Egipto, en un momento histórico se extraordinaria intensidad.

“Me siento en el séptimo cielo después de haber votado por primera vez. En mi fábrica hay muchos obreros, probablemente pertenecen a la Cofradía de los “Hermanos Musulmanes”, y sabía que su voto habría sido contrario al mío… Dado que la fábrica cierra después de la clausura de las urnas, cuando ya no hay buses, me sentí impulsado a llevarlos yo a votar, haciendo dos viajes con mi carro. No quise adoctrinarlos mi único consejo fue: votar por el bien del país”.

Es uno de los testimonios que nos han llegado de la comunidad de El Cairo al cierre del reciente referéndum constitucional, que habla de la vivacidad de un pueblo que se está redescubriendo protagonista del propio cambio.

Lucia Fronza y Franco Pizzorno acaban de regresar de un viaje de cuatro días al país árabe: nos encontramos con ellos en la sede de la secretaría central del Movimiento Humanidad Nueva, del que son co-responsables.

Un viaje organizado en poco tiempo y que quizás no estaba previsto: ¿cómo maduró la decisión de ir a Egipto?

FP: “En efecto lo decidimos el viernes 11 de marzo y cinco días después ya estábamos en el lugar. La ocasión fue una carta que nos llegó de la comunidad de los Focolares presente en El Cairo: la narración de la situación que estaban viviendo nos hizo entender que era necesario hacerles sentir nuestro apoyo y el calor de todo el Movimiento esparcido en el mundo. Además por el hecho de que habían hecho llegar una precisa solicitud de ayuda para formar a la vida social a una comunidad que por demasiados años estuvo oprimida y que ahora está redescubriendo su identidad de pueblo”.

¿Qué situación encontraron llegando?

LFC: “La solicitud nació del sentido de responsabilidad que también los miembros del Movimiento han sentido hacia su país. Encontramos un magnífico fermento, típico de quien finalmente, después de años de dictadura, puede respirar y pensar; hay un gran entusiasmo en la gente que es consciente del deber de hacerse cargo de las suertes de la propia nación, empezando por sus vecinos, por su barriada: La pregunta era: “¿cómo hacer?”. Llevamos las experiencias y las reflexiones maduradas en todos estos años en todo el mundo y, junto a ellos, tratamos de entender cómo nos podemos mover, cada uno en el ambiente donde trabaja, con la fraternidad en el corazón, en la mente y en la fuerza de los brazos”.

Regresando a Roma, ¿qué queda de este viaje?

LFC: “La sensación de una apuesta ganada, si pensamos que ellos mismos se han descubierto más preparados de lo que pensaban. Nos impresionó mucho un hecho: el Movimiento de los Focolares allí puede actuar su vocación, la de penetrar en la herida entre cristianos y musulmanes. Los Focolares han elegido su campo de batalla que es el creer en la posibilidad de una relación entre estos dos grupos, a pesar de las heridas profundísimas que han dejado siglos de historia y de incomprensiones se visualizan como vencedores. Quien quiere vivir por la fraternidad universal allí está llamado a estar dentro de esta llaga y a dar un aporte concreto a su saneamiento”.

FP: “Y en este camino pienso que es fundamental apuntar a las nuevas generaciones y a las posibilidades de una renovada confianza en las instituciones, que con el tiempo tendrá que madurar. Hemos visto en la comunidad del Movimiento y especialmente en los jóvenes, una gran alegría, seguridad y deseo de hacer algo, en medio de las dificultades que viven desde siempre y que los hacen particularmente sensibles a vivir  por la fraternidad universal”.

A cargo de Paolo Balduzzi

Asamblea Internacional de la Economía de Comunión

Asamblea Internacional de la Economía de Comunión

Mariapoli_Ginetta_vista_aerea Como ya hemos anunciado repetidamente en la web, con ocasión del 20º aniversario de la Economía de Comunión, proyecto lanzado por Chiara Lubich en mayo de 1991 en Brasil, se celebrará en la Mariápolis Ginetta la Asamblea Internacional de la EdC. Es un acontecimiento importante, preparado con mimo y esperado desde diciembre de 2007, cuando se anunció su realización, al terminar el último Congreso Internacional de la EdC celebrado en Castelgandolfo. programa de la Asamblea Internacional de la EdC. Se invita a asistir a la Asamblea a las personas que ya participan en el proyecto, responsables y protagonistas de la EdC: empresarios, trabajadores, investigadores y estudiantes apasionados por la EdC. Para inscribirse (antes del 31 de marzo de 2011) es necesario rellenar una ficha en la página web http://www.cmginetta.org.br. (ver nota aclaratoria al final)1. Será un acontecimiento de fiesta, reflexión, profundización y comprensión de los pasos a dar mirando  al desarrollo futuro, del 2001 al 2031, para seguir creyendoMariapoli_Ginetta02_rid en una Economía de Comunión, viviéndola y haciendo que crezca más allá de cualquier muro, plantando árboles hoy que den fruto mañana. Durante los cuatro días de duración de la Asamblea, por la mañana se desarrollará un tema principal a cargo de un ponente distinto cada día: Alberto Ferrucci (20 años de EdC, una historia de amor entre el cielo y la tierra), Vera Araujo (La idea de persona que se encuentra en la raíz de la EdC), Genevieve Sanze (Los retos del desarrollo y la pobreza) y Luigino Bruni (En camino hacia el 2031). Cada día habrá también un panel sobre temas concretos: empresarios y empresas, pobreza y desarrollo, aspectos institucionales y dimensión cultural, seguido de experiencias y puesta en común de buenas prácticas. Por la tarde habrá trabajo en grupo, diálogo, mesas redondas y una visita al Polo Spartaco. A lo largo de estos meses se están preparado algunos documentos que se presentarán a la Asamblea: La carta de identidad de la EdC, las nuevas líneas para dirigir una empresa de la EdC y el documento dirigido a la sociedad civil y al mundo de la política “Por una nueva acción económica de comunión”. En paralelo con la Asamblea, un grupo internacional de estudiosos está organizando un taller de investigación titulado “EoC Research Workshop – Economía de Comunión: Hacia una nueva cultura económica. Investigaciones recientes”. El plazo para la presentación electrónica de comunicaciones termina el 4 de abril de 2011. Mariapoli_Ginetta01_rid La jornada final del 29 de mayo estará abierta a todos. Aquellas personas que SOLO deseen participar en esta última jornada, con condiciones especiales antes del 20 de abril y con condiciones estándar después de esa fecha, deben seguir el siguiente enlace: inscripciones para la jornada abierta 1 – Nota importante sobre la inscripción para la Asamblea: ¡Atención! La única ficha válida para inscribirse a todo el programa es la que está protegida por una clave en la página web de la Mariápolis Ginetta:http://www.cmginetta.org.br Los responsables de las comisiones locales de la EdC tienen acceso al área reservada donde se encuentra la clave para acceder a la ficha de registro. La ficha que aparece en el enlace anterior, accesible sin clave, sirve para apuntarse únicamente a la jornada abierta final y solamente deben utilizarla quienes solo vayan a participar el último día.

Hasta la próxima, tierra llamada de la acogida

Montreal, Maria Voce se encuentra con los obispos canadienses

“El Islam es un reto para la Iglesia. ¿Cuáles son los contactos del Movimiento con los musulmanes?”, preguntó el Card. Jean-Claude Turcotte, arzobispo de Montreal. “¿Qué autores han alimentado el pensamiento de su fundadora con respecto a la espiritualidad de comunión?”, pregunta Mons. Paul-André Durocher, obispo de Alexandria-Cornwall, en la frontera entre Ontario y Quebec. Estamos al inicio de la cita y ya la reflexión entra en el meollo del asunto.

El acogedor Centre International di rue Grenet, en una Montreal emblanquecida por la nieve, hospeda, el 22 de marzo, a un grupo de siete obispos de la Iglesia canadiense que quisieron encontrarse con María Voce y Giancarlo Faletti, durante su estadía en el país. El tema elegido ha sido la espiritualidad de comunión, factor fundamental del carisma de Chiara Lubich.

Experiencia de una joven

Introducida por el obispo de Valleyfield, Mons. Luc Cyr; la presidente Voce delineó con eficaces pinceladas la espiritualidad focolarina, subrayando que “es un fruto maduro del carisma de la unidad” y la basó en algunos pilares: el descubrimiento de Dios Amor, como primera chispa; el amor al hermano hasta dar la vida, como terreno; el amor recíproco, corazón del Evangelio, típico mandamiento de la espiritualidad de comunión; la unidad, para contribuir a realizarla en todos los ambientes; Jesús crucificado y abandonado, modelo para revivir y construir la única familia humana.

Después, prontamente las preguntas de los prelados –desde la secularización a las nuevas generaciones-, que permitieron acoger mejor los frutos de una espiritualidad de comunión. Giancarlo Faletti, co-presidente de los Focolares, los ilustró con algunos ejemplos, empezando por el Año sacerdotal y llegando hasta el reciente viaje de María Voce a Tierra Santa. Siguieron algunos testimonios, ofrecidos por un párroco, una pareja, una joven y la dueña de una empresa de Economía de Comunión, que demostraron el vital, directo y cercano aporte de la espiritualidad de la unidad.

Testimonio de un matrimonio

«La actitud de recíproca acogida y de humilde escucha permitió un efectivo encuentro de comunión entre institución y carisma. La alegría en el rostro de todos confirmaba el éxito», comentó María Voce. El día anterior, antes de dejar Toronto, la presidente de los Focolares fue a visitar a Mons. Thomas Collins. La cita, que duró treinta minutos, tuvo lugar en el sexto piso del edificio que alberga las oficinas diocesanas. En el cordial diálogo, el prelado subrayó más de una vez el precioso aporte ofrecido por el Movimiento a la vida de una diócesis tan cosmopolita.

Después, viaje desde la capital de Ontario (anglófona) a Montreal (francófona). Desde Quebec: 540 kilómetros en dirección al noreste a lo largo de una autopista que va en medio de los bosques con una visibilidad reducida. A las puertas de Montreal, cambio de escena: desapareció la neblina. Y efectos especiales: empezó a nevar precisamente cuando María Voce y Giancarlo Faletti entraban en la ciudad. ¿Quién podía imaginar un comité de acogida tan bien organizado?

Del enviado Paolo Lòriga

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