Ago 23, 2017 | Focolare Worldwide
RE-tornar, RE-conocer, RE-ver, RE-abrazar, RE-cordar. Vuelvo a Ostiense sintiendo un cosquilleo en el estómago. Busco a mis amigos como una desesperada. En estos meses en los que no estuve en Roma y dejé de ver su gran belleza (la que se encuentra en los bordes de las estaciones ferroviarias), para consolarme, algunos usaron expresiones alentadoras como “pero a tantos pobres y últimos, gente sin techo, los encuentras por cualquier lado…”. Yo no amé a los pobres y a los últimos…. Yo amé a Samir, Fulvio, Gian Paolo, Gabriele, Jazmín (…). Se llama amistad, señoras y señores. Claudio me trata con la ternura de un soplo, siendo conocido popularmente como el más rudo, el más colérico y agresivo de todos. A distancia de un océano me doy cuenta de cuánto la amistad lo ha transformado, pero sobre todo me ha transformado a mí. Hablo, escucho, me acomodo, me encuentro en mi casa de verdad. Este sentido de re-entrar y de re-tornar tiene tal vez el sabor de lo que llamamos paraíso… re-encontrarnos después de habernos perdido. Re-escucho sus historias y sus absurdos. Yo que en estos meses desperté dentro de mí preguntas inquietantes sobre el sentido del camino de mi vida, sobre lo paradójico de ciertas decisiones, la interrupción de proyectos, el temor ante mi misión… yo, que me pierdo en todas estas exigencias, veo que mis amigos no tienen ni programas, ni misiones, ni elecciones, ni siquiera saben expresarse. Yo que me pierdo en todas estas preguntas burguesas, yo, aquí y ahora, dejo de perderme. Ellos son mis amigos y sería injusto tener para mí algo que ellos no pueden permitirse. Se llama amistad, señoras y señores. Mientras me bajo de mi yo, de mis deseos, de mis pretensiones, no dejo de pedir para ellos, para mí, para todos, el hilo… ese hilo que vincula todo bajo este cielo, las propias y las historias de todos en un Único proyecto. Lo pido humildemente. Me re-abrazo a mí misma, me saludo con los ojos húmedos y me digo: ¡Hola Paula, bienvenida!
Ago 22, 2017 | Focolare Worldwide
«Estaba casada desde hace poco tiempo cuando mi marido se enfermó gravemente. Al mismo tiempo me di cuenta de que estaba esperando un hijo». Comienza así el relato de una joven mujer nigeriana. Lejos de su propia familia y sola, llama a la familia del marido. Pero encuentra la puerta cerrada. «Lo que vivimos después fue un infierno». Afortunadamente, a continuación, otras puertas se le abrieron. Las de Casa Alba. Y para ella, como para tantas otras jóvenes mujeres en dificultades, comenzó un nuevo día. «No sé cómo habría sobrevivido de otra forma. Ahora, gracias a Dios, las cosas se mejoraron». Casa Alba es un proyecto del Movimiento de los Focolares en Nigeria. En el inicio, durante muchos años, se llamaba simplemente “Casa Gen” (Generación Nueva). Posteriormente, Chiara Lubich, propuso llamarla “Alba”, con el auspicio de que pueda convertirse en una verdadera casa para muchas chicas en dificultades procedentes de toda Nigeria. Aquí, muchas provienen de la calle y encuentran hospitalidad y aprenden un oficio. Las actividades de coser (que posteriormente se transformó en un verdadero curso) y del batik (arte de teñir la tela), que en el inicio servían para juntar algún dinero, se convirtieron en un verdadero y auténtico proyecto de recuperación. La formación moral y espiritual es parte integrante del programa. Finales de mayo del 2017. En el Centro Mariápolis de Onitsha se festeja el 25º aniversario de la Casa Alba durante todo un fin de semana y en la conclusión se celebra una misa al aire libre. Los invitados son 400, muchos de los cuales llevan el típico y coloreadísimo traje africano, pintado precisamente con la técnica del batik. La misa la celebra el Obispo Auxiliar, el Rev. Denis Chidi Isizoh. «Focolar significa fuego – dice durante la homilía-. El fuego de la promoción, de la evangelización, del amor». Describe los encuentros personales que tuvo con Chiara Lubich, cuando trabajaba con el Card. Arinze en el Pontificio Consejo para el diálogo interreligioso. Después prosigue: «Un filósofo francés escribió “Pienso, luego existo”. Un africano no diría nunca esto. Los africanos dirían “Somos, por lo tanto soy”. Soy una persona porque pertenezco a una comunidad, a un grupo. Esto es lo que los miembros del Movimiento de los Focolares nos dicen: cuando estamos unidos como una comunidad entonces nos reencontramos a nosotros mismos».
Un paso atrás. Anteriormente, Elde de Souza, responsable de la Casa Alba, fue a ver al Obispo Denis para informarle sobre algunas dificultades económicas del proyecto y de su inminente cierre. Como respuesta, el obispo renueva su confianza y le dijo que continúen. En lugar del cierre, propone festejar en gran estilo el 25º aniversario de actividades de la Casa: «¡El Focolar en Nigeria está demasiado silencioso!». Toda la comunidad se movilizó, no quedando insensible a esta propuesta. Todos, grandes y pequeños, se pusieron a trabajar. El entusiasmo del Obispo Denise es contagioso: «Nigeria es un lugar feliz. Nosotros somos gente feliz. Algunos sin embargo, no lo son. Están verdaderamente en dificultades. Ésta es la experiencia de la vida», pero todos podemos unir nuestros sufrimientos a los de Jesús en la Cruz, concluye. Todas las “chicas” de la Casa Alba están presentes. Algunas son adolescentes, otras ya son abuelas. La fiesta es la ocasión para reentrelazar vidas e historias. «Me cambió a mí y a mi vida». «Antes yo era una persona colérica, aquí me tranquilicé». «Lo que viví aquí me ayudó para toda la vida». «Es una maravilla escuchar cómo esta pequeña semilla dio tantos frutos», comenta “Mama Regina”, de 83 años, una de las primeras educadoras. Al día siguiente, el periódico de la arquidiócesis de Onitsha (donde hay dos millones de católicos) define el aniversario como «un espectacular evento colorido». Se lee: «El Movimiento de los Focolares ha secado las lágrimas de jóvenes sin esperanza, que ahora viven por encima del umbral de pobreza gracias a las habilidades adquiridas en Casa Alba». Canales de radio y TV hablan sobre el suceso. El periódico de la región hace un llamado a la población, para recoger fondos para relanzar el proyecto. Comienza un nuevo día también para Casa Alba.
Ago 21, 2017 | Focolare Worldwide, Senza categoria
Eugene es ingeniero, Ann técnica en informática. «Sin embargo – puntualiza ella – luego de 10 años de una carrera exitosa, decidí dedicarme por completo a nuestro proyecto de familia. Al poco tiempo de haber tomado esta decisión, nos llenó de alegría la noticia que estábamos esperando un bebé». En noviembre de 2009, la felicidad por el nacimiento de Erin duró poco. Dos semanas más tarde, el 6 de diciembre, percibiendo una cierta dificultad para nutrirla, decidieron llevar a la pequeña al hospital. Después de algunos exámenes se llegó al diagnóstico: sepsis neonata ly la meningitis, potencialmente letal. Eugen y Ann reviven con emoción esos momentos. «Era el 7 de diciembre – recuerda Eugene – y temprano por la mañana renovamos nuestro “sí” a la voluntad de Dios. Poco tiempo después el médico nos informó que la infección estaba en una fase avanzada y la niña en condiciones críticas. Por la tarde, Erin fue bautizada». Al día siguiente, los latidos eran débiles, los ojos insensibles a la luz. Los médicos aconsejaron trasladarla a un hospital mejor equipado y lógicamente más caro. Sigue Eugene: «Ann me ayudó a hacer un acto de fe, aceptando hacer todo lo que nos sugerían y sólo después preocuparnos por los gastos. Le pedí a Dios: “¿Por qué?”. En la ambulancia trataba de estimularla, acariciándola y cantándole canciones de cuna. Los latidos estaban desapareciendo. Pero en el fondo seguíamos creyendo que había alguna razón, aunque fuese incomprensible para nosotros. Una vez más pronunciamos nuestro “sí”. En Urgencias, viendo su cuerpecito lleno de agujas y tubitos, no podíamos evitar de llorar, dándonos cuenta de la gravedad de la situación. Era el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción de María. En la capilla del hospital Le entregamos a nuestra bebé». Ann: «La situación era crítica, la infección parecía haber alcanzado el cerebro. Los médicos nos dijeron que anteriormente otros pacientes, en condiciones similares, no habían sobrevivido o habían quedado discapacitados. Podíamos sólo esperar y rezar. Más exámenes, transfusiones, otros análisis. Erin parecía un pequeño Jesús crucificado, sufrido e impotente. Podíamos sólo estar también nosotros, como María, “a los pies de la cruz”».
Agrega Eugene: «Nos mirábamos, asegurándonos recíprocamente nuestro amor y el deseo de permanecer unidos. Esa noche, nos preguntamos si realmente estábamos dispuestos a aceptar cualquier cosa. Ann se acordó de Abraham, dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac. Y de Job, que permaneció fiel aun cuando lo perdió todo: “El Señor da, el Señor toma”. Erin no era nuestra, pertenecía a Dios». Ann se ilumina: «Sin embargo, con el pasar de los días, notábamos unas mejorías. Erin respondía bien a los tratamientos. Un examen muy exhaustivo reveló que la actividad cerebral era normal, a pesar de la gravedad de la infección. Rápidamente los médicos y los enfermeros lo definieron un pequeño milagro. Día tras día, ella se volvía cada vez más fuerte, una pequeña mujer que luchaba valientemente para vivir. Gracias a ella, aprendimos que “ser” es más importante que “tener” o “hacer”. Nos estaba enseñando la vida». Eugene: «Pasamos nuestra primera Navidad, siendo tres, en el hospital. En medio de tanta incertidumbre nos recordamos lo que Chiara Lubich dijo: “Solo Dios es fuente de alegría y de felicidad plena”. Nos sostenían la presencia de Jesús en medio nuestro, la comunidad de los Focolares, la familia y los amigos. 23 días después volvimos a casa. Erin estaba completamente curada». Concluye Ann: «Al igual que todos, nosotros también tenemos nuestras preocupaciones. Pero sabemos que nuestras hijas antes que nada pertenecen a Dios. Nuestra tarea como padres es acompañarlas en el descubrimiento del diseño que Dios tiene sobre ellas». Mientras hablaban, Erin, muy vivaz, jugaba alegre con su hermanita Anica. 7 y 5 años de alegría e inocencia.
Ago 18, 2017 | Focolare Worldwide
¿
Quién, como yo, aun queriendo dar siempre lo mejor de sí, no se ha encontrado en dificultad? Queríamos tratar bien a quienes nos rodeaban y en cambio contestamos mal, queríamos ayudar y en cambio resultamos estorbando, queríamos dar y en cambio prevaleció el egoísmo. Es por esto que algunos amigos y yo pensamos en una posible solución. Todo empezó por dos de nosotros que habían encontrado cierta dificultad en dar siempre lo mejor de sí, entonces entendieron que la mejor manera de empeñarse era una ayuda recíproca. Es más fácil querer y respetar a los demás sabiendo que alguien en alguna parte está intentando hacer lo mismo. Estaba empezando a nacer una primera forma de “pacto” por el cual cada uno se comprometía en su ambiente a ser constante en el desafío de dar lo mejor de sí en las relaciones con los demás. Sin embargo, esta promesa no se limitó a ellos dos. Poco tiempo después nos la contaron y, dialogando nos identificamos todos con sus dificultades.
A ese punto, nosotros también quisimos involucrarnos en esa promesa y le agregamos algo. De hecho, encontramos un símbolo que nos ayuda a recordar cotidianamente el “pacto” y, por consiguiente, nos fortalece: una pulsera de cuerda blanca. Interiorizamos este “pacto” y lo insertamos en nuestra vida. Dado que nos ha ayudado mucho, decidimos difundirlo en nuestra ciudad contando la experiencia a todos aquellos que conocemos. A partir de ahí se activó una reacción en cadena y la noticia de este “pacto” empezó a extenderse por toda Italia. En el último mes recibimos muchas fotos y relatos de experiencias por parte de personas que adhirieron. Por lo tanto, ahora queremos invitar a quien esté interesado a que se ponga en la muñeca la pulsera blanca y empiece con nosotros este desafío. Si desean recibir mayores informaciones o bien compartir con nosotros lo que viven, las cosas lindas que les han pasado viviendo así, dando lo mejor de ustedes en cada momento, escribanos a: ilpattobraccialetto@gmail.com. Los testimonios más lindos encontrarán espacio también en nuestra revista “Teens”. De Teens online
Ago 17, 2017 | Focolare Worldwide
Constructores de paz «En la situación de grave crisis que nuestro país está atravesando, queremos ayudarnos a vivir como cristianos coherentes. En Valencia, la ciudad más afectada por los saqueos, vivimos días de confusión e histeria colectiva. Varios sectores industriales fueron saqueados salvajemente sin que los policías intervinieran. Más aún, vimos a los mismos militares que incitaban al saqueo de las tiendas, trayendo camiones y herramientas. Ciudad bloqueada, detenciones, clima de tensión, rabia y hambre. En esta situación, en familia y con otros amigos, tratamos de ser un apoyo los unos por los otros y comunicar esperanza, sin juzgar a aquellos que se llevaron de las tiendas cualquier cantidad de cosas, incluso estufas y repuestos para autos. Asistimos también a la continua intervención de la providencia que hace llegar medicinas y alimentos para familias enteras. Es impresionante el amor de Dios que cuida de sus hijos». (O.T. – Venezuela) Chef «Soy chef y me gusta pensar que la vida es un ejercicio para llegar al banquete del Cielo. ¿Tal vez Jesús no empezó su vida pública en un almuerzo de boda en Caná? ¿No participó en muchos convites, hasta la última cena, prometiéndonos un banquete final en el cual, seguramente, también los chefs como yo tendrán su lugar? En mi servicio en la cocina el objetivo no es tanto el plato en sí mismo, sino las personas que saborearán el fruto de mi empeño. Trato de no trabajar sólo para hacer carrera, ser un buen marido y un buen padre, sino por Dios». (V. – Italia) El “truco” «En el apartamento donde vivo con otros estudiantes, no siempre es fácil la convivencia, porque tienen costumbres distintas de las mías. Un día, desanimado, estaba pensando en buscarme otro alojamiento, cuando mi novia me sugirió que tomara yo la iniciativa e hiciera algo para mis coinquilinos. Ella misma me ayudó a preparar un postre. ¡Un gesto tan sencillo! Sin embargo sirvió para desbloquear las relaciones, tanto que empezó entre todos una especie de competencia para salir el uno al encuentro del otro. Ahora ya sé el “truco”: cuando se presenta alguna dificultad, puedo empezar siendo el primero en amar». (B. C. – República Checa) Verdadera pobreza «Tengo un amigo inválido que recibe una jubilación mínima y es marginado por sus hermanos y hermanas. Un día me contó: «Le compré un par de zapatos a G., cada día le brindo el desayuno en la cafetería. Ahora pienso pagarle la dentadura postiza». Diariamente él hace gestos de este tipo, sin embargo lo tachan de asocial, incluso dicen que no tiene capacidad de entender y querer. En cambio a mí me conmueve siempre la bondad de ese hombre, quien aun en sus difíciles condiciones sabe captar las necesidades de los demás. Un día me decía: «Cuando alguien sufre, yo lo siento muy parecido a mí. Poderlo ayudar me hace sentir vivo y realizado»». (T. – Italia)
Ago 10, 2017 | Focolare Worldwide
Llegando a Manila (a 60 Km) la primera sensación que se advierte al acercarse a la zona que rodea el Lago de Taal (en la isla de Luzón, en la parte septentrional del archipiélago de Filipinas) es la de una profunda paz. El visitante queda encantado ante la vista de un espectáculo único en su género: el lago, que con sus aguas llenó una antigua caldera volcánica, que tiene dentro una isla. Esta isla, a su vez, dentro de un nuevo cráter tiene un nuevo lago mucho más pequeño. Y en el centro de este pequeño espejo de agua hay un escollo. Un efecto “matrioska” de lagos, uno dentro del otro. Desde la cima del volcán, la vista se extiende hacia las verdes colinas cubiertas de bosques y prados, cultivos de piña, café, banano y una infinita variedad de flores tropicales.
En las cercanías del Lago Taal, desde 1982 esta misma sensación se respira entre las edificaciones y las calles de la Mariápolis de Tagaytay. “Paz” es la aprimera ciudadela del Movimiento en Asia. «Tengo un sueño», había exclamado Chiara Lubich aquel año, observando las colinas de Tagaytay, que precisamente aquí crezca una de las ciudades de los Focolares, que son lugares donde se vive permanentemente el Evangelio, para presentar un boceto de cómo sería el mundo si todos los vivieran. Pero la presencia de los Focolares en Tagaytay es todavía más antigua. Ya en 1966, de hecho, tuvo lugar en estos lugares un primer encuentro de personas adherentes al Movimiento. En esa ocasión, los presentes, impresionados por la belleza del lugar, pidieron que precisamente allí pudiera surgir un centro de formación, una “casa para todos”. Al año siguiente, gracias a una primera donación, ese deseo empezó a volverse realidad, tomando forma en 1975. Después, los acontecimientos y el sueño de 1982, coincidieron con la invitación que le dirigió la Conferencia episcopal filipina al Movimiento para que construyera, precisamente en las adyacencias de Tagaytay, un “escuela” para sacerdotes asiáticos. Desde entonces el desarrollo ha sido inesperado. En especial, entre las decenas de realidades que han surgido, es importante señalar una escuela para el diálogo con las grandes religiones de Asia, dirigida especialmente a musulmanes y budistas, pero también a hindúes, sintoístas. Todos los años convergen de estos lados, para experimentar la alegría de la convivencia, los jóvenes budistas de una asociación laica japonesa. Recientemente, el pasado mes de mayo, 200 miembros de grandes religiones de 13 países asiáticos distintos, participaron en la Escuela de las Religiones Orientales (SOR).
Desde su fundación, la ciudadela Paz ha asumido también un fuerte perfil social y de promoción humana, y se ha convertido en una de las sedes de la Bukas Palad Foundation, ONG sin fines de lucro, fundada en las cercanías de Manila en 1983 para responder a las necesidades sociales y sanitarias de los sectores más pobres de la población, especialmente de zonas rurales. Familias enteras, en condiciones habitacionales precarias (a menudo en casas con una sola habitación de piso de tierra, sin agua) con difícil acceso a los servicios socio-sanitarios y escasas oportunidades laborales. Bajo el tema “libremente hemos recibido, libremente donamos”, Bukas Palad (que en idioma tagalo significa “manos abiertas”) ha hecho ya un recorrido de más de treinta años, mejorando la calidad de vida de miles de personas, no sólo en el aspecto de la salud, sino también en la parte humana y espiritual, desde un enfoque integral y global, dirigido a la promoción humana y de la salud de las personas. Actualmente en la ciudadela tienen especial relevancia las empresas que adhieren al proyecto por una economía de comunión, las actividades de los voluntarios hospitalarios en varias instituciones públicas de salud, el vivo testimonio de los empleados de los medios de comunicación y las distintas iniciativas a nivel educativo. En Tagaytay las experiencias de diálogo y comunión crecen y se multiplican, como el agua del lago que se replica en otros espejos de agua. Pero los reflejos de Paz no se pueden contar.