Jun 27, 2008 | Focolare Worldwide
Tenía 6 años cuando mi mamá se fue de la casa. Somos 4 hermanos y con mi padre la vida se hizo cada vez más difícil: todos los días regresaba a la casa borracho y a menudo nos pegaba, sin motivo. Era una vida insoportable. Un día mi hermano más grande decidió ir a la policía para denunciarlo. Papá fue a la cárcel y a nosotros nos dejaron en un orfanato. En ese ambiente no encontraba paz: dificultades por doquier. Una noche nos escapamos a escondidas y por algún tiempo encontramos refugio con algunos parientes. Hasta que el asistente social me confío a una nueva familia, junto con otros dos de mis hermanos, una vez más estaba asustado… En cambio en el amor de esta nueva familia, descubrí el verdadero rostro de Dios: Dios Amor. No lo había experimentado nunca. Ahora me doy cuenta de que estos nuevos padres nos han amado “dando la vida” por nosotros, desde el primer día y siempre. Junto a ellos descubrí que el amor sanaba poco a poco todas las heridas de mi pasado. Pero ¿hacia dónde dirigir mis pasos? ¿Qué significaba para mí amar? Un día recibí una invitación y participé en un gran encuentro en Roma. Una experiencia extraordinaria, intuí que mi sed de un gran ideal, de un ideal auténtico por el cual vivir, encontraba una respuesta. Después de algún tiempo me esperaba el servicio militar, que en Grecia es obligatorio. Estaba preocupado, nuevamente me encontraría en un ambiente pobre de esos valores que estaba descubriendo. Preparando la maleta, tomé conmigo un libro de Chiara Lubich que alguien me había dado y, en las largas noches de guardia, cuando era posible, lo sacaba del bolsillo y lo leía. La luz del Evangelio que Chiara me explicaba era tan fuerte que me sostuvo también en esos meses. También yo quiero amar de este modo, sin límites, quiero aprender mejor el arte de amar y después llevarlo a mi país, a Grecia. Realmente puedo decir que “todo lo vence el amor”. (L. K. – Grecia)
Abr 9, 2008 | Focolare Worldwide
La planilla para solicitar trabajo como profesor que tengo delante de mí me dice que mi vida de estudiante se ha concluido. La casilla en la cual debo indicar la provincia escogida me pone tenso. ¿Qué será mejor: quedarme en mi ciudad del Sur, o ir a otra parte? Me están pidiendo una elección de vida. Muchos de mis colegas eligen el Norte, para tener mayores posibilidades de trabajo y para alejarse de esa realidad que con frecuencia la crónica amarillista pone en evidencia: ilegalidad, desviaciones, criminalidad. Y sin embargo, ¡hay tanto que me ata a mi ciudad! No sólo la familia, los afectos, los amigos, los intereses, si no también la esperanza de poder hacer algo por ella, yendo contra la corriente, a pesar de mis límites. Me regresa a la mente la exhortación de Chiara a las jóvenes: “morir por la propia gente…”. La idea de quedarme, arriesgando de encontrarme con menos posibilidades de trabajo y en “escuelas difíciles”, crece en mí, con un poco de inconciencia. Lo comento en casa, con mi novia, con mis colegas. Es de noche, y mañana tengo que enviar la planilla. La decisión está tomada: me quedo. En las afueras y en las zonas marginales hay más posibilidad de trabajo, no siendo lugares ambicionados. Pienso: “¿Qué puedo hacer yo en este barrio, que es zona de luchas de la camorra, donde se disparan y se matan? ¡Puedo amar! ¡Que Dios me ayude!”. Por este motivo señalo algunas escuelas “de frontera”, junto a escuelas “de élite”. Dios me hará entender dónde me quiere. Después de algunos meses me nombran por un año. Increíble, entro en el mundo de la escuela por la puerta principal, ¡con el mejor contrato! El día que me presento en la escuela las lecciones están suspendidas por actos vandálicos perpetrados la noche anterior. Comprendo en seguida que Dios me tomó la palabra: el momento de la prueba llegó. El contexto es especial, el malestar social se hace sentir. Los jornadas pasan entre momentos de desaliento en los cuales todo parece no funcionar y otros en los cuales se iluminan los ojos de los muchachos, me buscan, porque quieren superarse y prepararse para un futuro mejor; me aferro a esta esperanza, y mi sufrimiento encuentra sentido. No sé si “resistiré”, porque a veces es difícil hacer frente a los muchachos pendencieros, obtener respecto, hablar de matemática en estos contextos. Pero sé que, momento tras momento, puedo tratar de hacer entrar a Dios en las aulas; llevarlo en los regaños, en las notas, en los coloquios, en las disputas, en las explicaciones, en los silencios, en las las notas que hago en el registro. Si Dios me ha querido aquí, existe un por qué. (P.D. – ITALIA)
Feb 14, 2008 | Focolare Worldwide
Trabajo como profesor de inglés en una escuela del Cairo: la mayoría de los estudiantes son musulmanes, de familias muy ricas. Empecé a dar clases cuado se acercaba el mes del Ramadán. Como primera actividad en mis dos nuevos salones de clase, propuse que hiciéramos una decoración típica de este período. Los otros profesores, en su mayoría musulmanes, quedaron impresionados, porque sabían que era cristiano; en clase se creó enseguida, con este pequeño gesto, un bellísimo clima de amistad entre todos y decorando juntos el aula, empezaron a entender que la norma más importante habría sido aprender a querernos entre todos. El mejor examen de la clase – Había en la clase un niño que sufría de autismo: a menudo estaba ausente con el pensamiento, tenía dificultades de integración. A pesar de sus 10 años no lograba escribir, y hacía falta repetirle muchas veces cada cosa. La madre, angustiada, ya no sabía qué hacer, ya que no encontraba una escuela que se hiciera cargo de su caso. Yo trataba de quedarme con él durante el recreo, para jugar, hablar, animarlo a estudiar más en casa. Un día él, normalmente muy serio y poco expresivo, entrando en el aula me abrazó diciendo “¿te quiero Mister!”. Durante el examen del primer semestre vi que tomaba el lápiz y que escribía con rapidez y correctamente las respuestas de cada ejercicio. ¡Fue el mejor examen de la clase! Estudiantes, padres de familia, colegas: todos involucrados en la ‘competencia’ – Cada uno de los estudiantes, sintiéndose particularmente amado, para corresponder a este amor se esforzaba en aprender cada lección, haciendo las tareas lo mejor posible y trayendo trabajos complementarios por iniciativa propia. En la clase, cuando alguno terminaba primero los ejercicios, se ofrecía para ayudar a quien tenía más dificultades, creando una “competencia” de amor entre todos. Recibí muchas cartas y llamadas telefónicas por parte de los padres, que agradecían por cómo cuidaba a sus hijos y me confiaban también sus problemas personales. A menudo también los profesores venían a buscarme durante el intervalo para pedirme consejos sobre mi método pedagógico, se abrió así, con cada uno, un profundo diálogo. Al final del año, una noticia sorprendente – La premiación de la escuela me designa como el “profesor del año” por “el espíritu nuevo que ha dado nueva luz a la enseñanza” y que ahora tantos de los profesores están interesados en conocer e imitar. Un ulterior paso: como norma de las dos clases he introducido el “dado del amor”: cada mañana se tira y un alumno a la vez explica (en inglés) cómo poner en práctica la regla del día. Después, en el examen semanal, los estudiantes deben escribir sus experiencias de cómo han puesto en práctica las varias normas del dado. Un día entro en la clase y encuentro 22 cartas sobre mi escritorio: son 22 bellísimas experiencias que, por iniciativa de ellos, quisieron comunicarme: ser los primeros en amar, amar a todos, amar al enemigo… y esto durante las clases, durante el recreo, en el autobús para regresar a casa… Las llevo enseguida al director de la escuela. Al final de la mañana todos los docentes son convocados a una reunión fuera de programa: “Esta escuela tiene necesidad de un espíritu nuevo – nos dice el director – y este dado es la respuesta apropiada. A partir del próximo semestre introduciremos la pedagogía del dado del amor en todas las clases”. Todas las mañanas los profesores entran con el dado bajo el brazo, presentando a todos los estudiantes el “arte de amar”. El clima de la escuela está cambiando, no sólo entre los muchachos, pero también entre los profesores y en la relación entre la dirección y el cuerpo docente. (B. S. – Egipto)
Ene 25, 2008 | Focolare Worldwide
Dar una respuesta a la exigencia de “sabiduría”, que emerge del mundo académico y entre la gente, en una sociedad que está llegando al límite, ante una cultura dominada por la ciencia y la tecnología. Es éste el objetivo que inspira la colaboración que se prospecta entre la Liverpool Hope University y el Movimiento de los Focolares, en especial con el naciente Instituto Universitario Sophia que iniciará su actividad en Loppiano, en las cercanías de Florencia, el próximo otoño. Al respecto habla el prof. Gerald John Pillay, rector anglicano de la Universidad inglesa, la única en Europa de fundación ecuménica, en una entrevista concedida a la revista New City. Es una respuesta inmediata a una propuesta lanzada por Chiara Lubich en el mensaje dirigido a la Universidad con ocasión de la entrega del Doctorado h.c. en Teología (Divinity). El Ateneo inglés quiso reconocer el aporte dado por Chiara Lubich “A la vida de la Iglesia, a la paz y a la armonía de la sociedad, a la unificación de los cristianos de diversas denominaciones, al diálogo y a la comprensión entre las religiones”. Este reconocimiento ha sido la ocasión para profundizar el conocimiento recíproco entre la Universidad inglesa y el Movimiento de los Focolares. Chiara Lubich, en el mensaje leído el 23 de enero, durante el curso de una ceremonia pública en Liverpool, se dijo “profundamente impresionada” por la comunión de ideales caracterizados por la unidad, y auspició el inicio de una colaboración, en la que entreveía una esperanza para el futuro. La Hope University – que cuenta con más de 7000 estudiantes de varios países – quiere ser, de hecho, “una comunidad académica” inspirada en los valores cristianos, “un signo de esperanza” abierto a otros credos, comprometido con la promoción de la armonía religiosa y social, en la “vida educativa, religiosa, cultural y económica”.
La colaboración prevista por el prof. Pillay – quien al inicio de enero quiso ir, con una delegación de la Universidad, a Rocca di Papa (Roma), para entregar personalmente a Chiara el doctorado h.c. – es un proyecto todavía en fase de definición. A partir de ese encuentro han nacido las primera ideas, como afirma el rector en una entrevista concedida seguidamente a la revista New City: “Ya en los escritos de Chiara, que había profundizado con ocasión de este reconocimiento, había encontrado el sentido de la unidad y la centralidad de la fe en un modo muy estimulante e interior. Cuando nos encontramos en Roma, quedé muy impresionado por la gran sinergia entre la visión del Focolar y la Fundación Hope. Quisiéramos precisar caminos de colaboración sea entre los docentes que con los estudiantes, de modo que puedan acceder fácilmente a los programas de Hope y a los de Sophia. Aquí hay una posibilidad realmente fascinante”. En tanto representantes de la Hope University estarán presentes durante la inauguración del Instituto Universitario Sophia, una ocasión para preparar el proyecto. Ya un docente de economía del Movimiento de los Focolares ha sido invitado a intervenir, en junio próximo, en el evento Great Hope, una semana de iniciativas para jóvenes futuros líderes de varios países del mundo, promovido por la Universidad inglesa en este año en el que Liverpool es la capital europea de la cultura. Que es la Liverpool Hope University – Es una institución académica que ofrece un amplio espectro de disciplinas. Acoge a 7000 estudiantes, provenientes de Gran Bretaña y de otros países. Es una de las Universidades más recientes, pero tiene a sus espaldas una tradición de alta formación cultural de más de 150 años. La Universidad nació en el 2005, de la fusión de dos antiguos collage, uno anglicano y otro católico, a los que se unió un tercero, también católico, dando vida en 1980 a una federación ecuménica. Sobre esta base es que se desarrolla la Liverpool Hope University, sostenida por los obispos de Liverpool, Derek Worlock (católico) y David Sheppard (anglicano), ambos activamente comprometidos en el diálogo ecuménico: su lema ha sido “mejor juntos”. Ambos ven en esta nueva iniciativa cultural “un signo de esperanza”.
Ene 18, 2008 | Focolare Worldwide
El Instituto Universitario “Sophia”, nace de la intuición de la fundadora y presidente del Movimiento de los Focolares (Obra de María), Chiara Lubich. Promovido por ella y por un grupo internacional de docentes, fue erigido oficialmente por la Santa Sede mediante decreto del 7 de diciembre de 2007. Sede – El Instituto tendrá su sede en Loppiano, ciudadela del Movimiento, en Incisa in Valdarno (Florencia). A partir del curso 2008/2009 ofrecerá una especialización de dos años de duración (Master) en “Fundamentos y perspectivas de una cultura de la unidad”. En esta fase inicial contará cada año con 50 estudiantes. Más adelante se podrá cursar el correspondiente doctorado. Qué ofrece – Durante el primer año del Master se impartirán cursos comunes en cuatro áreas fundamentales: teología, filosofía, ciencias del vivir social y racionalidad lógico-científica. En el segundo año, el estudiante podrá elegir entre las enseñanzas específicas según las vertientes filosófico-teológica o político-económica. Características – Se trata de un laboratorio académico de formación, estudio e investigación con una fuerte relación a la luz del Evangelio;
una ocasión innovadora de crecimiento humano y cultural, que conjuga estudio y experiencia dentro de una comunidad de vida y pensamiento, en la que la relación entre las personas es la base de la relación entre las disciplinas. El estudio, la investigación y las clases se orientan a instaurar un diálogo constante entre los docentes y entre los estudiantes y los docentes. La consecuencia que se deriva es un tipo de enseñanza con distintas perspectivas por parte de los profesores y la activa y personal aportación de los estudiantes en la búsqueda común. Las clases teóricas estarán integradas con prácticas, visitas guiadas, encuentros con testigos privilegiados, períodos de aprendizaje o stages en varios ámbitos, en particular en puestos de compromiso profesional, cultural y social que son expresión de una “cultura de la unidad”, como, por ejemplo, las empresas de la “Economía de Comunión”. También están previstos encuentros con realidades civiles y eclesiales, con comunidades de distintas tradiciones cristianas, con exponentes de varias religiones y con representantes de las expresiones multiformes de la cultura contemporánea. Objetivo – El curso tratará de otorgar una sólida capacidad cultural, de carácter humanístico y antropológico, dando valor a los conocimientos universitarios adquiridos con anterioridad en las distintas disciplinas y promoviendo su integración con aptitudes nuevas y específicas de signo interdisciplinario, intercultural, relacional.
El objetivo del Instituto es formar líderes y académicos, preparados para afrontar el complejo mundo de hoy, con un bagaje de capacidades intelectuales y competencias interdisciplinares, interculturales y relacionales. Cuerpo docente – El Presidente del Instituto es Piero Coda, actualmente Profesor titular de Teología sistemática en la Universidad Pontificia Lateranense di Roma y presidente de la Asociación Teológica Italiana; entre los profesores residentes que desarrollarán actividades de enseñanza y de investigación sobre las principales disciplinas, se encuentran Antonio Maria Baggio, Profesor asociado de Ética social en la Universidad Pontificia Gregoriana; Luigino Bruni, Profesor asociado de Economía Política en la Universidad de Milano-Bicocca; Judith Povilus, Profesora de Matemáticas en la De Paul University de Chicago y coordinadora del grupo internacional de investigación Mathzero en el campo de la lógica formal; Sergio Rondinara, Profesor de Filosofía de la Ciencia en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma y de Ética ambiental en la Universidad Pontificia Gregoriana; Gerard Rossé, Profesor de Exégesis del Nuevo Testamento en el Instituto Mystici Corporis de Loppiano (Italia) y en el Ecole de la foi de Friburgo (Suiza). Decreto pontificio – El decreto de erección fue firmado por el Card. Zenón Grocholewski, Prefecto de la Congregación para la Educación Católica que, en la carta de acompañamiento a Chiara Lubich, subraya la novedad del Instituto “que ahonda sus raíces en la espiritualidad de la unidad y en las ricas experiencias del Movimiento”, expresando sus mejores deseos para “este importante proyecto bien enraizado en la tradición académica, pero, al mismo tiempo, audaz y con perspectivas”. Sobre este nuevo Instituto académico se ha pronunciado también el Cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, con motivo de un encuentro con los sacerdotes diocesanos focolarinos (Centro Mariápolis de Castelgandolfo, 15.01.2008), definiéndolo “un don para la Iglesia y para la sociedad de nuestro tiempo”. Ha destacado sus “objetivos de comunión”, en particular el carácter marcadamente interdisciplinario, la influencia sobre la “formación de los líderes”, y las perspectivas de incidir en los campos más variados: “político, económico, científico y filosófico”.
Ene 6, 2008 | Focolare Worldwide
“Las expectativas y las esperanzas de los últimos días se han viso ampliamente superadas. Toda la celebración se ha desarrollado en un clima de profunda comunión y de alegría. Cada intervención ponía de relieve la difícil realidad en la que la familia vive hoy y, al mismo tiempo, se veía la esperanza, la fuerza, que tiene la vida de la ‘familia cristiana’ para la Iglesia y como fundamento de la sociedad”. Así escriben desde Madrid algunos miembros del Movimiento de los Focolares que han participado activamente en la preparación de este acontecimiento junto a los Neocateumenales, San Egidio, Carismáticos, Comunión y Liberación, y otros Movimientos, en comunión con las diócesis españolas. Un acontecimiento que ha superado cualquier expectativa, también por la participación que ha alcanzado el millón y medio de personas. Las intervenciones de 5 fundadores y presidentes estas realidades eclesiales, el mensaje de Chiara Lubich, los testimonios de las familias han exaltado la belleza de la familia unida, en la que cada generación da su específica e indispensable aportación: desde los niños – numerosísimos –, a los jóvenes, a los adultos de todas las vocaciones, a los abuelos, que mostraban el valor de la fidelidad. “Impactante” el momento de conexión en directo con el Papa durante el Angelus en la Plaza de S. Pedro: un nuevo y vivo aliento para que las familias “inspirándose en el amor de Cristo por los hombres, den testimonio ante el mundo de la belleza del amor humano, del matrimonio y la familia”.