“Las expectativas y las esperanzas de los últimos días se han viso ampliamente superadas. Toda la celebración se ha desarrollado en un clima de profunda comunión y de alegría. Cada intervención ponía de relieve la difícil realidad en la que la familia vive hoy y, al mismo tiempo, se veía la esperanza, la fuerza, que tiene la vida de la ‘familia cristiana’ para la Iglesia y como fundamento de la sociedad”. Así escriben desde Madrid algunos miembros del Movimiento de los Focolares que han participado activamente en la preparación de este acontecimiento junto a los Neocateumenales, San Egidio, Carismáticos, Comunión y Liberación, y otros Movimientos, en comunión con las diócesis españolas. Un acontecimiento que ha superado cualquier expectativa, también por la participación que ha alcanzado el millón y medio de personas. Las intervenciones de 5 fundadores y presidentes estas realidades eclesiales, el mensaje de Chiara Lubich, los testimonios de las familias han exaltado la belleza de la familia unida, en la que cada generación da su específica e indispensable aportación: desde los niños – numerosísimos –, a los jóvenes, a los adultos de todas las vocaciones, a los abuelos, que mostraban el valor de la fidelidad. “Impactante” el momento de conexión en directo con el Papa durante el Angelus en la Plaza de S. Pedro: un nuevo y vivo aliento para que las familias “inspirándose en el amor de Cristo por los hombres, den testimonio ante el mundo de la belleza del amor humano, del matrimonio y la familia”.
Dejarse sorprender
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