Movimiento de los Focolares
Escocia: demos alas a la unidad

Escocia: demos alas a la unidad

20170316-05De ser un pequeño burgo medieval a uno de los principales “hub” de Gran Bretaña por el comercio transatlántico especialmente con Norteamérica. Glasgow, puerto fluvial sobre el río Clyde, se proyecta hacia el futuro, enriquecida por una vasta tradición cultural. Desde 1451 acoge a la cuarta universidad más antigua de Escocia. En esta prestigiosa sede, que formó a siete premios Nobel y escuchó a Albert Einstein explicar la teoría de la relatividad, el Movimiento de los Focolares y la Sociedad Islámica Ahl Al Bait organizaron, el 27 de febrero pasados, lección pública sobre el diálogo y la unidad entre personas de credos distintos. “Unity in God and Unity of God”, fue el título de la velada, que tuvo como invitados al Dr. Mohammad Ali Shomali, Director del Instituto Internacional para los Estudios Islámicos de Qum (Irán), quien actualmente es el responsable del Centro Islámico de Gran Bretaña y es una personalidad muy conocida en el mundo chiita, y al Prof. Paolo Frizzi, docente de Teología y praxis del diálogo interreligioso del Instituto Universitario Sophia de Loppiano, cerca de Florencia, donde coordina el Centro de Investigación y Formación “Sophia Global Studies”. Al día siguiente, el Dr. Shomali dictó una charla los miembros del Parlamento escocés. 20170316-01La amistad entre el Instituto Universitario Sophia y el académico chiita se mantiene desde hace tiempo, y, el verano pasado, dio vida a un proyecto de investigación y diálogo con el sugestivo título “Wings of Unity”, “alas de unidad”. Ha involucrado a un grupo de expertos, cristianos y musulmanes. Explica el Prof. Frizzi: «Presenté la metodología y el clima de unidad promovidos por nuestro Instituto, donde trabajamos con un enfoque académico de tipo integrado, que complementa la teoría con la aplicación y la experiencia. Por ejemplo, en el curso sobre diálogo interreligioso, somos tres profesores con formación académica y experiencias distintas, pero tratamos de desarrollar un programa común, fruto de la escucha recíproca. Es una especie de viaje de unidad en el cual “co-enseñamos” en las clases en donde también los estudiantes son protagonistas». 20170316-03Wings of Unity, explica el docente de Sophia, concretamente quiere ofrecer un espacio de diálogo en donde, por una parte, se pueda profundizar el significado de la “unidad en Dios y de Dios”, aclarando elementos comunes y diferencias; y por otro lado explorar las formas en las que se puede vivir la unidad concretamente, para sanar heridas y resolver divisiones. «Demasiado a menudo las iniciativas interreligiosas se limitan a pocos y no tienen un impacto concreto. El momento actual es delicado, tenemos que tomar en cuenta la transición hacia un incierto nuevo orden global, donde una mayor interconexión e interdependencia si conjugan con divisiones dolorosas, que fragmentan la unidad de las sociedades. Probablemente la globalización ha fracasado en su intento de construir una comunidad sostenible, así como las instituciones trasnacionales no han logrado garantizar un espacio seguro donde las culturas y las religiones puedan encontrarse, sin correr el riesgo de perder la propia identidad. Pero si bien esto es cierto, por otro lado existen experiencias y casos de compromiso y diálogo que provienen de la base y que por el contrario enriquecen las barriadas y unifican las comunidades. Parten de abajo y ayudan a comprender la unidad de la diversidad». Come dice el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium, el diálogo se realiza en un mundo que no tiene forma de pirámide (donde algunos están por encima de muchos otros) ni de esfera (sin ninguna diferencia), sino que de poliedro, donde se logra la convergencia entre todas las partes, mientras cada una mantiene su individualidad. 2017-03-16-02Sobre el tema de la identidad y la comparación intervino el Dr. Shomali: «Si reflexionamos sobre el desarrollo de las religiones, nos damos cuenta de que desde siempre existe un interrogante: cómo hacer para que las personas se mantengan unidas, convenciéndolas de que, permaneciendo dentro del recinto estamos mejor». Este concepto ha generado distancia, en cuanto no expresa tanto “quiénes somos” sino más bien “quiénes no somos”, según un modelo de identidad basado en el temor y en la exclusión. Si esto funcionó en el pasado, fue porque el mundo estaba muy segmentado, sin muchas posibilidades de encuentro entre personas de credos, etnias o culturas diferentes. Hoy no es así. En este mundo la identidad es más frágil y difusa.  Por tal motivo, argumenta el estudioso chiita, «tenemos necesidad de una nueva comprensión basada en aquello que podemos ofrecer y lo que podemos apreciar en los demás. Relacionarse con los demás es esencial. Yo no puedo ser un buen musulmán, o cristiano –o un buen iraní o escocés- si no sé relacionarme con las otras personas y contenerlas dentro de mi identidad». Por lo tanto es necesario cuestionarnos el mismo término identidad: «El cuerpo humano tiene órganos diferentes, cada uno con una función. Sin embargo, ninguno sobrevive si está aislado». Y concluye: «Cuando miro el Corán me doy cuenta de que este es el plan de Dios. En su creación y revelación, Dios nos ha mostrado la vía hacia la unidad». 

Familia: una herida que se vuelve oro

Familia: una herida que se vuelve oro

20170228-aFederico: Un italiano y una uruguaya, ¿cuántas posibilidades tienen de encontrarse? Sin embargo a nosotros nos sucedió, hace siete años, frecuentando un centro latinoamericano en Roma; yo para dar una mano en la animación, ella para hablar un poco su idioma. Nuestras miradas se cruzaron y empezamos a hacer una casa juntos. Las restricciones económicas nos llevaron a dejar la gran ciudad para ir a vivir al pueblito de mis padres, también porque estaba por realizarse uno de nuestros deseos más grandes: la llegada de un hijo. La felicidad no faltaba, pero el estrés por el nacimiento y por la rapidez del cambio de vida no nos dejaban ni respirar. Laura: Como si no fuera suficiente, mi mamá, que se hacía cargo de mi papá inválido y de mi hermano menor, se enfermó gravemente. Pensé en ir enseguida a Uruguay, al menos un par de meses, también porque, quizás, no habría tenido otra posibilidad para hacerle conocer al pequeño a mi madre. Pero mientras tanto con Federico ya estábamos viviendo en dos planetas diferentes: yo encerrada en la casa con el niño, él siempre fuera para escapar de las tensiones entre nosotros. Cuando nuestras miradas se entrecruzaron había sólo rencor, cansancio, incomprensión. «A mi regreso –le dije al irme- o nos dejamos o estaremos juntos para siempre». Federico: La distancia física llegó a ser también del corazón. Los meses transcurrían y ella no regresaba, y yo me encontré en  otro camino. Por honestidad sentí que tenía que decirle que no quería volver con ella y que quizás se podía quedar allí donde estaba. Laura: El dolor fue grande, aunque me lo esperaba. Recogí toda mi fuerza, dejé de lado mi sufrimiento y decidí regresar a Italia, aun consciente de que tenía pocas probabilidades. De hecho, cuando regresé a la casa, él no quería vivir conmigo. Federico: Un día le conté a mi hermano lo que estaba pasando y él me habló de una pareja con mucha experiencia que podía ayudarnos. La propuesta no me convenció mucho, pero al final, por el bien del niño, acepté que quizás ellos nos podrían ayudar a dejarnos sin desencadenar una guerra –me dije.  Era una tarde de finales de mayo. En el parque donde nos encontramos había cerezas maduras, todo hablaba de esperanza y de paz, pero en nuestros corazones hervían sensaciones contrastantes. La mano fuerte de ese hombre que estrechaba la mía y el rostro delicado de su esposa me provocaron un largo escalofrío en la espalda. Vi que también a Laura la impactaron. El coloquio duró media hora. La misma noche corté en seco con todo y regresé a casa. Regresando las lágrimas bañaban mi rostro, pero el alma estaba empezando a volar: ¡lo podía lograr! Vaso_oroLaura: Cuando vi que Federico regresaba no lo podía creer. La nueva cita con esa pareja era en la ciudadela de  Loppiano (Florencia), donde nos encontraremos con otras parejas amigas y otras en crisis como nosotros. En el curso, organizado por las  Familias Nuevas de los Focolares, lo primero  de lo que hablamos –casi como un juego- fue del arte japonés del kintsugi, según el cual una jarra de cerámica rota no se descarta, sino que se restaura con oro. Haciendo así se vuelve todavía más valioso. El clima nuevo que se respiraba nos regeneraba y nos dábamos cuenta de ello. Comprendimos que el oro que puede recomponer nuestra pareja es el perdón que nos pedimos el uno al otro y que encontramos la fuerza de donarnos recíprocamente. Federico: La espiritualidad de la unidad en la que está basado el curso, los consejos de los expertos, la ayuda de otras parejas: es una mezcla que refuerza nuestra voluntad de renacer como pareja y da un impulso fundamental a nuestro proceso de cambio. A partir de entonces todos los días nos declaramos que estamos dispuestos a volver a empezar, sin dar nada por descontado, esforzándonos en ponernos en los zapatos del otro. Laura: Después de dos años llegamos a tomar una decisión importante: casarnos por la Iglesia, para hacer que el amor por excelencia vele sobre nuestras vidas y siga brotando hasta el final. Ahora estamos esperando a nuestro segundo hijo que nacerá en julio. Realmente Dios-Amor ha sabido escribir derecho en nuestras líneas torcidas.    

En Nigeria una escuela se convierte en una Mariápolis

En Nigeria una escuela se convierte en una Mariápolis

20170224-03El College St. Joseph se transformó, durante tres días, en un pequeño laboratorio de fraternidad:  los jóvenes estudiantes (desde los 9 a los 18 años) vivieron codo a codo con los profesores y sus familias, pero también con muchos, jóvenes, adultos, ancianos, procedentes de otras ciudades. La Mariápolis fue organizada por los miembros de la comunidad local de Jos, pero también por otras comunidades como la de Abuja (que viajaron durante 4 horas) y Otnisa (12 horas). Participaron también algunos jóvenes de los Focolares, de Lagos. En Nigeria, país de inmensos valles, los largos viajes, que a veces representan muchos peligros, son a menudo un obstáculo. Pero eso no detuvo a nadie para asistir a la Mariápolis en el College St. Joseph. Y la escuela abrió sus portones para recibir a los jóvenes y a los no tan jóvenes, a los estudiantes, docentes, obreros. Entre los “mariapolitas” estaba también John Maigari,  ex docente y ex alumno de la escuela, hoy jubilado, que fue también uno de los responsables del Departamento de la Educación de la Diócesis. John Maigari, había experimentado hace años la vida de la Mariápolis, donde cada uno trata al otro como a un hermano y trata de amar y servir. Ahora, después de muchos años, ya jubilado, el profesor Maigari, quería que esa misma vida la experimentaran los alumnos de su escuela. Y su propuesta fue bien recibida. 20170224-01Así durante tres días, la escuela cambió de cara. Los momentos de reflexión y profundización se consolidaron con la experiencia concreta. Divididos en grupos, los estudiantes de varias edades vivieron codo a codo con los profesores y con todos los otros y compartieron las varias actividades del día: cocinaron juntos, lavaron los platos, arreglaron la sala de encuentros, limpiaron los baños y el parque de la escuela. Para alguno era la primera vez: nunca habían vivido algo parecido. ¡Incluso el director de la escuela lavó platos! En un gran libro, preparado por los estudiantes, conservaron sus palabras y sus comentarios. ¡Relata tres días de verdadera vida! Este retiro transformó sus vidas, dicen. “La unidad vivida en estos días nos ha impresionado desde el primer momento en el que ustedes pisaron nuestra escuela”. Esa unidad que las palabras de Chiara Lubich y el testimonio de los miembros de los Focolares les transmitió. 20170224-02“Me siento muy feliz y entusiasmado – escribe Nipps-, porque estos días fueron maravillosos. Hice muchas experiencias y estoy impresionado de modo especial por el amor y la unidad que el equipo de personas que organizaron el programa tenían entre ellos”. “Antes mi vida no estaba completa- cuenta Keivin- porque no sentía que Dios estaba vivo y que existe de verdad. Ahora creo de verdad en Dios” “Este retiro no es como los otros – agrega Daong-. Ustedes comieron con nosotros, durmieron en nuestro colegio”. En esta región de Nigeria, durante años, se verificaron muchos episodios de violencia entre cristianos y musulmanes: las semillas del odio están en todo el país. Los jóvenes estudiantes llevan a sus espaldas también todo esto. En la Mariápolis de Jos, pudieron comprobar que existe “otro camino”, la potencia del arma del amor de Dios y de la unidad.

Primera Mariápolis en Dubai

Primera Mariápolis en Dubai

Mariapolis Dubai_02 «Nos encontramos en estos países de los Emiratos Árabes por motivos de trabajo –cuenta Claudia-. Nuestros ambientes de trabajo a menudo se caracterizan por una fuerte competitividad, acompañada por las dificultades de la integración y a menudo con falta de tiempo para relaciones interpersonales sencillas y auténticas. La Iglesia católica en Dubai es viva, joven, alegre y sin complejidades. En la misa cotidiana, con más de 2000 fieles –en su mayoría filipinos, paquistaníes e hindúes- hay mucha participación y gran recogimiento. También en nuestra comunidad local somos todos extranjeros y tratamos de dar testimonio evangélico en los distintos ambientes donde nos movemos, llevando el amor y la unidad a nuestro alrededor. Somos muchos los que  vivimos la espiritualidad de la unidad que hemos conocido en nuestros países de origen. Y tratamos de proponerla a nuestros vecinos como remedio ante la vida frenética e individualista que se vive aquí. Para nosotros es de fundamental importancia el encuentro mensual de la Palabra de Vida. La leemos juntos, tratamos de profundizarla y compartimos las experiencias que surgen al ponerla en práctica. La visita de  María Voce y Jesús Morán, en enero de 2016, en una escala de su viaje a India,  ha dado un nuevo impulso a nuestra exigencia de llevar a muchos el ideal de la unidad, permaneciendo en red entre todos». «Por eso fue natural involucrar a todas las personas con las que estamos en contacto a que participaran y vivieran la experiencia de la Mariápolis que preparamos con tanto esmero – explica Amjad –. El 27 y 28 de enero pasado, 65 personas provenientes de 12 países (4 de Medio Oriente, también de Pakistán, Filipinas, Brasil, Japón, Italia y Camerún), nos dimos cita en Ras Al Khaimah, un Emirato cerca de Dubai, para vivir nuestra primera Mariápolis en estas tierras. ¡La emoción era grande! A algunos les parecía realmente un sueño finalmente encontrarse después de tanto tiempo. Fuimos acogidos en la parroquia del Padre Willy, quien es originario de Filipinas. El título elegido: “Unity in diversity” (“Unidad en la diversidad”), reflejaba muy bien la realidad y los desafíos que todos vivimos». «Me impresionó mucho –escribe una joven de India- lo que escuchamos de Chiara Lubich sobre la “técnica” para construir la unidad. Ahora quiero ponerla en práctica». Y una mujer filipina agrega:  «Descubrir que Jesús, en el momento en el que se siente abandonado por el Padre, puede convertirse en “clave de unidad” en la medida en que trato de imitarlo, me ha llenado de esperanza». En un clima de gozo se compartieron alegrías y dificultades, tanto en los encuentros de grupo como en la sala, y las exigencias de una vida compartida con los demás. Hubo momentos de juego, de oración, una velada “intercultural” con un programa recreativo: canciones, videos, representaciones, danzas… que involucraron a todos.  «Se  dedicó especial atención al programa dedicado a los niños; varios de ellos no querían volver a sus casas…», cuenta Claudia. «Fue como un “oasis” –explica Amjad- donde cada uno encontró a una familia con la presencia espiritual de “Jesús vivo”. «En estos días volvió a despertar en mí la llama de este ideal que conocí hace tantos años –confesó un brasileño-; ahora quiero donar este ‘fuego’ a otros». «En la conclusión nos parecía –escriben Mía y Michel- que quienes regresaban a sus países o a los Emiratos como Omán, Qatar, Baréin, llevaban un “pedazo de la fraternidad” vivida en la Mariápolis. En cada uno era evidente  el deseo de seguir viviendo así en los propios ambientes, llevando a todos la esperanza. Ahora, a través de los medios de comunicación, nos mantenemos conectados formando una red viva, tratando de ayudarnos los unos a los otros, abiertos a todos».  

Uganda: ensayos de Economía de Comunión

Uganda: ensayos de Economía de Comunión

RitaEntre los 1200 empresarios y estudiosos de Economía, que fueron recibidos por el papa Francisco, el pasado 4 de febrero, a 25 años del comienzo del proyecto de una Economía de Comunión (EdC), está también Rita Najjingo, joven empresaria ugandesa. Su país cuenta con 73% de jóvenes entre 18 y 30 años, de los cuales el 47% está desocupado. «Muchos de ellos tratan de iniciar pequeñas actividades productivas – nos informa Rita-, pero por falta de capital y escasa capacidad de gestión, sus empresas fracasan recién nacidas». La idea de la EdC, que llegó también al continente africano en estos años, apareció en seguida como una posible solución. En 2015 algunos empresarios y estudiosos ugandeses participaron en un Congreso en Nairobi (Kenia) para conocer este proyecto económico que prioriza a la persona. Volviendo a Uganda hablan con las comunidades locales sobre el tema y nacen las primeras iniciativas: en Ibanda, en la parte occidental del país con una forma de micro-crédito comienzan apoyando la vuelta a la escuela de un joven que había estado encarcelado; en Lira, en el norte, de la misma manera se logra construir una casita para una señora anciana; más adelante, se comienza una plantación de ajo y así otras cosas. «En Kampala – cuenta Rita- tuvimos la idea de involucrar a los empleados de un Centro de Salud cercano a los Focolares, quienes poseen una fuente segura de ingresos. La idea de poder conceder préstamos a quienes querían comenzar una actividad económica  pero que no disponían de suficiente capital, gracias a la comunión de sus ahorros, los entusiasmó. Un experto realizó con ellos un curso de una semana y después nació una asociación de ahorro y préstamo. 20170220-01En general, el importe que se da como préstamo no es nunca superior al triple del capital que los solicitantes disponen. La devolución del mismo comienza después de cuatro semanas, dejando un pequeño porcentaje para el incremento del capital social. En tres meses la deuda queda completamente saldada. Al conceder un préstamo el grupo promotor se informa sobre el tipo de negocio que los interesados quieren desarrollar, dándoles las sugerencias adecuadas y acompañándolos en los primeros pasos.  En el transcurso del tiempo se constituyó una plataforma de expertos en administración para poder ofrecer una consultoría sobre gestión empresarial, mercadeo y sustentabilidad. Uno de ellos pidió el préstamo para elaborar bolsas artesanales, otro joven para comprar una moto para luego rentarla y hacer él mismo de transportista. Después, con un segundo préstamo y con la venta de la vieja moto, compró una más moderna. Ahora trabaja en compra-venta de motos usadas, y le da trabajo en su taller a otros dos jóvenes. Un miembro de la comunidad invirtió el préstamo en la adquisición de plantas de sésamo que revende para variados usos alimenticios. También él ha podido contratar a unos jóvenes que lo ayudan en el reparto de mercadería y en la compra de la misma, favoreciendo así a los productores. Con esta iniciativa de los préstamos – sigue Rita- también yo logré crear una sociedad registrada legalmente que se ocupa de papelería y proveeduría a las oficinas. Después de haber saldado el primer préstamo, pedí otro para ampliar la actividad ofreciendo el servicio de transferencia de dinero. Actualmente tengo cuatro centros de asistencia que dan trabajo a cuatro jóvenes señoras, de las cuales tres son madres solteras». Una moto, una casita, ajo, sésamo, son pequeños signos en los cuales el papa Francisco ve la semilla del cambio, como dijo en su discurso a los presentes de EdC: «… los cambios en el orden del espíritu y por lo tanto de la vida no están vinculados a los grandes números. El pequeño rebaño, la lámpara, una moneda, un cordero, una perla, la sal, la levadura: éstas son las imágenes del Reino que encontramos en el Evangelio. No es necesario que seamos muchos para cambiar nuestra historia, nuestra vida» (4 de febrero de 2017, Aula Paolo VI).    

Un Padre Blanco en África

Un Padre Blanco en África

Preghiera.jpg1Estaba terminando los estudios secundarios. Desde pequeño, cuando escuchaba las historias de un tío que era misionero en Congo, me sentía fascinado por África. No me gustaba el estilo de vida burgués de la sociedad belga, ante la pobreza y las injusticias sociales difundidas en el mundo. Me interesaba el pensamiento de Julius Nyerere (quien está en proceso de beatificación, ndr), el primer Presidente de Tanzania. Su concepto de Ujamaa (que en suajili quiere decir ‘ser familia’) fue la base de las políticas de desarrollo económico-social que después llevaron a Tanzania a la independencia de Gran Bretaña y a la construcción de una pacífica coexistencia entre tribus y grupos étnicos. Su pensamiento se basa en la tradición africana y en el ejemplo de las primeras comunidades cristianas que relatan los Hechos de los Apóstoles. Pedí ingresar en la Orden de los Padres Blancos, no tanto por un discernimiento vocacional, sino porque trabajaban en Tanzania. Acordamos que iría durante un año para conocer. Llegando a su casa, cerca de la Universidad de Lovaina (Bélgica), sin que ellos lo supieran empecé a formar parte de un grupo maoísta de extrema izquierda. Organizábamos actividades en favor de los países del tercer mundo y por la independencia de Angola y Mozambique. Durante una manifestación, la policía encontró mi nombre en uno de los volantes y vinieron a interrogarme. Pensé que para mí sería mejor cambiar completamente de camino. Además me sentía desilusionado de mis amigos, porque sólo yo estaba pagando el precio de nuestras acciones. En cambio, el director espiritual me invitó a quedarme y a conocer un grupo de estudiantes que se reunía mensualmente donde ellos. Los había entrevisto, me parecía que estaban en las nubes, hablaban de Jesús y del Evangelio. Pero acepté. La primera vez que participé en un encuentro escuché en silencio. Contaban cómo trataban de poner en práctica el Evangelio. Al final me preguntaron qué pensaba. «El Evangelio existe desde hace dos mil años y el mundo todavía está lleno de injusticias, de explotación y de opresión». «Si quieres cambiar el mundo, empieza por ti mismo», me contestó uno de ellos. No supe qué contestar. «¿Por dónde?», pregunté. Me dio la Palabra de Vida de ese mes: «No juzgues y no serás juzgado». Al día siguiente, por más que lo intenté, descubrí que siempre estaba juzgando a los demás. No podía. Regresé para decirles que era imposible no juzgar. Me exhortaron a no desanimarme y a volver a intentarlo después de cada fracaso. Regresando a casa, recé a Jesús Eucaristía: «Si Tú quieres que yo viva así, ayúdame, porque solo no puedo hacer nada». Terminado el año académico, estaba seguro de que los Padres me dirían que regresara a mi casa. Sin embargo me dijeron que habían notado un cambio en mí y que, si quería, podía empezar la formación para ser sacerdote. A través del contacto frecuente con esos jóvenes, los gen, que vivían la comunión de bienes entre ellos, y con la ayuda del responsable de los Focolares de Bélgica, encontré mi camino y llegué a ser misionero. Vivir por los demás me daba una gran alegría y así descubrí el gran ideal de la unidad de Chiara Lubich y del Movimiento. Antes de partir para África, en el ’82, fui ordenado sacerdote. El desafío más grande ha sido buscar un diálogo profundo con la población del lugar, practicando el arte de “hacerse uno”. Estudié su idioma y la cultura local, para apropiarme de las costumbres de la gente. Experimento que, a la luz del Evangelio, todo lo que es bello, bueno y verdadero se eleva, el resto poco a poco desaparece.