Sep 20, 2016 | Focolare Worldwide
Desde el 22 al 25 de septiembre, se celebrará el “Forum Mundial por la Paz” en Brasil, en la ciudad de Florianópolis. http://worldpeaceforum.org/events/world-peace-forum-2016/ La ceremonia de apertura será transmitida en streaming el 22 de septiembre a las 18:00 hs. (de Brasil). Para seguir la trasmisión LIVE: http://live.flars.net/worldpeaceforum2016 Quien desee seguir la conferencia que los jóvenes del Forum llevarán a cabo con jóvenes de todo el mundo, el 23 de septiembre a las 11:15 hs. (de Brasil), puede inscribirse aquí: worldpeaceyouth.org/registration
Sep 20, 2016 | Focolare Worldwide
He prevista la llegada a Roma de una delegación de 40 personas, procedentes de Camerún, con nueve Fon, (Reyes) nativos del pueblo Bangwa de Lebialem, Camerún sur/oeste (Fon-Fontem, Fon-Nwametaw, Fon- Nwangong, Fon-Esoh Attah, Fon-Akum, Fon-Lewoh, Fon-Nkar, Fon-Bamenda y Fon-Douala), acompañados por Mafuas (Reinas), dos alcaldes y notables de sus reinos. El Motivo de su viaje a Italia es celebrar el Jubileo de la Misericordia con el papa Francisco y dar gracias a Dios por el 50° aniversario del primer encuentro entre el pueblo Bangwa en Fontem y el Movimiento de los Focolares. Esta “peregrinación” comenzará en el Vaticano saludando al papa Francisco durante la audiencia general del miércoles. Los Fon (Reyes) podrán saludarlo en nombre de toda la delegación y de sus pueblos, ofreciéndole regalos típicos de su cultura y dándole las gracias por lo que la Iglesia ha hecho por sus poblaciones. Los días siguientes serán huéspedes del Movimiento de los Focolares y visitarán los lugares donde nació, vivió y está enterrada Chiara Lubich: Trento, Loppiano (Florencia) y Rocca di Papa (Roma). En efecto, fue ella, con los Focolares quienes dieron respuesta a la oración del pueblo Bangwa, que llegó a ella a través de monseñor Peters, obispo de Buea, a inicios de los años ‘60, cuando la endémica enfermedad del sueño y otras enfermedades tropicales provocaban una tasa de mortalidad infantil del 90%, amenazando con la extinción de la población.
Hoy en día, estas enfermedades han casi desaparecido y el hospital, con los consultorios externos, laboratorios, sala de operaciones, reparto de medicina interna masculina y femenina, sala de cirugía, maternidad, pediatría y el nuevo reparto de enfermedades infecciosas, representan un centro de excelencia en el cuidado de la población de toda la región. A principios de los años ‘70, también se construyó una central hidroeléctrica, una carpintería, una guardería y un colegio, con más de 500 estudiantes, una de las instituciones preuniversitarias más prestigiosas de Camerún. Estos 50 años de compromiso evangélico, fundado en los hechos, han involucrado a toda la región de Lebialem valorizando la cultura de este pueblo; en el don recíproco, muchos han acogido el mensaje cristiano en su vida personal y social. A lo largo de los años, fruto de la labor conjunta con misioneros y religiosas de varias congregaciones, se han creado varias parroquias, la diócesis de Manfi, otras escuelas y estructuras públicas y administrativas del Estado. Esta historia es el bagaje que la delegación encabezada por los nueve Fon trae. Una historia por la cual se sienten obligados a dar gracias a Dios y a “Mafua Ndem Chiara Lubich” (reina enviado por Dios) como el pueblo Bangwa le gusta llamarla.
Está prevista una reunión de la delegación Bangwa con la prensa, el miércoles 21 de septiembre a las 12:30 (después de la audiencia con el papa Francisco) en la sala J.H. Newman, de la Universidad Urbaniana.
Ver video: General Hospital, Fontem Fuente: Comunicado de prensa
Sep 14, 2016 | Focolare Worldwide
«Cuando me propusieron ir a visitar las comunidades de los Focolares en Gabón, busqué en Google Earth para descubrir en qué punto del continente africano estaba. Se trata, de hecho, de un pequeño país del cual se habla poco o nada. Y en cambio, hay pocos lugares en el mundo tan hermosos como éste, tan ricos en recursos naturales (petróleo, maderas nobles, bosques, especies en extinción todavía presentes, parques naturales, 800 km de costa, ríos, un mar de ensueño …). Y no digamos de la gente: menos de 2 millones de habitantes de 40 diferentes etnias, cristianos, animistas y musulmanes, acostumbrados a convivir pacíficamente y – ¡esto debo decirlo! – con una capacidad de acogida inclusiva extraordinaria, que he podido experimentar en primera persona. Hoy Gabón se encuentra en una complicada situación política, después de las elecciones del 27 de agosto y desde que se anunció la victoria de uno de los dos candidatos a la presidencia. Por parte de muchos, ya sea desde el interno del país como de la comunidad internacional, existe una fuerte demanda de transparencia en cuanto a hacer públicos los resultados de cada región y no sólo el resultado final – como prevé la Constitución gabonesa –. En este caso concreto, de hecho, el resultado no convence a una gran parte de la población, que ha salido a las calles tanto en Libreville (la capital), como en Port-Gentil (ciudad industrial). Todas las manifestaciones han sido contenidas y reprimidas, lamentablemente con el resultado de un impreciso número de muertos y con muchos arrestos. Bloqueados los medios de comunicación no oficiales y las redes sociales, he encontrado dificultad para tener noticias de los amigos, con quienes compartimos días inolvidables a la luz del Evangelio vivido. Han sido ellos los que han logrado comunicarse para decirnos que están bien y en qué situación se encuentran: “¡Gracias por interesarse por nosotros! – escriben desde Libreville – Lamentablemente es verdad que el País está viviendo una situación de violencia postelectoral. La tensión es fuerte y se nos ha aconsejado que hagamos acopio de agua y víveres necesarios y que nos quedemos en casa. Ha habido saqueos de supermercados. La comunicación está controlada por el gobierno y tenemos la posibilidad de conectarnos a internet por breve tiempo y sólo desde las 8 de la mañana hasta las 14 horas; por otra parte, han sido bloqueados los servicios de mensajes instantáneos y las redes sociales como facebook, whatsapp, etc. Los militares están muy presentes en las calles. Una confusión total después de la proclamación de los resultados electorales, en este país libre y democrático… Estamos todavía esperando el anuncio por parte de la Corte Constitucional y es posible que haya otros desórdenes. La gente teme por el futuro próximo de Gabón”. He recibido también noticias de Port-Gentil: “Estamos bien, gracias a Dios. Desde el 31 de agosto el acceso a Internet es limitado y complicado. Esperamos que se reactive pronto porque es un instrumento demasiado importante para la comunicación. Toda la semana pasada nos quedamos encerrados en casa, y era imposible salir a causa del caos total que había invadido las calles de Port-Gentil y de otras muchas ciudades del País. En estos momentos sentimos la importancia de la oración”. Antes de dejarnos habíamos sellado un pacto entre nosotros: nos comprometimos a ser constructores de paz, unidad y diálogo con todos, cada uno en el propio ambiente de trabajo y en el familiar. Ahora más que nunca es el momento de actuarlo. Nos sostienen las palabras que Papa Francisco ha dirigido ayer, 11 de septiembre, a los presentes en la plaza de S. Pedro y al mundo entero: Encomiendo al Señor a las víctimas de los enfrentamientos y a sus familiares. Me uno a los obispos de ese querido país africano para invitar a las partes a rechazar todo tipo de violencia y a tener siempre como objetivo el bien común. Animo a todos, en particular a los católicos, a ser constructores de paz en el respeto de la legalidad, en el diálogo y en la fraternidad.».
Sep 12, 2016 | Focolare Worldwide
Las noticias que llegan de Venezuela no son precisamente reconfortantes. Por el contrario, el país latinoamericano parece no sólo estar agotado, sino también dividido. En este contexto, las comunidades de los Focolares se comprometen en favor de la reconciliación y de la solidaridad, compartiendo todo lo que tienen. La comunidad de Colinas de Guacamaya (Valencia), después de preguntarse cómo vivir en tiempos de una crisis social, política, económica que está alcanzando los más altos niveles, responde redoblando el compromiso en poner en práctica el mandamiento nuevo del Evangelio, el del amor recíproco, empezando por los pequeños actos cotidianos. Escribe una de ellos: «Hoy, mientras estaba comprando en el supermercado 12 rollos de papel higiénico, pensé en los de nuestra comunidad que, como muchos otros aquí en Venezuela, aun teniendo la plata para comprarlo, no logran conseguirlo en ninguna parte. Llamé a una amiga que, feliz de mi gesto, me pidió que lo comprara también para ella. A su vez me preguntó si necesitaba algo, y yo pude decirle que en casa necesitábamos jabón. “Ah – me contestó ella –, ese te lo doy yo; no sólo, te llevas también un plátano que me acaba de traer mi hijo”. Una vez más pude comprobar que, si el amor circula, se cumple la promesa de Jesús “den y se les dará”». Gestos simples, pero también extremos, si se piensa que por un mango robado, hay quien llega a matar. Otra señora cuenta: «Al inicio del día, encontré a una persona que buscaba aceite para cocinar y, como yo tenía, lo compartí con ella; poco tiempo después encontré a otra que necesitaba una inyección, así se la hice con mucho cuidado. Más tarde una mujer tocó a mi puerta: su hijita tenía una fuerte gripe y le hacía falta un nebulizador que, por suerte, yo tengo, más aún ya son muchos los que lo utilizan. Pasando delante de la casa de una amiga aproveché para pedirle si necesitaba algo: “Sí, un poco de detergente para la ropa”, me contestó. En seguida volví a mi casa, tomé el mío y le di a ella la mitad. Como mi marido trabaja de noche, a una cierta hora llegó alguien de la comunidad para acompañarme. Recibí un gesto solidario y yo aproveché para preparar la cena, consciente de que alguien no tiene comida suficiente. Antes de dormirme, dando una mirada al día que acababa de terminar, advertí una gran alegría: vivimos el uno por el otro y juntos nos ayudamos a vivir el Evangelio. Mañana tendré una nueva oportunidad de reconocer en cada persona que me pasa al lado, una presencia especial de Dios». Los problemas del país son de tales dimensiones que estos relatos cotidianos pueden parecer ingenuos o también insuficientes, pequeñas gotas en un océano. Y se esperan respuestas a nivel político, económico y social lo más pronto posible. Madre Teresa de Calcuta afirmaba que “lo que nosotros hacemos es sólo una gota en el océano, pero si no lo hiciéramos el océano tendría una gota menos”. Parece ser que ésta es también la convicción de esta pequeña comunidad venezolana.
Sep 10, 2016 | Focolare Worldwide, Senza categoria
El 14 de agosto, gran fiesta en José C. Paz (a unos cincuenta Km. de Buenos Aires, Argentina), para celebrar el 10º aniversario de la inauguración de la sede que acoge las actividades del proyecto social “Juntos por el Barrio”, un centro social destinado especialmente a los niños y adolescentes del barrio y a sus familias. Si bien es verdad que el edificio cumple diez años, no hay que olvidar que las actividades del proyecto se iniciaron mucho antes y, como a menudo sucede, fueron suscitadas por la gente que vivía en el barrio desde hace tiempo. Cuando Francisco, el Papa argentino, invitó a ocuparse de las periferias, probablemente pensaba en asentamientos como el barrio donde se erige este centro social. Se trata de un conjunto habitacional que se formó de modo desordenado, a espaldas de otras construcciones. Está constituido por núcleos familiares llegados allí en busca de fortuna, una fortuna que lamentablemente no encontraron porque ni siquiera allí existía. La desocupación imperante los ha hecho todavía más pobres y vulnerables de sufrir todas sus consecuencias: marginación, alcoholismo, droga, violencia, prostitución. Son peligros que amenazaban también a muchos niños y adolescentes que pasaban casi todo el tiempo en la calle.
Desde 1999, algunos habitantes ‘históricos’ del barrio, apoyados por los Focolarinos, que tienen un centro de congresos en sus aledaños, se pusieron a trabajar para hacer algo por los recién llegados. Lo primero que hicieron fue evaluar cuál era la demanda más fuerte que emergía del barrio. Y ésta era: poder disponer de un lugar de acogida diurno para niños y adolescentes, que permitiera sacarlos de la calle. Así nació el proyecto “Juntos por el Barrio”. En una sencilla sala inició la primera actividad de apoyo escolástico. Visto el éxito de la iniciativa (en parte financiada con el apoyo a distancia de AFN onlus), las ideas se multiplicaron en otras tantas iniciativas. Y con donaciones provenientes también del extranjero, se construyó un edificio donde realizar estas actividades, el cual muy pronto se convirtió en punto de encuentro y de referencia para todo el barrio.
Era justo, pues, festejar, también porque el barrio está cambiando realmente su aspecto. En el centro “Juntos por el barrio”, se realizan actualmente muchas actividades, la mayor parte de ellas dirigidas a los menores, pero también a personas de todas las edades: integración nutricional, prevención sanitaria, alfabetización, talleres de serigrafía y artesanía, cursos para jardineros, peluqueros, sastres, actividades lúdicas. Se da de esta manera un apoyo a más de 70 familias, mientras cada semana el centro es frecuentado por un promedio de 200 personas. 220 personas estuvieron presentes en los festejos del 14 de agosto, entre las cuales se contaba un centenar de niños que desbordaban alegría por todos los poros. Todos se sentían protagonistas, no sólo de la fiesta sino también de su propio rescate, porque quizás se sienten ‘parte’ de un proceso donde, más que el dar y el recibir, lo que se pone de relieve es la reciprocidad.
https://vimeo.com/180291011
Sep 7, 2016 | Focolare Worldwide, Senza categoria
«Provengo de la provincia de Nápoles y vengo de una familia sencilla. Mi padre, ministro extraordinario de la Eucaristía, tenía confiados los enfermos y los pobres del pueblo que de alguna forma se habían convertido en casi familiares nuestros. Tenía 14 años cuando mi papá nos dejó debido a un tumor. Él tenía cuarenta años. El dolor fue fuerte: entonces no era verdad que Dios se ocupaba de nosotros, como él me había siempre dicho. Me concentré tenazmente en el estudio. Mi objetivo era ganar mucha plata y construir una casa que fuera sólo mía. A los 20 años Dios se asomó una vez más en mi vida: un grupo de amigos me invitó a un encuentro del cual, honestamente, no recuerdo nada. Lo único que me impulsó a buscarlo nuevamente fue la alegría que veía entre ellos y que yo no tenía. Estudiaba, era muy capaz, tenía muchos amigos, pero no era feliz como ellos. Quería comprender mejor quién era este Dios del cual ellos hablaban y, después de un par de años, quería saber también qué hacer con mi vida. Conocí a mi congregación casi por casualidad. Confieso que no tenía una buena opinión de las religiosas. En mi ambiente, el convento es visto como un refugio del mundo. ¡No podía por lo tanto ser ese mi camino! Yo soy radiosa, alegre, me gusta estar con la gente, estudié, tuve también algunos novios. Pero en esta familia religiosa encontré el amor de mi vida, Dios, de quien no pude escapar. Esa era la casa que había deseado tanto cuando era adolescente, pero con algo más: no estaba sola, tenía otras hermanas, que, como yo, amaban a Jesús. Mi familia religiosa – las Hermanas Franciscanas de los Pobres- se encontró con el Movimiento de los Focolares a finales de los años sesenta. Vivía un momento de fuerte dolor por algunas dificultades internas en la Congregación, y no sólo eso. Nuestro carisma – ver a Jesús pobre y curar sus llagas- en contacto con la espiritualidad de la unidad asumió una nueva luz y el Evangelio con su mensaje de amor recíproco era la respuesta a todo ese dolor. Las hermanas dieron vida al Centro juvenil, para que las chicas pudieran comprender qué hacer con su vida. Después, volviendo a la fuente de nuestro carisma, comprendimos también que los pobres no son sólo los enfermos, sino que están en cada sufrimiento que atraviesa el corazón del hombre.
Hoy en Italia nos ocupamos de las personas que no tienen vivienda fija, de las mujeres que deciden salir de la situación de trata, de los emigrantes. Trabajamos con Caritas. Ofrecemos nuestra ayuda y consejo también en el ámbito familiar: nuevas uniones, separaciones y divorcios; ofrecemos nuestro servicio en las cárceles y a los menores de edad, etc. En estos últimos seis años trabajé como educadora en Messina – me recibí en Ciencias de la Educación –en una comunidad terapéutica para chicos bajo la jurisdicción del Tribunal de menores. Iba allí por ellos, para que descubrieran la importancia que ellos tenían en la sociedad. A menudo me decían: “Cuando estás con nosotros hay algo hermoso, bueno, ¿tal vez esto es Jesús?” Recientemente, con un contrato por tiempo indeterminado, llegó también un pedido de parte de mis superiores: un traslado a Filipinas para trabajar en las cárceles y con los chicos de la calle. La experiencia que maduré en estos años puede ser útil allí. Ya le dije que sí a Dios y no quiero echarme atrás justo ahora. En septiembre partiré por seis meses, para ver si puedo prestar mi colaboración en aquella tierra»