
Foto: www.afnonlus.org
«Hagamos nuestro el lema: “Amar con los hechos” (1 Jn 3,18). Jesús quiere hechos, quiere un amor hacia el prójimo que sea servicio concreto. Él mismo fue un modelo para nosotros con el lavatorio de los pies, por ejemplo.
Amar con las obras. Sabemos que podemos hacerlo […] durante todo el día:
una acción concreta en favor de un hermano, otra acción en favor de otro o de otros, y así sucesivamente. […]
Entonces, al final de la vida, por estas acciones concretas, Jesús nos dará un premio proporcionado. Si ni siquiera un solo vaso de agua ofrecido a Él en el prójimo quedará sin recompensa (Cf. Mt 10,42), ¿qué será si damos muchos vasos de agua? […] Me ha impresionado saber […] que personas de nuestro Movimiento han promovido espontáneamente en el mundo,
más de 200 obras o actividades en favor de los hermanos que se encuentran en distintos tipos de necesidad. Son obras de caridad en favor de enfermos, ancianos, desempleados, discapacitados; de personas solas, de estudiantes extranjeros; obras en favor de niños con problemas, de personas sin casa, de encarcelados, de toxicodependientes, de alcohólicos; son cursos de promoción humana y de catecismo; iniciativas en el campo de la economía, del trabajo, de la educación; son acciones en favor de todas las necesidades de los Países en vías de desarrollo, u originadas por calamidades naturales… He alabado a Dios porque ya desde los primeros años del Movimiento las, así llamadas, obras de misericordia fueron para nosotros, como nos sugería el Evangelio,
condición imprescindible para un buen examen final y, por tanto, para una buena conclusión del Santo Viaje de la vida. En esta Conexión querría sugerirles que tomen en consideración una de estas obras, que la tengan en el corazón de una manera especial, que se interesen por ella, que ayuden a que se desarrolle, que la impulsen con los medios que estén a su alcance, que se sientan corresponsables de ella. […]
Miremos a nuestro alrededor. Habrá actividades y obras concretas suscitadas en el
Movimiento “Humanidad Nueva” o por
“Jóvenes por un Mundo Unido” o por
“Familias Nuevas” o por el
“Movimiento Parroquial”. Estarán en sus Zonas o en otras. Vean cómo ponerse en contacto, quizás consultando con sus responsables. Acérquense a ellas con delicadeza, sin descomponerlas, sino sólo con el deseo de servirlas, aunque sea sólo con su oración. […] Entonces, así:
amar con las obras y dar una mano a alguna de ellas. Que, por nuestro amor concreto y también por esa obra en particular, el Señor pueda repetir, refiriéndose a cada uno de nosotros: “Vengo pronto y traigo mi recompensa conmigo, para pagar a cada uno según sus obras” (Ap 22,12)».
Chiara Lubich, Rocca di Papa, 12 de mayo de 1988 De CHIARA LUBICH – Buscando las cosas de arriba – Ciudad Nueva 1993 – págs. 94-96.
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