
Card. João Braz De Aviz, Jesús Morán y Maria Voce, co-presidente y presidente de los Focolares
El 27 de enero, día de la Memoria, en el que el mundo recuerda la tragedia de la Shoah y todas las otras que siguen ensangrentando el planeta, la catedral de Frascati estaba rebosante, a pesar del horario y de ser un día de trabajo. Y precisamente para que “la humanidad y la historia puedan conocer un nuevo desarrollo de la paz”, es que María Voce auspicia el reconocimiento de la ejemplaridad de Chiara Lubich. Sí, porque “a su mirada y su corazón los movía un amor universal, capaz de abrazar a todos los hombres más allá de cualquier diferencia, estando siempre proyectados a realizar el testamento de Jesús ‘Que todos sean uno’”.
Un largo y prolongado aplauso puso de manifiesto el agradecimiento al papa Francisco, por su mensaje en el que exhortaba a “dar a conocer al pueblo de Dios la vida y las obras de aquella que, acogiendo la invitación del Señor, ha encendido para la Iglesia una nueva luz en el camino hacia la unidad”. María Voce, en nombre del pueblo de los Focolares aseguró “el compromiso de seguir difundiendo esa nueva luz que el Papa ha indicado” refiriéndose a la figura de Chiara.
La directa streaming permitió que se pudiera seguir en evento, con traducción simultánea en inglés, francés, portugués y español. Fueron más de dieciocho mil las conexiones simultáneas, en algunos puntos se reunieron incluso cientos de personas (como en la Mariápolis Ginetta, en Brasil o en la ciudadela de Loppiano en Toscana – Italia).
“La tarea que nos espera no es fácil”, declaró el obispo de Frascati, Mons. Rafaello Martinelli, “pero es un servicio que queremos dar a la Iglesia para ofrecer un testimonio de fe, esperanza y caridad mediante la obra y la vida de una de sus hijas”.
Había gran internacionalidad entre los presentes. Empezando por los cardenales Tarcisio Bertone, Ennio Antonelli, Joao Braz De Aviz, Miloslav Vlk; entre los obispos estaba Carlos Tissera de Argentina y Brendan Leahy de Irlanda; y en la presencia ecuménica, el Arquimandrita Simeon Catsinas, de la Iglesia ortodoxa de Roma en representación del Patriarcado ecuménico de Constantinopla, y el padre Gabriel, párroco rumano-ortodoxo de Rocca di Papa, quien fue enviado por el obispo rumano-ortodoxo de Italia, Mons. Siluan.
Entre los amigos de Chiara Lubich estaban presentes fundadores y representantes de otros Movimientos. No quiso faltar el mundo musulmán, dando así un testimonio de la voluntad de diálogo que se mantiene en este momento tan crítico, a través del director del Instituto Tevere Cenap Mustafa Aydin, de Turquía. Desde Japón, en representación del movimiento Rissho Kosei-Kai, participó el Dr. Mizumo. Con la banda tricolor italiana estuvieron presentes varios alcaldes de los municipios limítrofes, una delegación de Trento, la ciudad natal de Chiara, y un grupo de familiares de la Sierva de Dios.
“Chiara habla de vivir el Evangelio y de ser fieles a Dios”, dice João, un joven brasileño, “pienso que no podemos ser fieles a Dios si no apuntamos a la santidad, que es lo que Dios quiere”. Y Francesca, de 13 años: “Chiara me impresionó por su gran fe que podría ser difícil que llegara a los adolescentes, en cambio ella nos la comunicaba con una simplicidad estupenda”.
La ceremonia. Una serie de actos jurídicos dieron inicio a la causa de canonización, pero, como subrayó el obispo de Frascati –“queremos transformarlos en una meditación”, por eso la ceremonia se abrió con el rezo de las vísperas. En un clima solemne se cumplió con los procedimientos de instalación del tribunal, empezando por la lectura del “supplice libello” con el que el Movimiento de los Focolares solicitó la apertura de la causa en diciembre del 2013. A lo largo de estos seis años transcurridos desde la muerte de Chiara Lubich –explica el documento- «ha crecido continua y establemente en todo el mundo entre los fieles la percepción de la pureza e integridad de la vida de la Sierva de Dios, de las virtudes por ella practicadas en grado heroico, así como las gracias y favores recibidos de Dios mediante su intercesión». Seguidamente se leyó el nihil obstat (ningún impedimento) de la Congregación de las Causas de los Santos y se constituyó el tribunal.
Mons. Angelo Amati, delegado episcopal, será quien conducirá esta fase de investigación a nivel diocesano, acompañado por el Rev. Emmanuele Faweh Kazah, nigeriano, come Promotor de Justicia, y por la notaria Patrizia Sabatini, quien ya ha trabajado los meses anteriores recogiendo unos cincuenta testimonios, para evitar que se perdieran aquellos de quienes «permitieron desde el primer momento dar testimonio de la belleza y la posibilidad de recorrer juntos, en unidad, el camino hacia la única meta», como dijo María Voce al recordar a los primeros compañeros y compañeras de Chiara, algunos de los cuales estaban presentes en la ceremonia.
El grupo de postuladores nominado por la presidente de los Focolares está conformado por el padre Silvestre Marques, portugués, como postulador y por los vice-postuladores, la italiana Lucia Abignente y el holandés, Waldery Hilgeman. El Tribunal ya estableció la próxima sesión, el 12 de febrero próximos, para escuchar el testimonio de María Voce, la primera de una lista de alrededor de 100 personas.
Streaming: http://live.focolare.org/reply.asp
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