Situada en una zona donde los signos de la pobreza son evidentes, aunque digna y en vías de desarrollo, la ciudadela tiene características de trasfondo social que resalta sobre todo con la escuela para niños y adolescentes y con el polo empresarial inspirado en la Economía de Comunión.
Las ciudadelas son una presencia cada vez más actual. Son bocetos de ciudades, soñados por Chiara Lubich desde los primeros años de la década del ’60. Ellas muestran que un mundo mejor, un mundo unido es posible. Son más de 20 las ciudadelas en el mundo. La Mariápolis Santa María nació en Brasil en 1965 en un predio visto por Chiara Lubich durante su tercer viaje a este país.
La Escuela, que lleva el mismo nombre, Santa María, tiene actividad desde hace ya casi 50 años. Por ella pasaron muchas generaciones. Actualmente, diez de sus docentes y empleados son ex- alumnos. Otros exalumnos se encaminaron hacia diversas profesiones y alcanzaron puestos de responsabilidad. Pero más que nada, la Escuela transmite valores que constituyen un proyecto de vida: la cultura de la comunión, el arte de amar, los fundamentos de la educación a la paz. Esto es lo que el cuerpo docente les presenta a María Voce y a Giancarlo Faletti en su visita a la Escuela después del gozoso recibimiento que les brindaron los más pequeños quienes se lucieron con su orquesta “Talentos al servicio de la paz”.
La mayor parte de las familias, 300 en un total de 500 alumnos, tiene ingresos bajos. Económicamente la escuela funciona gracias a la solidaridad nacional e internacional y a través de proyectos de Acción para Familias Nuevas y AMU. Los primeros alumnos que recibieron clases para aprender a leer y escribir fueron los obreros que trabajaron en la construcción de la Mariápolis, luego se brindaron clases para sus hijos. El método pedagógico de la escuela actualmente se está difundiendo también en otras escuelas de la región y en otros ámbitos educativos.
A pocos quilómetros de distancia, en un amplio terreno, se levanta el Polo Empresarial Ginetta. El grupo que gestiona el Polo espera a María Voce y a Giancarlo Faletti. Son empresarios, accionistas y estudiosos de la Economía de Comunión, que se aventuraron en la concreción de varios aspectos del proyecto de Economía de Comunión en Pernambuco. Comunicaron sus éxitos y sus fracasos. Giancarlo Faletti recordó la inspiración inicial de Chiara que ocurrió precisamente aquí en Brasil en 1991. María Voce expresó su estima por el compromiso asumido en el espíritu de la gratuidad. Luego visitaron los galpones donde funcionan dos empresas, la primera dedicada a la fabricación de carteras y accesorios, la otra, a la de muebles. Ambas nacieron hace poco tiempo corriendo todos los riesgos de la gran competencia. Hay anécdotas sorprendentes: la pasión por este proyecto de trasfondo social los hace superar cualquier dificultad.
Por el aporte dado por la Mariàpolis y en especial por la escuela y el Polo, el intendente de Igarassu, que definió la Mariápolis como “un punto de referencia” para la ciudad, la visitó en esos días para entregar a Maria Voce y a Giancarlo Faletti las llaves de la ciudad como un signo de reconocimiento por parte de la ciudadanía y del deseo de establecer un vínculo aún más estrecho.
Las etapas del viaje en: Revista Mariápolis – Área reservada
Website: www.focolares.org.br/sitenacional
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