Para ver el texto completo, en italiano, referimos a Cittá Nuova on line.
Es el patriarca latino, Mons. Foud Twal, quien marca la pauta de las citas que María Voce tiene en agenda durante su visita a Jerusalén iniciada el pasado 11 de febrero: «Las preocupaciones de nuestra gente son las nuestras. Parece que la subida al Calvario no tiene nunca fin aquí en Tierra Santa». Pero no hay que desanimarse: «La esperanza nunca muere. Y por ejemplo, observo que en estos tiempos hay cientos y más de asociaciones que reúnen a hebreos, cristianos y musulmanes en estas partes. Toda gente que quiere dialogar. Advierto que un poco a la vez, quizás debido a tanto dolor que hemos sufrido, se empieza a hablar de “vecinos” y no de “enemigos”». María Voce retomó el discurso diciendo: «Si en el instinto de autodefensa de las personas entra una borona de amor, se da un paso más, se va adelante», sin caer en la desesperación. Y concluyó el Patriarca: «Esta es la especialidad de nosotros los cristianos, sembrar amor e ir adelante».
seminare amore e andare avanti».
El mismo marco de sufrimiento pero también de confianza tuvo en el coloquio que la Presidente sostuvo con el obispo luterano Munib Younan, Presidente de la Federación Luterana Mundial, quien empezó diciendo: «Advierto en la gente la fuerte tentación de ocuparse sólo de cosas materiales. No, aquí hay necesidad de Dios». Y especificó: «Tenemos necesidad de una profunda espiritualidad, para nuestros hijos y para nosotros mismos, una espiritualidad profundamente evangélica». María Voce le hizo notar que tal espiritualidad auspiciada por el obispo debe ser naturalmente ecuménica.
En el Patriarcado armenio apostólico, María Voce se entretuvo con el Obispo Aris Shirvanian. «Tenemos que estar unidos para defender a la Iglesia Cristiana –dijo-, pero no puedo decir que nosotros los armenios tengamos problemas especiales, porque seguimos viviendo para mantener nuestra fe, nuestra herencia». María Voce subrayó la grandeza de esta vocación. «Sí – prosiguió el Obispo – es necesario defenderse, pero todavía más tratar de tender “puentes” entre las Iglesias, puentes entre las religiones, puentes entre los pueblos».
Una calurosa acogida, a la libanesa, en el arzobispado maronita de Tierra Santa, una comunidad de alrededor de 10 mil fieles, sobre todo de Galilea, con el obispo Mons. Paul Nabil Sayah. El obispo maronita subrayó la importancia de la dimensión pastoral de la acción de las Iglesias cristianas en Tierra Santa, en especial en la familia y para la familia: «Nunca se le da suficiente espacio a la educación, que para nosotros es una auténtica prioridad. Mediante una buena educación podemos tener la esperanza de alcanzar la paz». El deseo de cooperar fue confirmado también por María Voce.
Finalmente, una visita de relieve al Patriarcado greco-ortodoxo de Jerusalén, donde Su Beatitud el Patriarca Theophilos III recibió a María Voce y a sus colaboradores. Quien conoce la historia sabe bien todos los conflictos que han contrapuesto en el pasado a las distintas Iglesias presentes en Tierra Santa. Ciertamente el clima ha mejorado, aunque si hablar de un “auténtico ecumenismo” es en algunos momentos todavía difícil. Pero en el coloquio entre el Patriarca y la Presidente se respira el deseo de “elevar el nivel de la discusión”, anclándose «a la unidad de los cristianos “en Cristo”, en su amor», come precisó Theophilos III. María Voce explicó qué quiere decir “unidad” para los focolarinos, «la unidad que Jesús pidió a su Iglesia».
de Michele Zanzucchi
Fuente: Città Nuova online
Lee también:
Recíproca simpatía – Encuentro de María Voce y Giancarlo Faletti con los representantes de los Movimientos y de las Nuevas Comunidades
¡Paz ahora! ¡Paz después! – Encuentro con el Rabino Kronish
Del 11 al 20 en Tierra Santa – El programa del viaje de María Voce y Giancarlo Faletti
1956: He visto la Tierra Santa – Del diario de Chiara Lubich
0 comentarios