El pasado 26 de agosto, el Parque de las Naciones de Córdoba (Argentina) estaba repleto de jovencitos y niños, como siempre sucede en ocasión de las manifestaciones dedicadas al “Día del Niño”, todos los terceros domingos de agosto. El parque es el lugar ideal para organizar juegos, torneos, paseos. Este año, una multitud en fiesta suscitó la curiosidad de quienes pasaban, debido a la inauguración de un pequeño monumento muy significativo. Es un dado de colores que gira, apoyado sobre un pedestal: el Dado de la Paz. Juegos, una yincana, música y una merienda precedieron el acto oficial de inauguración, ante la presencia, entre otros, de representantes del Comité Interreligioso para la Paz (el Comipaz), de la Iglesia Armenia, de la Evangélica, y de las comunidades hebrea y musulmana. En representación de los Focolares tomaron la palabra Fernanda Otero, Francisco Drab y Amelia Milagros López Loforte. Concluyeron con el saludo del obispo auxiliar, Mons. Ricardo Seirutti, quien bendijo el monumento. Es imposible resistir a la tentación de acercarse y hacer girar el Dado. Cada cara es una propuesta que, más allá de los colores y de la atmósfera alegre y jocosa, exige ponerla en práctica, con seriedad, compromiso e incluso con esfuerzo. El Dado propone seis acciones para vivir en la cotidianidad, que son expresiones de la “regla de oro” presente en todas las religiones que dice: “Haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti”. “Amo a todos. Soy el primero en amar, amo al enemigo, perdono al otro…”, Son gestos concretos, inspirados en un estilo de vida valeroso y contracorriente, para construir una sociedad más empática y solidaria. La inauguración no fue un hecho aislado, sino la coronación de muchos meses de trabajo por parte de los jóvenes de los Focolares, con el apoyo de muchos adultos, a lo largo de los cuales se establecieron contactos y se llevó con entusiasmo el Dado a distintos barrios de la ciudad, como instrumento de educación a la paz, mediante el juego y el teatro. En los barrios periféricos de Ciudad Evita, San Roque, Cabildo, Müller, Argüello – zonas periféricas, donde la gente convive con la violencia y los derechos a menudo son violados-. Se trabajó codo a codo con los niños de la Fundación Sierra Dorada en San Marcos Sierras (a 60 km. de la capital) y con las comunidades y organizaciones vecinales, con el deseo de lograr una mayor conciencia sobre las problemáticas locales y de realizar acciones dirigidas a una educación social más incisiva y eficaz. El proyecto, sostenido por el Movimiento de los Focolares, el Instituto de Defensa de los Derechos de niños y de los adolescentes de la Provincia de Córdoba, el programa Living Peace y el Comité Interreligioso por la Paz, junto a otras organizaciones y entidades públicas y privadas, pretende difundir la paz en todos los ambientes de la sociedad a partir de una “buena práctica” ideada para los niños, pero válida también para los adultos en todos los ámbitos. Iniciativas análogas se están multiplicando en otros países (por ejemplo en Italia, España, Egipto, Hungría y Brasil), en donde el célebre “cubo” se ha vuelto el protagonista de distintas iniciativas pedagógicas y de seminarios de estudio. En Argentina, además de Córdoba, otro Dado de la Paz se encuentra en un lugar público en Concepción, provincia de Tucumán. La iniciativa del Dado fue declarada de interés cultural por parte del Consejo Comunal de Córdoba. Un original “monumento” que se transforma, por doquier, en vida.
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