Movimiento de los Focolares

De Marruecos: diario de viaje

Mar 16, 2015

Más de 32 millones de habitantes en su gran mayoría musulmanes, mientras que los cristianos representan un pequeño porcentaje. El relato de dos focolarinos, quienes visitaron las comunidades de los Focolares de Fez y Tangeri, conformadas por cristianos y musulmanes.

MoroccoLa así llamada “Regla de oro” que el Evangelio propone, “Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti” (Mt 7,12), está presente también en el Islam y en otras religiones, de tal suerte que, cuando se pone como base de las relaciones, genera ese amor que suscita un fecundo “diálogo de la vida” con cada persona que se encuentra. Esto fue lo que aconteció en estas tierras. Un diálogo impregnado de pequeños detalles, de atención hacia el otro, de respeto, de escucha. Ha sido este amor concreto al hermano lo que ha contribuido a la formación de algunas comunidades de los Focolares en Marruecos, en las que el amor y el respeto prevalecen por encima de las diferencias de cultura, tradición y religión.

Publicamos algunos párrafos del Journal de bord (diario de viaje), redactado por dos focolarinos que visitaron estas comunidades, entre finales de enero e inicios de febrero de 2015.

«Nos encontramos en Fez, ciudad imperial muy orgullosa de su tradición altamente espiritual. Son numerosos los estudiantes provenientes de África sub sahariana que llegan aquí para cursar sus estudios superiores. Acuden con gusto a la parroquia francófona y el párroco, el Padre Matteo, nos pidió que diéramos la catequesis sobre los sacramentos a una veintena de jóvenes; fue una ocasión para vivir juntos un intercambio profundo y agradable. El grupo de la Palabra de vida de la parroquia, convocó a unos treinta estudiantes de medicina, química, informática, más otros cinco que llegaron de Rabat. Lucile contó como trata de vivir la Palabra en el hospital público donde trabaja. Para la cena fuimos a visitar a las pequeñas hermanas de Foucauld.

20150316-04Llegamos a Tangeri para encontrarnos con unas quince personas, musulmanas y cristianas, que viven la espiritualidad de la unidad. Por la noche nos quedamos con una pareja que nos considera como hermanos de sangre. Él, por su trabajo, fue trasladado a una ciudad a 24 horas de viaje, pero la lejanía de su esposa se convirtió en una ocasión para redescubrir lo positivo el uno de la otra y viceversa.

El desayuno fue en casa de Mohamed. Su esposa desea profundizar en la espiritualidad de la unidad. Nos contó que el vigilante del edificio en el que trabaja, no había vuelto a saludarla desde que ella se rehusó a hacer lo que él pretendía: llevarle el aceite de la dueña de la casa española, aprovechando de su ausencia. Cuando, luego, recibió un litro de aceite de su mamá, se lo ofreció al cuidador, explicándole que esta vez era suyo y que por lo tanto podía disponer de él como quería. Ese hombre, un poco desconcertado, le agradeció, disculpándose. Así se reconciliaron.

Luego pasamos una linda tarde con el grupo de las familias de la comunidad: Ahmed nos invitó a quedarnos en su casa. Pasamos la velada con su familia. Para la cena nos brindaron un plato típico.

20150316-03Fuimos a visitar una pequeña escuela en la periferia fundada por Fawzia. El barrio estaba repleto de niños que jugaban en las calles lodosas y caóticas. Había casas por todas partes como si fueran hongos. Ella estaba feliz y nos contó que dos niños pidieron inscribirse en su escuela, a pesar de que un vecino, desde hacía tiempo, se había puesto en la entrada de su escuela para convencer a los padres de que inscribieran a sus hijos en otra escuela. Fawzia, después de haber pedido explicaciones, siguió amando y cumpliendo bien su trabajo con óptimos resultados en el rendimiento escolar. Seis días más tarde, gracias a la buena fama que la escuela se ha ganado en el barrio, ¡llegaron otras tres nuevas inscripciones!

Finalmente viajamos a Casablanca para encontrarnos con Susana y por la noche con Mohammed y Nadedj en un restaurante japonés. Hablamos de Loppiano, de la reciente Mariápolis en Argelia, de los encuentros de estos días. Mañana regresaremos, a Argelia y a Italia respectivamente, con la alegría de haber construido y consolidado muchas relaciones de unidad, enriquecidos por el encuentro con esta gente comprometida a vivir, en su quehacer cotidiano, por un mundo más unido».

Claude e Ivano (Marruecos, Enero/Febrero de 2015)

 

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