Una auténtica “Misión EdC” se ha desplazado a Serbia, a la región de Vojvodina y a Belgrado a primeros de febrero. El objetivo de la misión era conocer de cerca a los empresarios y familias que forman parte de Economía de Comunión en Serbia.
Las empresas – Se concentran en la región de Vojvodina. No se trata de grandes números, pero sí de experiencias representativas de una sociedad en la que las comunidades locales son fuertes, aunque estén probadas por el paro, el escaso rendimiento de la agricultura y la falta de servicios. Son pequeños empresarios que han venido compartiendo sus beneficios desde que comenzó la EdC y ahora deben innovar su producción; jóvenes que intentan poner en marcha talleres y tiendas; familias de granjeros que colaboran en la producción de forraje y dan a los pobres en especie porque no tienen beneficios que dar; empresarios que comparten la decisión de destinar parte de los beneficios al proyecto EdC, aunque siguiendo estrategias empresariales distintas (una pequeña empresa que da crédito a los clientes basándose no sólo en los intereses, sino en una relación de confianza; otra sociedad más grande que se esfuerza en conciliar el crecimiento con la atención a la comunidad local y el mantenimiento de los puestos de trabajo; un director de empresa que, sin ser propietario, administra de acuerdo con los principios de la EdC).
Las personas destinatarias de las ayudas – Otros momentos significativos del viaje han sido las visitas a algunos centros receptores de las ayudas que proceden de las iniciativas de la EdC: un comedor para niños, familias, ancianos y un centro de Cáritas que organiza actividades de ocio para jóvenes y ancianos. Son sobre todo familias que no pueden pagar los estudios de sus hijos; ancianos que no pueden permitirse cuidados médicos; padres que, a pesar de trabajar, están obligados a vivir con dos hijos en una pequeña habitación construida con materiales reciclados, en una situación de extrema miseria material y al mismo tiempo con una gran dignidad y apertura al prójimo.
Qué aporta la EdC hoy en Serbia – Se constata que el modelo económico basado en la “cultura del dar” atrae y se propone como solución válida para reinventar un sistema socio-económico nuevo. Las empresas de la EdC tienen fuerte conciencia de que es fundamental innovar y adelantarse a los cambios (son emblemáticos los altos costes que los países balcánicos tendrán que asumir, junto a las perspectivas de desarrollo, para entrar en la Unión Europea). En este proceso será fundamental el papel de las nuevas generaciones atraídas por los valores de la EdC. Jóvenes competentes no sólo en materia de salud y seguridad en el trabajo, medio ambiente, marketing, gestión de proyectos o contabilidad, sino también en las líneas para dirigir una empresa de EdC; que puedan ofrecer a los empresarios una aportación concreta tanto a nivel local como a nivel de Comisión Internacional. La propuesta con la que termina la misión consiste en formar a algunos jóvenes, ya identificados localmente, en estas competencias. De este modo se creará trabajo y se ayudará a las empresas que necesitan asesoramiento para innovar, tanto con competencias de carácter general como específico.
No ha faltado un importante momento de diálogo con la comunidad ortodoxa serbia y, en particular, con el Instituto para el estudio del Diálogo entre Cultura y Cristianismo, en la persona de Bojana Bursac. A partir de este encuentro es probable que en un futuro no muy lejano pueda plantearse un encuentro de la EdC con los ortodoxos serbios. Nuevos horizontes se abren para el diálogo.
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