Europa sigue luchando contra la incertidumbre económica y presenta graves desafíos a las empresas, a los responsables de las políticas económicas y a los ciudadanos. Cristianos que provienen de diversos ámbitos de la economía y del mundo empresarial se han dado cita en Loppiano (en las cercanías de Florencia), desde el 6 al 8 de marzo, para compartir experiencias y puntos de vista, para contribuir con una voz profética que proporcione esperanza.
«Hasta este momento en Europa ha hablado sólo la voz de las instituciones – afirma el prof. Luigino Bruni-. Nuestro sueño es que en los Ministerios de Economía haya franciscanos, focolarinos, personas que han elegido a los últimos…. Se necesita la voz de la gratuidad. En los últimos decenios estas voces han estado completamente calladas. Una economía sin alma, sin carismas capaces de incluir también a los pobres, no tiene futuro. ¿Qué pueden decir los movimientos cristianos, hoy, en el plano de la economía? Hemos comenzado el camino de “Juntos por Europa” con Chiara Lubich desde los comienzos de este milenio. Habiendo trabajado juntos ya durante 15 años en el plano del conocimiento mutuo, nos parece que este camino se puede convertir en un trabajar juntos por una economía distinta, por una política distinta. Llegó el momento de decir algo».
La iniciativa del congreso nació en noviembre de 2012 en Mónaco, Baviera, durante el encuentro de los “Amigos de Juntos por Europa” (Together for Europe). En esa ocasión, varios peritos en el ámbito económico de algunos Movimientos y comunidades de distintos países e iglesias, se pusieron de acuerdo para crear un momento de profundización en común, con el objetivo de ofrecer, a partir de los carismas, una contribución específica en el campo económico.
El programa tiene previsto un espacio para profundizar los “signos de los tiempos” que vivimos, con momentos en los que se compartirán las propias experiencias. También está pensado un espacio para la reflexión sobre los “signos de esperanza” con una mesa redonda sobre la economía del compartir y la “cultura del dar”. Habrá también una experiencia de «trabajo con las manos, no sólo con la cabeza», en la “Granja Loppiano Prima”, y un taller artístico con el grupo musical Gen Verde. El título elegido es “Juntos hacia una Economía del Bien Común” y se articulará en tres áreas de trabajo: pobreza, empresas e instituciones. Se preparará una exposición con las realizaciones de cada comunidad.
«No sólo bancos, mercados y finanzas – continúa Bruni- sino también la contribución de las bases, de la solidaridad, para que todos tengan voz, tanto los pobres como los excluídos. Tratamos de caminar juntos, con algunos Movimientos católicos y evangélicos (Giovanni XXIII, Schönstatt, Focolares, Ymca e Vineyard), como Comité organizador y con la tarea específica de escuchar la voz de los carismas sobre la crisis económica que vive Europa». La idea, pues, es dar una perspectiva sobre Europa a partir de la economía considerada como reciprocidad y don y no sólo como interés y ganancia. La Economía que nace de las cooperativas, de lo social, de lo civil.
«La Europa económica – explica el prof. Bruni- la construyeron también los carismas de Benito, de Domingo, de Francisco (pensemos en la institución de los Montes de Piedad), y no sólo ellos, recordemos los carismas sociales que inventaron las escuelas, los hospitales, paralelamente al mundo del comercio que hacía nacer las empresas y los mercados. La nueva Europa que nacerá de esta crisis, para que sea una Europa buena, tiene todavía hoy necesidad de la contribución de los carismas, carismas modernos, que hablen el lenguaje de la economía. La vida de los Movimientos cristianos europeos tiene algo que decir, es una voz distinta de la del Banco Central Europeo. Comenzaremos humildemente, pero nuestro objetivo es ir a Bruselas para dirigirnos a las instituciones con una contribución específica».
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