“Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia” (cf. 2 Cor 5,14), es la frase de la Sagrada Escritura elegida como título de la edición 2017 de la tradicional “Semana”, convocada por los más importantes organismos que se ocupan de ecumenismo, entre los cuales están el Consejo Ecuménico de las Iglesias y el Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos. Una elección extremadamente acertada, especialmente ahora, después de la celebración, en el pasado mes de octubre, de los 500 años de la Reforma, ocasión en la que se unieron en oración, en la catedral de Lund (Suecia), alrededor del mismo altar, exponentes de la Federación Luterana Mundial y el papa Francisco. Junto a estos gestos ecuménicos, de tan alto significado, crece un ecumenismo de pueblo, por así decirlo. Son iniciativas de fieles de confesiones distintas que desean conocerse y reconocerse cada vez más hermanos en Cristo. A menudo se trata de pequeños gestos que, gracias al acción del Espíritu, ya se han difundido en los más variados rincones del planeta. Y que evidencian cuánto el camino hacia la plena unidad de los cristianos ya es una realidad imparable. Citamos algunos de América latina. «Muchos de nosotros, del Movimiento de los Focolares de Perú, habíamos establecido relaciones con fieles de varias Iglesias. Ahora que en la diócesis de Arequipa ha nacido un grupo ecuménico, colaboramos con ellos para la organización de la “Semana”. Ella prevé cada día una iniciativa en una de las distintas Iglesias y una de ellas será también en la sede de nuestro movimiento. También en Lima, dadas las numerosas personas de varias Iglesias que frecuentan periódicamente el focolar, se eligió nuestra sede para la actividad conclusiva de la “Semana” con la presencia de obispos católicos, pastores luteranos, anglicanos, evangélicos y pentecostales. Además, cada mes también nosotros participamos en el desayuno ecuménico en la sede del YMCA, mientras que un joven evangélico de una ciudad del norte del país, está participando, con el permiso de su obispo en un curso de formación de seis meses en la ciudadela internacional de Loppiano, en Italia». «Con miembros de las Iglesias anglicana, metodista, presbiteriana, adventista –comunican las comunidades focolarinas de Brasil– mantenemos relaciones realmente significativas. A veces nos reunimos para dialogar acerca de temas específicos, tal como se dio en un congreso que se llevó a cabo el pasado mes de agosto en la “Ciudadela Ginetta” (Vargem Grande – San Pablo), donde se trató el tema de la Paz». «Fruto de la relación con metodistas y valdenses de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina), armamos juntos un pesebre ecuménico en la plaza, hecho por niños. Más de 150 personas pudieron verlo. Luego hubo un momento de oración con unas velas prendidas como signo de que cada uno era portador de la luz de la Navidad en el propio ambiente». «Nuestra participación en las distintas celebraciones de la “Semana” – escriben de Venezuela – son ocasiones para intensificar las relaciones que ya existen desde hace años y para establecer nuevos contactos. Relaciones que, al concluir las celebraciones, no se interrumpen, ¡por el contrario! A lo largo del año, este conocimiento recíproco nos lleva a menudo a realizar juntos acciones concretas de solidaridad». Finalmente, desde Lima (Perú): «Después de las trágicas inundaciones en la periferia, algunos jóvenes de los Focolares fuimos, con personas de la Iglesia metodista, a quitar el barro que había cubierto las casitas de muchas familias humildes. Un trabajo duro, pero todos estábamos felices de poder amar concretamente a esas familias, reconociéndonos hermanos con ellos y entre nosotros». Por Anna Friso
Promover la paz a través del deporte
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