“Volviendo del viaje a Gran Bretaña con el Santo Padre, mientras estaba sentado a su lado en el avión hablamos de Chiara Luce Badano y me dijo que nuestra Beata es un ejemplo que hay que valorar para los jóvenes”. Es el Card. Bertone, secretario de Estado de la Santa Sede, quien hace esta confidencia durante la homilía a los jóvenes que colman la gran Basílica romana, ante la presencia de 3 cardenales, 15 obispos y 200 sacerdotes concelebrantes. El Cardenal recordó la consigna de Chiara Luce a los jóvenes: “Yo ya no puedo correr, pero quisiera pasarles la antorcha como en las Olimpíadas”. “Su participación –agregó- es el signo de que han acogido esta consigna”. E hizo referencia a la invitación de Juan Pablo II en la Jornada mundial de la Juventud de Agosto del ’89: “¡Jóvenes, no tengan miedo de ser santos! Vuelen alto”.
El secretario de Estado en su homilía recorrió los aspectos más relevantes de la vida de Chiara Luce. Una fe firme y constante en el amor de Dios que se refleja en el amor hacia el prójimo; una vida alegre, llena de intereses y de sanas amistades; una precoz madurez cristiana demostrada al saber afrontar en forma heroica y consciente la enfermedad y la muerte. Habla de los factores que han contribuido a su formación. La familia ante todo que “desarrolló perfectamente su tarea educativa”, como también la comunidad eclesial y el ambiente social de Sassello.
“En la historia y en la formación de Chiara Badano –agregó- el Movimiento de los Focolares ha desarrollado un papel esencial”. De hecho, a la edad de nueve años había conocido el Movimiento, donde “hizo una progresiva y fuerte experiencia comunitaria de vida cristiana” y “aprendió a profundizar su relación con Dios”, hasta vivir la última extraordinaria etapa de su vida que ha dado cumplimiento a su escalada hacia la santidad.
Chiara Badano, concluye el secretario de Estado, ha sido y es un ejemplo que da concreción a las palabras del reciente mensaje del Papa a los jóvenes para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid. “A menudo la cruz nos hace temer, porque nos parece la negación de la vida. En realidad, ¡es lo contrario! Ésta es el “sí” de Dios al hombre, la expresión máxima de su amor y la fuente de donde brota la vida eterna”.
María Voce, presidente de los Focolares, en su agradecimiento final, recordó con profunda conmoción que la Basílica de San Pablo, fue también testigo del último saludo a Chiara Lubich, el 18 de marzo de 2008. “Estas dos celebraciones –agregó- se funden en una sola. Desde esta Basílica el testimonio que Chiara Luce nos ha dado es relanzado a todos. Ahora nos toca a nosotros”. Palabras simbolizadas en la imagen de los jóvenes que, durante la conclusión de la celebración, tomaron en consigna una antorcha, para proseguir la carrera con Chiara Luce.
Todavía, el Card. Bertone entregó sorpresivamente a los padres de Chiara Luce una bendición especial del Papa Benedicto XVI por su próximo 50º aniversario de matrimonio. La Basílica explotó en un aplauso espontaneo que por sí sólo manifestaba el gracias a los dos cónyuges cuyo testimonio es un ejemplo para todos.
Las palabras del Papa Benedicto XVI en el Angelus (ver recuadro), fueron escuchadas por los jóvenes conectados desde la Basílica, con alegría y conmoción.
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