El 5 de febrero es el vigésimo aniversario de la muerte del Card. Eduardo Francisco Pironio (1920 – 1998), de quien está en curso la causa de canonización. Nacido en Nueve de Julio, Argentina, era el vigésimo tercer hijo de una familia de origen italiano; fue ordenado sacerdote en 1943. Pironio, primero fue obispo titular en Ceciri y sucesivamente en La Plata, se convirtió en el secretario general y después en el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericana (CELAM). Fue llamado a Roma por el Papa Pablo VI, quien lo nombró Prefecto de la Congregación para los Religiosos y los Institutos Seculares y Cardenal en 1976. Juan Pablo II lo nombró presidente del Consejo Pontificio para los Laicos. Y desde esa función, el Card. Pironio, mediante un Decreto el 29 de junio de 1990, entregó a Chiara Lubich la aprobación definitiva de los Estatutos Generales de la Obra de María (Movimiento de los Focolares). Con una misa en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Luján iniciaron, el 4 de febrero, las celebraciones, promovidas en su honor por la Acción Católica argentina, que tendrán su momento central el próximo 31 de mayo, en Buenos Aires. El Movimiento de los Focolares se asocia con gratitud a la memoria de una de las figuras más eminentes de la reciente historia eclesial.
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