Del 1 al 3 de abril, en la ciudadela Pace de Tagaytay, en Filipinas, se ha desarrollado un curso organizado por la School for Oriental Religions (SOR), que ha reunido 250 participantes de diversas naciones de Asia. Estaban presentes, de hecho, de Pakistán a la India, también de Tailandia, Myanmar y Vietnam, y todavía, de Hong Kong y Taiwan, hasta Corea y Japón. La mayoría de los presentes provenía de las islas Filipinas, en especial de Manila y Cebú y sus respectivas comarcas.
Fundados en el 1982 por Chiara Lubich, durante su primer viaje a Asia, que abrió el diálogo con los budistas mahayana de la Rissho Kosei kai, los cursos de la SOR, desde 2009, se realizan con cadencia bienal y se dirigen a formar cristianos de varios países de Asia en una mentalidad de diálogo con seguidores de las grandes tradiciones religiosas de aquel continente. Tanto el curso de 2009, como el de este año, se han revelado momentos, además de formativos, de encuentro y de intercambio de experiencias.
</Se trata de una verdadera ágora, donde surgen los desafíos y las problemáticas de los distintos contextos –por ejemplo, Pakistán- pero también de experiencias proféticas como la del diálogo con el budismo monástico de la tradición theravada de Tailandia. Es de mencionar, sobre todo en las semanas sucesivas al terremoto y a la crisis nuclear de Japón, como los años de diálogo hayan permitido al Movimiento de los Focolares y al de la Rissho Kosei Kai vivir estos terribles momentos en un clima de profunda amistad y de apoyo recíproco. Prometedor también el diálogo a nivel académico y social, que se ha construido en la India con hindúes de distintas organizaciones gandhianas y con instituciones académicas.
En Asia, las comunes características espirituales nacen junto a las diferencias y tradiciones específicas de cada país y área cultural. Se evidencian también diversos modos de relación entre cristianos y seguidores de hinduismo, islam, budismo y de culturas como el confucianismo y el taoísmo. Los Focolares viven, en primera línea, los desafíos que la Iglesia Católica advierte en estos mundos.
En la presentación de los trabajos de la escuela ha surgido claramente, que diálogo y evangelización, son aspectos diversos de la misma misión de la Iglesia, y que antes que nada debe dar un testimonio, personal y sobre todo comunitario, para garantizar una presencia constructiva y creíble del anuncio de Jesucristo. Por otro lado, las culturas asiáticas captan a menudo aspectos que el cristianismo occidental aún no ha profundizado.
La School for Oriental Religions se ha concentrado este año en el amor en las distintas tradiciones. Importante subrayar la presencia del arzobispo de Bangkok, Mons. Francis Xavier Kriegesak, decano de la Escuela, y los apaortes del monje, prof. Phramaha Sanga Chaiwong, abad de un importante templo en los alrededores de Chiang Mai en el norte de Thailandia, y del profesor filipino Julkipli Wadi, musulmán, docente de Islamística en la University of the Philippines.
Tres días de diálogo e intercambio, que a largo plazo, y también ya en el presente, no podrán sino producir –como ha sido comentado- “adecuados antídotos a los fundamentalismos y a las intemperancias”.
De Roberto Catalano
Fuente: Città Nuova
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