Para la presidente y el copresidente de los Focolares, la última etapa del viaje por el nordeste del Brasil, antes de continuar su viaje hacia Belén es la visita al CEU, Condominio Espiritual Uirapuru, ubicado en el corazón de Fortaleza, capital de Ceará.
En el vestíbulo del hotel – atendido por las Religiosas Doroteas- donde está radicado el CEU, reciben a María Voce y a Giancarlo Faletti Moisés de Shalom; Nelson que es fundador –junto con Fray Hans- de la Fazenda da Esperança, el Padre Renato Chiera de la Casa do Menor, la superiora del convento de las Carmelitas y la priora de las Benedictinas. Para citar sólo a algunos de los fundadores y responsables de las comunidades que construyeron sus casas en una vasta zona que tiene el nombre de Fazenda Uirapuru. Este es el nombre de la propiedad donada por el empresario Benedito Macedo, que tenía el sueño de contribuir en la solución de las llagas sociales de la región.
El Ceará es conocido por sus bellezas naturales. Es similar a muchos otros Estados de Brasil por el grave desequilibrio social, que se traduce en pobreza y en servicios deficientes por falta de salubridad e instrucción. Son factores que dejan espacio a la droga, a la prostitución, a la violencia, al abandono. En el CEU tiene su sede el “Camino” que abre perspectivas de integración a los ex presidiarios; los enfermos de Sida descubren una posibilidad de futuro en el “Sol Naciente”; niñas y adolescentes víctimas de abusos recuperan su dignidad en la “Casa de Santa Mónica”. Los jóvenes descubren el atractivo de la contemplación en el camino abierto por el Carmelo o el Monasterio Benedictino. La lista es larga. “Todos estamos aquí en respuesta a un doble llamado – nos dice la Madre Bernadete, superiora del Carmelo, -el llamado de nuestro carisma y el llamado a ser una imagen viva de la Iglesia de la unidad, para testimoniar la fecundidad y la riqueza de la comunión entre varios carismas”.
Es lo que ponen de relieve los testimonios que se relatan uno tras otro en el auditorium, repleto por los habitantes del CEU. Está presente el arzobispo de Fortaleza, José Antônio Aparecido Tosi Marques. Fue un encuentro muy esperado que estuvo marcado por un dolor, dado que Fray Hans, quien fue el primero en comenzar esta experiencia de comunión y uno de los principales promotores de la invitación a María Voce, sufrió un infarto dos días antes de su visita.
Quiso igualmente dar su bienvenida a los dos huéspedes con un breve mensaje en video. Después habló Moisés quien en su intervención definió al CEU como el “fruto de un plan de Dios”, “un pulmón espiritual” para la ciudad de Fortaleza.
“Aquí he visto algo grande”, dijo conmovida María Voce. También ella, como ya lo había hecho Fray Hans en su mensaje, recordó un hecho histórico que inició el camino de comunión entre los movimientos: el encuentro en la plaza de San Pedro en Roma en 1998. La presidente de los Focolares reconoció en el CEU “una realización de aquella invitación a la unidad lanzada por el Papa Juan Pablo II y de la promesa de compromiso de Chiara Lubich. Y aquí subrayó otro aspecto de la novedad que presenta el CEU: es el hecho de que muchas comunidades, cada una con su propio carisma, encuentran en el espíritu de unidad del Movimiento de los Focolares el alimento para la propia comunidad y desean integrarlo también. Sobre todo desean vivir el camino no siempre fácil de la comunión entre los diversos carismas. Es éste el motivo de la invitación.
“En esta experiencia – agregó Giancarlo Faletti- existe una fuerza particular, la fuerza de la unidad”. Definió la experiencia del CEU como “un modelo para la Iglesia”. La última palabra la tuvo el arzobispo de Fortaleza: “Este es un camino de unidad que Dios quiere para el bien de nuestra Iglesia y de la sociedad”, dijo. Luego invocó a Dios pidiendo “mucha fuerza para todo lo que ustedes están realizando”.
Las etapas del viaje en: Revista Mariápolis – Área reservada
Website: www.focolares.org.br/sitenacional
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