«Dos palabras se imponen en estas horas tan dramáticas y peligrosas: total compromiso en respuesta al Papa Francisco con oración y ayuno y gratitud por dar voz a los corazones de millones de personas de todas las religiones y los pueblos de todas las latitudes.»
Así María Voce expresa el sentimiento de los Focolares desde Amman, Jordania, donde se reúne con las comunidades de los Focolares de los países de Oriente Medio y África del norte. Un mosaico de iglesias (católica, ortodoxa copta, ortodoxa griega, católica griega, maronitas, armenios, caldeos, siro-ortodoxa y siro-católica) y una nutrida representación de musulmanes de Argelia, Marruecos, Turquía y Jordania.
Papa Francisco dijo en su exhortación que “no es el choque cultural, la cultura del conflicto” que construye “la convivencia en los pueblos y entre los pueblos, sino la cultura del encuentro, la cultura del diálogo: éste es el único camino a la paz”. Y es conmovedor escuchar el eco que proviene de las familias y los jóvenes de las comunidades de los Focolares de Aleppo: «seguimos, no obstante todo, construyendo puentes de amor y unidad con los demás (…), sembrando esperanza en la humanidad que sufre alrededor, llenamos los corazones tristes con la presencia de Dios, hacemos todo lo posible para llevar el amor a los demás (…) Y rezamos por la paz tan amenazada en el mundo y en Oriente Medio, especialmente en Siria, Egipto, Líbano e Irak y porque el amor de Dios triunfe en el mundo».
Con todos los hombres de buena voluntad, los adherentes del Movimiento de los Focolares intensifican su compromiso personal en difundir y multiplicar “gestos de paz” a partir de sus ambientes, como alienta el papa Francisco. También se recogen en la oración diaria por la paz, a las 12, en cada zona horaria, en los 194 países donde está el Movimiento. La razón es sintetizada por María Voce: “para ponernos frente a Dios y ponernos a su servicio, para que nos use como instrumentos de paz en todos nuestros países”.
Los miembros de los Focolares participarán en la jornada convocada por el Papa el próximo 7 de septiembre por la paz en Siria, en Oriente Medio y en todo el mundo, uniéndose a las más diversas formas de oración, en las parroquias, las comunidades, en las calles y en los hogares, en cientos de ciudades del mundo.
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