«El obispo me había encargado que trabajara en la consulta para el ecumenismo y el diálogo. Cuando hace 15 años un amigo mío, sacerdote de la diócesis vecina de Faro, me propuso que preparara un proyecto interdiocesano para promover Alianzas ecuménicas entre parroquias europeas, le dije que no». El Padre Giorgio Paolini empieza a relatar con cierta reserva su experiencia. Pronto se resuelve recordando la invitación que Chiara Lubich había hecho en Londres en 1996 a vivir un “ecumenismo de pueblo”, un “ecumenismo de la vida” (video). «De este modo retomé el contacto con el amigo de Fano y con él y otros amigos sacerdotes nos lanzamos en la experiencia de las alianzas ecuménicas». La primera parroquia con la que entraron en contacto fue con la ortodoxa del Padre Nicu en Rumania. «La relación de fraternidad entre nosotros generó una colaboración educativa entre los jóvenes del Movimiento Diocesano de Las Marcas y sus jóvenes, la cual se fue ampliando el círculo cada vez más y los llevó a compartir la Palabra de Vida y la espiritualidad de la unidad entre jóvenes católicos y ortodoxos, mediante relaciones asiduas. Los dos momentos más importantes durante el año son el campamento de Navidad en Rumanía y el de verano en Italia. Después surgió la experiencia anual del Encuentro Ecuménico juvenil de Loreto, nacido a partir de la amistad con el responsable del Centro Juan Pablo II de Montorso (Loreto), quien nos propuso hacer un campamento ecuménico con todos los jóvenes contactados a través de las alianzas ecuménicas y otros, para intercambiar las riquezas de las propias iglesias de proveniencia. Este año, del 29 de julio al 4 de agosto, tendrá lugar la séptima edición que prevé la participación de más de 200 jóvenes ortodoxos y greco católicos de Rumanía, luteranos de Dinamarca y Suecia, anglicanos de Inglaterra y católicos de Italia».
Al final, la promoción de la “cultura del diálogo” en el mundo juvenil. En enero de este año, durante la Semana de oración por la Unidad de los cristianos, por ejemplo, la parroquia de Borgo Santa María hospedó unos veinte chicos rumanos de una parroquia con la que hay una alianza. Ellos, junto con los jóvenes italianos del Encuentro Ecuménico, se encontraron después con los estudiantes de 4 colegios de la Provincia de Pesaro y Urbino. El relato lo prosigue Bárbara, quien es la portavoz de una familia de la parroquia: «En un mundo oprimido por las guerras, las divisiones y el terrorismo, estos chicos han querido proponernos y donarnos un mensaje de esperanza y de alegría y seguramente una nueva cultura: la de la relación y el encuentro, que permite comprender que en la diversidad del otro se puede descubrir esa riqueza que nos une y no nos separa. Los estudiantes, después de que vieron un video, y de escuchar los testimonios de los jóvenes del Encuentro Ecuménico, se dividieron en pequeños grupos para profundizar el conocimiento de sus coetáneos rumanos y plantearles algunas preguntas. A pesar de la dificultad del idioma los chicos se prodigaron para lograr comunicarse en la mejor forma posible. Nosotros que, como familia hemos participado en estos eventos desde fuera, como espectadores, sentimos que tenemos que agradecer a todos los que han creído, creen y creerán en este proyecto, pienso en los párrocos, en los directores de los colegios, pero sobre todo en Dios quien en su inmenso amor nos ha permitido encontrar jóvenes decididos y motivados a cambiar las cosas. Nosotros estamos con ellos y creemos que, involucrando cada vez a más jóvenes, ellos podrán crear un mundo mejor donde poder vivir en paz y armonía».
Sanar las heridas que encontramos en los demás
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