Movimiento de los Focolares

La “Fazenda da Esperança” y el “carisma” de la unidad

Abr 18, 2014

Guaratinguetá (Estado de San Pablo): son más de 600 los jóvenes reunidos de varias regiones del Brasil, provenientes de “Fazendas” (granjas), para dar la bienvenida a la presidente de los Focolares, y descubrir juntos las raíces comunes.

María Voce con Nelson Giovannelli

“Fazenda da Esperança”: una larga, historia de hace 30 años, cuando  un joven Nelson Giovannelli, movido por las palabras del apóstol Pablo: “Me hice débil con los débiles…” se acercó a un grupo de jóvenes drogadictos de su barrio con el deseo de hacer algo por ellos. En su iniciativa fue acompañado, desde los primeros pasos, por el Padre Hans Stapel (Fray Hans), por cuyo testimonio, Nelson, se había sentido alentado. Hoy las “Fazendas” se han multiplicado en muchos países y desarrollan una acción importante de recuperación de jóvenes que estaban en la calle y renacieron a partir de la enseñanza del Evangelio, a tal punto que un obispo brasileño las definió como “¡un santuario de la Nueva Evangelización!”

El 15 de abril, en ocasión del viaje de María Voce y Giancarlo Faletti a Brasil, se vivieron momentos de profunda comunión entre los jóvenes de la Fazenda y los representantes de los Focolares. Además de los 600 jóvenes presentes, estaban conectados por Internet con 70 Fazendas esparcidas en el mundo.

El encuentro lo abre Fray Hans, contando «la experiencia de Dios» vivida por él la última vez que estuvo internado en el hospital. Seguidamente algo de música, algún relato sobre la historia de los comienzos de la Fazenda, experiencias, un nutrido diálogo. Son conmovedores  los testimonios presentados por aquellos que pasaron por el infierno de la droga, como Mario, llegó a donarse a Dios, y a la fundación de nuevas comunidades en otros países de América Latina.

En el diálogo establecido con María Voce y Giancarlo Faletti, los jóvenes descubren la espiritualidad del carisma de la unidad, que está en la raíz de su experiencia de recuperación. El  carisma que  anima la misma vida de sus fundadores. Es un diálogo en el cual los jóvenes expresan sus inquietudes más profundas: hablan sobre las cicatrices que deja la experiencia pasada, sobre la sexualidad y la castidad, y también sobre el significado del carisma de la Fazenda en relación a la experiencia de Chiara Lubich y su carisma, entendido como don, a través de una o más personas, para toda la humanidad.

Surge de aquí la novedad, que fue la característica del encuentro: «Un carisma que es fruto del carisma de la unidad- afirma Giancarlo Faletti- que muestra la dinámica de la vida de Dios en acción, su presencia en la historia de la humanidad. Al venir hoy aquí, ¡estamos haciendo con ustedes una gran experiencia de la ‘productividad’ de Dios!» Y María Voce dice: «Pensando en el carisma de la unidad –también después de haber encontrado aquí en Brasil, otros carismas que fueron fruto de él- lo veo como la raíz de un árbol con muchas ramas y cada rama con muchos frutos, y cada fruto me parece la ampliación de un aspecto en particular».

«Cuando pienso en la Fazenda –continúa- me acuerdo del problema de la dependencia de la droga y digo: es Jesús quien asumió el drama de la droga. Él grita el Abandono [del Padre]. Esta obra ha asumido de este aspecto, pero es un gran aspecto, y lo ha convertido en una obra maravillosa. Hay otra Obra que ese hace cargo de la carencia de instrucción de los niños- también en este caso la ignorancia es asumida por Jesús en el Abandono- y del carisma de la unidad nace otra obra que instituye con una pedagogía nueva.  Aunque la raíz está escondida y se ven sólo las ramas y los frutos, la raíz se alegra. Y los frutos agradecen a la raíz».  Lo repite Fray Hans que augura un incremento  de la colaboración recíproca y expresa la exigencia de que los formadores estén alimentados por la espiritualidad de la unidad, como ya ocurre en algunas Fazendas.

«Me parece –concluye María Voce- que todos los carismas que estamos conociendo y muchos otros que aún no conocemos y que irán naciendo, están dentro del carisma de la unidad, porque están vinculados por el amor recíproco se puede  ver qué la grandeza de lo específico de uno y de otro, y juntos contribuyen al cumplimiento de la oración de Jesús “que todos sean uno”. Por lo tanto digo: “¡Viva la Fazenda da Esperança!”».

Las etapas del viaje en: Revista Mariápolis – Área reservada

Website: www.focolares.org.br/sitenacional

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